Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)

40

Bonnie se adentro a la biblioteca mientras buscaba con la mirada al castaño, este se encontraba en una mesa con una pila de libros a su lado y un cuaderno lleno de apuntes y resúmenes que había estado haciendo desde que las clases terminaron.

Tan concentrado estaba en su labor que no notó su presencia, por lo que se colocó justo detrás de él, sin decir nada; pasaron varios minutos hasta que no pudo aguantar un estornudo, eso hizo que Freddy se asustara y lo golpeara con uno de los libros. Aunque no lo crean el brazos de espagueti si tiene su fuerza, con la cual logró que el guitarrista se fuera de espaldas y cayera al piso de forma estrepitosa.

Los otros presentes observaban la escena, algunos con sorpresa, otros con dolor ajeno y luego estaban los que se querían reír del atacado.

—¡Fazbear! ¿¡Acaso estás loco!? —bramó la bibliotecaria molesta, acercándose a los chicos.

—Yo... —balbuceó viendo a su amigo en el suelo, sosteniéndose la cara adolorido.

—¡Pudiste romper el libro! —regañó la mujer tomando el objeto antes mencionado con sumo cuidado, como si de un bebe se tratase—. ¿Qué no piensas o qué? La próxima que quieras romperle la cara a alguien que no sea con los libros.

—S... sí, señorita, disculpe —balbuceó viéndola como si de un duende se tratase, la mujer asintió soberbia y se alejó de ambos con el libro entre sus arrugadas manos.

—Creo que he visto mi vida pasar frente a mis ojos —gimió Bonnie, levantándose mientras sostenía su cabeza.

—¿Ves lo que pasa por llegar de forma ninja?

—¿¡Y tu tenias que pegarme con un libro!? —respondió enfadado, el otro se encogió de hombros.

—¿Qué querías? —inquirió retomando su lectura.

—Solamente vine a ver qué tanto hacías.

—Estudio para los exámenes de recuperación, reprobé tres materias —explicó mostrándole su cuaderno.

—Lengua, física y geografía —contó mientras ponía una mueca pensativa—. Bueno, si quieres te ayudo a estudiar —propuso con ánimos.

El castaño solamente desvió la mirada con cierto nerviosismo—. Eres muy amable, pero mejor le pido ayuda a Golden —contestó sin verlo, aunque estaba muy seguro de cuál sería su reacción.

—¿Eskiusmi? —chilló llevando una de sus manos a su pecho, clara señal de indignación— ¿Estás rechazando mi ayuda para irte a estudiar con Risitos de Oro?

—Pues... —Al hablar alargó la «E»—. La palabra rechazo es algo fuerte, ¿no crees? Yo diría más bien, ahorrarte el trabajo.

—¡Ah! ¿Me estás tratando de decir que Golden es mejor que yo? —retó.

—Pues... —Repitió la anterior acción—. Siendo sinceros, Golden tiene estudios avanzados y tú apenas llegas al promedio. —Empezó a decir, como quien no quiere la cosa, Bonnie le miró incrédulo antes de levantarse molesto.

—¿Sabes qué? ¡Olvídalo! ¡Me pierdes Freddy, me pierdes! —reclamó antes de irse de forma altiva.

—¡Espera, Bonnie, no te enojes! —pidió tomando su cuaderno para guardarlo y luego ir corriendo tras él.

—Desde ahora mi mejor amigo va a ser Fox, tú estás muerto para mí —declaró, el castaño llevó una mano a su pecho con dolor.

—¡No me puedes hacer esto! Sabes que no soy nada sin ti —lloriqueó tratando de seguirle el paso, hasta que ambos salieron de la biblioteca.

La bibliotecaria solamente los miraba irse—. Esto es mejor que la Margarita de San José —comentó al aire, sonriendo divertida.

—Em, señora —llamó uno de los alumnos que iba a reportar que se llevaba un libro—, Freddy se fue sin acomodar los libros —avisó apuntando la mesa donde antes estaba el castaño.

—¡Maldito mocoso! —bramó enfadada, consiguiendo que todos los presentes la mandaran a callar.