EXTRA

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¿Sabes de que serie es esta parodia?

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Nuestros dos chicos se hallaban en el patio trasero de la escuela, acostados en el piso, observando el cielo con expresiones aburridas. Sentían que últimamente los días se estaban volviendo muy monótonos, que necesitaban algo para salirse de la rutina. Después de largos minutos pensando, Bonnie se levantó de su lugar de un salto, Freddy le miró y rió divertido al notar que el cabello de su amigo estaba lleno de pasto, aunque seguramente el suyo estuviera igual.

—¿Se te ocurrió algo? —supuso, consiguiendo una sonrisa misteriosa y traviesa.

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Al día siguiente, ambos se encontraban en la cafetería, junto al resto de su banda. De un momento a otro el rostro de Freddy, que parecía beber un licuado, se descompuso en una mueca de asco. El resto le observó curiosos, pero Golden fue el primero en acercarse a preguntar que pasaba. Sin dar muchos detalles, el castaño le entregó el vaso y le animó a abrirlo, para confusión de su amigo.

A pesar de eso, no le cuestionó y acató la petición, retirando la tapa para poder ver el contenido. Al hacerlo, todo el líquido dentro del vaso saltó directo a su rostro, cubriendo su cara y pelo de un color rosado.

Bonnie y Freddy se pararon de sus lugares con un brinco y empezaron a hacer un baile extraño y ridículo, con las risas de todos en la cafetería, menos de Chica, resonando en el lugar.

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Ese mismo día, Mangle caminaba en dirección a su casillero para guardar algunos libros que no necesitaba en sus siguientes clases. Al abrirlo, su rostro se desencajó al notar un muro de tabique en el interior. A su lado aparecieron Bonnie y Freddy, que bailaban frente a la desconcertada señorita.

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Eak y Towntrap se estaban asegurando de que el equipo de sonido para el concurso esté en perfectas condiciones; mientras el chico águila se giraba para buscar unos cables, el leoncito se alejaba para ir a buscar otras cosas.

En el momento en que su atención estaba en otro lado, la mesita donde estaban sus cosas se elevó en el aire sin que lo notarán. En el momento que volvieron, se detuvieron con extrañeza al ver que su equipo había desaparecido.

Nuevamente el dúo bromista se posó frente a ellos para hacer su bailecito raro, bajo la incredulidad del presidente y el secretario del consejo estudiantil.

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Fede se dirigía al baño para hacer lo que tenga que hacer; sus pasos lo llevaron al último cubículo, cerrando la puerta tras de sí y empezando a desabrocharse el pantalón. En el momento que subió la tapa del váter, un chorro de agua empezó a mojarle, en vano intentó cubrirse con los brazos. Cuando finalmente se detuvo su tortura acuosa, la puerta fue abierta por un par de payasos de nombre Bonnie y Freddy, que nuevamente bailaban y le zangoloteaban riéndose.

En cuanto se fueron, no sin antes chocar sus puños, el funtime sólo se quedó en su lugar sin saber cómo reaccionar.

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Un par de días después del incidente con el licuado, Bonbon y Loon se encontraban almorzando juntos como de costumbre en la cafetería. El pecoso estaba a punto de comerse una dona la cual se le fue arrebatada de las manos por un hilo.

El postre cayó en mano de Bonnie, que empezó a comérsela mientras se sacudía junto a Freddy, ambos incluso teniendo la osadía de mostrarles el trasero. Esto último sólo consiguió que Loon se pegara a su amiga que no sabía ni que pensar.

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—Chicos, deben dejar de hacer bromas —regañó la rubia teñida, mirándolos con advertencia, ambos tenían la cabeza agachada.

—Sí, Chica —respondieron, sin querer levantar la mirada, ocultando sus sonrisas maliciosas.

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La joven rubia se encontraba junto a Golden y Foxy escuchando una grabación que hicieron en un ensayo. Todo iba bien hasta que el audio cambió por ese típico tono de gemidos que te mandan los [censura] de tus amigos. Todos a su alrededor voltearon a verlos de inmediato, los tres se encogieron en su lugar, pidiendo que la tierra se los trague, al menos hasta que aparecieron los imbéciles de sus amigos, piqueteándoles las costillas.

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—Rata de dos patas te estoy hablando a ti —canturreaba la madre de Freddy mientras barría la sala­—. Porque un bicho rastrero aun siendo el más maldito, comparado contigo, se queda muy chiquito.

Se interrumpió cuando escuchó la puerta abrirse.

—¡Ya llegué! —exclamó Freddy, mientras se dirigía donde su madre.

—Hola, cariño —saludó, girándose para verlo—. ¿Qué tal te fue en la escue... la? ¿¡Qué te pasó!? —gritó alarmada al ver su rostro lleno de moretones­—. ¿¡Otra vez esos vándalos te golpearon!?

—Je, je, en realidad fueron Chica, Foxy y Golden —explicó rascándose la nuca, la mujer le miraba incrédula—. Es que les jugamos una broma.

—Oh...

Ambos se quedaron en silencio unos momentos, mirándose de forma dubitativa.

—¿Usaron los consejos que les di? —cuestionó la mayor.

—Sí.

—¿Y?

—No me arrepiento de nada.

—Ese es mi hijo.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora