Yasei no Inu |FINALIZADA|

Capitulo 77: Sangre dorada

SHIPPO

-Un dragón morado- dije observando a ese enorme dragón.

-¿Sabes cuál es su debilidad?- preguntó Sasuke.

-No me acuerdo, he visto pero nunca he peleado con ellos.

-No se si decirte guau o decirte que eres muy listo sarcásticamente.

-Al menos no soy yo el que está preguntando.

-Le preguntó al que se supone que ha tenido muchas experiencias desde pequeño. "El más listo"

-Seré egoísta pero en realidad soy el más listo de todos ustedes.

De repente nos quedamos callados al darnos cuenta de que ya no nos encontrábamos en el palacio, nos encontrábamos en un bosque muy oscuro, los árboles no tenían hojas, los troncos tenían un intenso color negro se encontraban torcidos, y había niebla.

-¿Dónde estamos?- preguntó Sasuke.

-Tal vez sea una ilusión- respondí mientras tocaba un tronco, pero todo se sentía real.

Escuchábamos pasos por todos lados, podíamos sentir que alguien nos estaba acechando, era el dragón. Luego comenzamos a sentir la presencia de varios demonios.

-¿Qué significa todo esto?- dije.

-Bienvenidos a mi jardín de demonios- escuchamos una voz femenina.

-¿Quién es?, ¿acaso eres el dragón?- preguntó Sasuke.

-Exacto, una habilidad que tengo es atraer a los monstruos y los he traído al mundo de dónde vienen- respondió la dragona.

-Los monstruos no son ningún problema- dije.

-Eso no importa, este lugar está infestado de ellos, nunca saldrán de aquí- dijo la dragona.

-Al parecer estamos encerrados, eso significa que si te matamos, saldremos de aquí, ¿verdad?- preguntó Sasuke.

-Exacto- respondió la dragona.

De repente vimos una luz, nos acercamos y nos dimos cuenta que era un portal que conducía hacia el exterior, pero aparecieron muchos monstruos que entraron por el portal, es decir, que salieron al exterior.

-¿Qué piensas hacer con esos demonios?- pregunte.

Luego se cerró el portal.

-Ellos se encargarán de ir por la princesa- dijo la dragona. -No soy tan tonta, pude sentir la presencia de la princesa desaparecer.

-¿Presencia?, los humanos no tienen presencia espiritual- dijo Sasuke.

-Bueno, yo no presentí la de ella, presentí la de...- dijo la dragona pero se detuvo.

-¿La de quién?- pregunte.

-No lo debo de decir, el punto es que ellos irán por ella- dijo la dragona.

Me dejo la curiosidad, ¿a qué se refiere con la presencia de alguien más?, ¿qué es lo que tendrá la princesa?

-Eso significa que mi hermana tendrá mucho trabajo- dijo Sasuke.

-Ella estará bien, te lo aseguro- dije.

Pero luego varios demonios comenzaron a acercarse a nosotros.

-Busca a la dragona yo me encargaré de ellos- dijo Sasuke.

-¿Qué piensas hacer?- pregunte.

-Tu solo vete.

Al parecer utilizaría el agujero negro.

-No lo hagas, el agujero negro cada vez te consumirá la vida, yo sé de lo que es capaz de hacer- dije.

-¡Vete!

Sasuke era demasiado terco para hacerme caso y entonces comencé a buscar, pero podía sentir como Sasuke liberaba su agujero negro contra los demonios.

-¡¿Dónde estás maldita?!- grite.

Ella rió ligeramente. -Nunca me encontrarás en persona, yo soy todo lo que vez, yo soy el bosque.

-Pero cada ser vivo tiene una fuente de energía, tengo que buscar el tuyo- dije.

Y lo encontré, había una parte desértica de árboles, pero en el centro se encontraba un árbol, el más grande que había visto, comencé a correr pero unas lianas que salían del suelo me atraparon.

-Suéltame, tengo que salvar a mi amigo- dije.

-Jamás lo lograrás- dijo la dragona.

-Claro que si- dije.

Logre romper las lianas, corrí hacia el árbol, agarre una espada de madera del tamaño de mi mano, era un juguete, pero luego logre que se hiciera de hierro y que fueras más grande, la agarre con fuerza y la enterré en el árbol.

Me encontraba en al palacio, Sasuke se encontraba también ahí, pero se veía muy cansado.

-¿Estás bien?- pregunte.

-Si- respondió mientras jadeaba.

Volteamos hacia el dragón y comenzó a convertirse en diamante y cuando termino, se rompió en varios trozos.

-Lo lograste- dijo Sasuke.

-No fue fácil- dije.

NARRADOR OMNISCIENTE

El príncipe Yuma se encontraba frente a frente con su hermano Ryuta, compartiendo miradas de odio.

-¿Porque trajiste a Hokuto?- preguntó Yuma molesto.

-Era obvio hermano, tenía que matarla- respondió Ryuta.

-¿Porque?

Ryuta suspiro. -Porque rompiste una ley muy importante de nuestra familia.

-¿Cuál?

-En que todos los Reyes deben ser de sangre pura.

-Se que esa es una ley muy importante, pero ella es importante para mí, si tú te atreves a lastimarla, morirás, hermano.

-No seas así, ¿qué tiene de malo que quiera matar a tu amada...- Ryuta hizo una sonrisa. -...y a tu futuro hijo?

Al decir eso, Yuma se sorprendió.

-¿Qué dijiste?

-No te hagas el inocente, la princesa Hokuto está embarazada y tú eres el padre de ese niño.

Yuma estaba sorprendido por la noticia, pero luego se molestó demasiado.

-¿Tú lo sabías?, ¡¿y aún así querías matarla?!, ¡te iba a perdonar la vida!, ¡pero ahora no!, ¡no dejaré que sigas vivo!, ¡no dejaré que les hagas daño!

Yuma comenzó a transformarse en lo que es realmente, era un dragon enorme de color negro como la noche.

-Si así lo quieres hermano- dijo Ryuta.

Ryuta se convirtió en un dragón enorme de color dorado. Los dragones no pueden hablar, pero ellos pueden comunicarse a través de la mente.

-Morirás- dijo Ryuta.

Los dos estaban preparados para atacarse entre los dos. Ryuta se acercó hacia Yuma y el hacia su hermano, las garras de los dos estaban listas para atacarse entre los dos, Ryuta trataba de darle a Yuma en la abertura que guiaba hacia el corazón y Yuma trataba de hacerle lo mismo Ryuta. Los dos se atacaron y se lastimaron.

Los dos se detuvieron, Ryuta le había dado a Yuma en su pecho, pero no había logrado darle en la aventura, en cambio Yuma lo había logrado. Yuma se separó y volvió a tener su apariencia de humano. Ryuta se convirtió en un dragón de plata mientras que de la herida de su corazón sangraba la típica sangre de un demonio dragón, dorado, en pocas palabras oro.

-Lo malo, Ryuta, es que tú eres débil, a ti nunca te enseñaron pelear, por eso habrías sido un Rey inútil- dijo Yuma.

Todo había acabado.