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Después de aquella pequeña discusión, los chicos regresaron a sus lugares junto a Cami, la rubia aún molesta y los otros tres sobándose la cabeza, pero, a decir verdad, no se arrepentían de nada. El castaño tomó su celular, revisando de paso la boleta de su compañera extranjera.

—¿¡Nueve ocho de promedio en general!? —cuestionó alarmado, mirando el desfile de dieces y un par de nueves con los que se coronaba la chica, todos en aquel salón dirigieron su atención a la joven, con la boca abierta por la sorpresa.

—Lo siento, no se me da la literatura —explicó con calma, al recordar que esa fue una de las materia que sacó nueve.

—No es eso... —murmuró Chica, tomando el celular con su autoestima por los suelos, observaba en shock aquellas notas, mientras el móvil temblaba en sus manos.

—Es que en mi vida vería esas notas en mi boleta —comentó Bonnie algo asombrado, aunque era de esperarse, se decía—. Con razón es la waifu de Chic... —No pudo terminar su frase pues la banca donde estaba sentado se fue hacia atrás, provocando que cayera junto a ella, la mayor parte del salón lo observó con una mueca de dolor, él sólo se sostenía la cabeza con dolor, pues le rebotó.

—¿Tienes algo más que comentar? —cuestionó la rubia, uno de sus pies yacía levantado, mientras sus ojos amatistas permanecían clavados en el celular de Freddy, quien, por cierto, se estaba descojonando de la risa junto a Foxy.

—Si... —balbuceó incorporándose—. Comento que comentadamente mejor ya no comento nada.

—Que bien.

—¿Qué es una waifu? —indagó Cami con curiosidad, el pelirrojo solo negó con la cabeza parando sus risas.

—Mejor no lo sepas.

Freddy, que sólo escuchaba la plática de los chicos sin decir nada, se levantó de su asiento rápidamente cuando su celular comenzó a sonar, leyó el nombre del contacto. Cami fue la única que se percató del momento en el que su expresión se apagó, dejando atrás sus aires risueños.

—Hola, abuelo —dijo atendiendo a la llamada, habiendo salido del salón—. Sí, ya le dije... Está de acuerdo... Nos iremos el sábado en la madrugada... Ya me dieron calificaciones, pero no las he visto... Usted no se preocupe... Sí... Claro... Adiós... —Al colgar volvió a mirar la pantalla, aún seguía en la página de la escuela, fue a la sección de calificaciones y metió sus datos, una sonrisa se asomó en su rostro al ver un perfecto ocho de promedio general.

—¿Freddy? —llamó Bonnie, captando su atención.

—¡Perdón! Estaba hablando con mi abuelo sobre el viaje —respondió sin mirarle, fingiendo prestar atención a su teléfono—. Voy al baño, no me tardo —avisó alejándose del salón a paso rápido. Aquello sólo provocó que el más bajo encarnara una ceja, entrecerrando los ojos.

—Sospechoso...


Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora