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AU: SICK.
Los pasillos blancos y descoloridos se hallaban casi vacíos, con excepción de un joven de semi largo cabello castaño que avanzaba en silla de ruedas. A pesar de que el lugar se encontraba deshabitado, podía escuchar a lo lejos algunos gritos, risas y llantos de otros pacientes en ese infierno llamado "Hospital psiquiátrico". Podría decirse que en cierto modo ya estaba acostumbrado a este ruidoso escenario, no por nada ya van a ser cuatro años encerrado en esa prisión, en este punto es prácticamente inmutable ante el caos de su alrededor.
Su destino era una pequeña biblioteca que había en ese lugar. La nueva enfermera, que medio recuerda su nombre empezaba con C, había estado insistiendo en que buscara algún hobby y no piense todo el día en su parásito, en especial desde que tiene que estar en esa silla.
Estar todo el día encerrado junto a un pelirrojo neurótico y un rubio idiota que sólo pensaba en quemar cosas, personas y a él mismo no ayudaban en nada, estaba harto de todo y que una novata y recién graduada llegara a tratar de devolverle su "felicidad" le irritaba a más no poder, lo hacía ver todo tan fácil.
Literal, los que están ahí es porque ya no pueden funcionar en la sociedad, no tienen más opción que permanecer ahí por el bienestar de los demás ciudadanos.
Suspiró cansado cuando al fin llegó al sitio, notando a una joven de cabello azul recogido en un chongo, sentada frente a un escritorio casi a la entrada, ella al verlo puso una mueca.
—Hace dos semanas que no te veo, ya entiendo porque —mencionó levantándose de su sitio y acercándose al chico.
—No quiero tu lástima —respondió con un tono ácido.
—No es... —Se interrumpió a sí misma, negando resignada, cuando Freddy Fazbear se ponía en ese modo se volvía jodidamente testarudo.
Aún recordaba cuando lo conoció hace tres años, era un chico más positivo y algo inseguro, pero que mantenía esperanza en que algún día mejoraría y saldría de ese sitio. Aquel Freddy fue muriendo al pasar los días, semanas, meses y años.
—¿Buscas algo en específico?
El joven cerró los ojos unos momentos, en su mente no paraban de resonar susurros de un parásito que no hacía nada más que arruinar y destruir su existencia. Ójala fuera un demonio o espectro que pudiera exorcizar o un trastorno diagnosticado que pudiera contrarrestarse. La naturaleza de su "enfermedad" era un enigma.
—Supongo que la sección de misterio estará bien —pronunció en un murmullo, tenía un pequeño dolor de cabeza.
La chica señaló un pasillo, él miró donde apuntaba—. ¿Crees que puedas? Tengo que salir a entregar unos papeles —preguntó con cautela, tratando de acariciar sus cabellos, Freddy sólo quitó su cabeza.
—Mientras la antorcha humana no consiga un mechero o el wendigo se suelte, estaré bien —respondió con una ironía maliciosa, aunque Golden sea lo más parecido que tiene a un "amigo" y no tuviera nada en contra de Springtrap, no podía ignorar que eran peligrosos y personas con las que, de no ser por su propia situación enfermiza, no quisiera convivir.
—Entonces te dejó a cargo por unos momentos. —Le pidió, el chico asintió mientras se dirigía a los estantes.
Comenzó a mirar entre todos los libros hasta que uno captó su atención, "El código Da Vinci", un grueso y tedioso libro que hace unos años le daba pereza ver. Quien diría que hoy en día le parece más llamativo que pensar en su situación y quedarse sólo con sus pensamientos y los susurros de esa cosa.
Su madre siempre le habló de la importancia de leer, pero él siempre hizo caso omiso, siendo él niño infantil que era.
—Pero ya no tengo a nadie que me regañe —susurró con los borrosos recuerdos de una mujer tendida en un charco de sangre. Sintió las lágrimas apunto de escapar de sus ojos, pero intentó aguantar lo mejor que pudo—. Te maldigo, Fred.
Extendió su brazo hacia el libro, pero no lograba alcanzarlo, soltó un gruñido, maldecía también su pierna rota. Intentó levantarse usando uno de sus brazos, extendiendo lo más que podía el otro, haciendo que la silla se hiciera para atrás.
Finalmente pasó lo que tenía que pasar, terminó cayendo de boca, golpeando su cabeza contra el piso, un horrible dolor en su pierna se hizo presente, sacándole un quejido.
Con una de sus manos golpeaba al piso y con la otra se jalaba de los cabellos en señal de frustración, las risas de "Fred" no ayudaban para nada.
Para empeorar la situación escuchó pasos en la sala, sabía que no era Lily, pues esta hubiese preguntado si aún seguía ahí. Rogó porque no fuera el imbécil de Deuz o la loca de Mai, ya tenía suficiente con esto. Sintió una presencia a su lado, por lo que, con cansancio, volteó a ver a la persona.
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Aparte de los especiales parodia, haré unos basados en los AU's, idea saca del libro "La dueña de todo" de DaddyNima-10
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Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)
FanfictionA veces la ayuda viene de los lugares más inesperadamente extraños. Al inicio solamente quería hacerle un favor a un "amigo" enseñándole sus conocimientos con la guitarra, pero conforme fue pasando el tiempo y gracias a su inesperada ayuda, su relac...