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—Salió mejor de lo que esperé —admitió el castaño soltando un suspiro de alivio, su acompañante no respondió, se limitó a sonreírle. Una vez aclarada la situación con Fred, los seis estuvieron conviviendo un rato, más que nada para irse acostumbrando a los cambios entre ambas "personalidades", ir de a poco estaría bien, no tenían prisas—. Si no hubieses estado a mi lado seguro no habría logrado nada. —Se giró para contemplarlo con una expresión cariñosa—. Muchas gracias.

—No tienes porque, sabes que siempre voy a estar para ti. Si no tienes a nadie...

—Tú vas a estar conmigo. —Finalizó, ganando un asentimiento orgulloso de Bonnie—. Y es por eso que te quiero tanto.

Luego de aquella declaración se sumieron en el silencio, Bonnie se quedó quieto, estando a pocos pasos de la puerta de salida, contemplado al castaño con preocupación. Cuando se dio cuenta de ello, Freddy también se detuvo, teniendo una de sus manos en la puerta.

—Yo...

Estando a punto de hablar, Freddy negó con la cabeza, sin dejar de sonreír.

—Perdón, me salió natural, no tienes que contestar —aclaró sin más, empujando la puerta dispuesto a retirarse, dejando al mayor con la palabra en la boca.

Bonnie estaba a punto de reclamar, pero se calló al escuchar un quejido. Los dos se asomaron curiosos, encontrándose a un chico de cabello turquesa tirado en frente de ellos, al parecer Freddy lo empujó por accidente.

—¡Oh, perdón! —exclamó el castaño mientras se agachaba para ayudarlo a levantarse, ofreciendo su mano.

—No, está bien, es mi culpa por quedarme parado frente a la puerta —respondió aceptando la ayuda de Freddy.

—Je, debemos tener más cuidado a la próxima —musitó con un tono gentil, ganando un asentimiento. El menor alzó la mirada, encontrándose con los rojizos ojos de Bonnie, quien les observaba en silencio. 

Un sentimiento de incomodidad reino en el aire, hace tanto que no se hablaban, especialmente después de lo ocurrido en la presentación. 

En más de una ocasión Bon había querido preguntarle sobre lo ocurrido, si tenía algún problema o si podía hacer algo para ayudarle, pero no tenía el valor de ir y hacerlo sin más. Por otro lado, Bonnie aún se sentía algo avergonzado de lo ocurrido ese día, recuerda muy pocas cosas del momento, pero está casi seguro de que entre todas las personas que pasó a empujar ese día, su "maestro" era parte de ellas. 

Desviaron la mirada, Bonnie hacía el techo y Bon al suelo. Freddy, quien aún sostenía la mano del menor, comenzó a verles de forma mutua, examinando los rostros de ambos; una rápida idea llegó a su mente, provocando que su sonrisa se ampliara.

—Oh —exclamó repentinamente, chasqueando los dedos de su mano libre—. Mira, que suerte. —Se giró para ver al de pelo morado, quien balbuceó confundido al escuchar que le llamaban, Bon hizo un gesto de duda—. Bonnie me había dicho esta mañana que quería hablar contigo, pero no sabía cómo, esto es cosa del destino —dijo lo último al Toy, quien parpadeó confundido.

—¿E... en serio? —preguntó escéptico, más que nada por la cara de sorpresa nada disimulada del mayor.

—Obvio que no lo va a admitir. —Le susurró.

¿Qué carajo estás haciendo, Freddy? —bramó Fred con clara confusión, sin entender el propósito de todo eso.

—Me imagino que tienen muchas cosas de qué hablar —comentó mientras arrastraba a Bon hasta Bonnie, una vez hecho empezó a alejarse del edificio, bajando las pequeñas escaleras que llevaban a la entrada—. Me retiro, pasenla bien. —Se despidió con la mano y echó a correr lejos del par, oyendo los reclamos de su shadow, pero sin darles importancia.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora