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—¡¿QUÉ HICISTE QUÉ?! / —¡¿QUÉ HIZO QUÉ?!

...

Realmente no le importaba y no se proyectó nunca en la situación actual. Hasta el momento en que le ofreció ensayar juntos, nunca se había detenido a analizar quién era Freddy. Sólo un compañero de clases y de banda, un chico que por sí sólo no destacaba, que permanecía lejos de las miradas de los demás, manteniéndose al margen o al menos intentándolo. Siempre con esa sonrisa falsa, con esa personalidad actuada, con palabras amables y motivadoras pero carentes de sentimientos. Siempre fue consciente de esto, pero, ¿le importaba acaso? No es que él fuera muy sincero tampoco.

Freddy y él eran muy parecidos en una cosa, antes a ninguno le importaba nadie más que si mismos, ambos escondieron esa personalidad egoísta y desecha tras sonrisas despreocupadas, tras actitudes que intentaban ser animadas y sociales, pero a la mínima oportunidad ambos se aislaban de los demás para que nadie viera esa parte suya que tanto se esforzaban por ocultar. Y no es que sea algo malo, al menos él no lo ve así, cada uno tenía sus problemas, lo que otros hicieran con los suyos les daba lo mismo.

Entonces, ¿qué fue lo que cambió? ¿Qué te hizo tomar esa decisión? ¿Por qué te metiste en esa pelea aquel día? ¿Qué buscabas con ello? ¿Un acto altruista? ¿Un intento de limpiar tus pecados? ¿Pena? ¿Lástima? ¿Te proyectaste en aquella situación? ¿Qué te incitó? ¿Qué...?

¿Y qué lo incito a él? ¿Cómo es que de dos simples compañeros que se respetaban, pero apenas y se miraban, terminaron siendo... esto?

Cuando menos se dio cuenta, lo abrazaba mientras este sufría la perdida de un ser querido. 

Cuando menos se dio cuenta, ya se preocupaba sobre lo que este pudiese sentir y hacía lo posible para subirle el animo con discusiones bobas o creando situaciones ridículamente divertidas. Pero...

¿Por qué de repente empezó a sentir simpatía por él? Era sólo un chico podrido por dentro, que odiaba su miserable vida, al lado de un padre abusivo y maltratador que en cualquier momento podía matarlo.

Observa su brazo y recuerda aquel día, donde se dio cuenta de que sin importar qué, Freddy estaría a su lado en las buenas y en las malas, como un matrimonio entre... mejores amigos.

...

—¡Ah! Al fin, estoy hecha papilla. —Chica se dejo caer en el frío piso con una expresión cansada. Llevaba toda la mañana ayudando a arreglar y decorar el auditorio para la fiesta del sábado. 

No podía creer que el año estaba a nada de concluir. Pensar que a inicios de este estaba sola, sin amigos, sin nadie que soportará su carácter. Pero como decía su madre, sólo tenía que esperar a que llegaran los indicados. Ahora no sólo tiene a su grupo de orangutanes, también tiene una linda novia y varios amigos, no tan cercanos como los primeros pero también preciados. 

Hablando de amigos no tan cercanos. Su campo de visión fue tapado por el rostro de la joven tomboy, que tenía una sonrisa divertida dirigida a ella. Le devolvió el gesto, más débil, pues la fatiga que tenía era muy grande.

—Mira el lado positivo, todo quedo genial.

Cierto, parecía un salón de fiestas de verdad. El piso estaba cubierto por una alfombra azul oscuro y las mesas rodeaban todo el lugar, dejando un espacio en el medio, destinado a las parejas o grupos que se animen a bailar junto a la música de fondo. Los manteles, hechos por el club de costura, era de un tono celeste casi blanco fácil de ensuciar y las sillas rentadas también estaban cubiertas de esta misma tela. 

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora