—Veamos —murmuró cierto pelirrojo mientras se preparaba para esa noche—. Peinado rídiculo y con excesivo gel, listo —susurró mientras terminaba de arreglar su cabello—. Traje terriblemente incómodo y formal, listo —murmuró acomodando las solapas de la chaqueta negra que vestía—. El dialogo escrito por Golden que tuve que memorizar como su fuera la exposición de mi vida porque según él yo sólo dire pura estupideces, listo. —Observó fijamente el libreto que hace unos días le había entregado su "amigo"—. Um... ¿qué me falta? Oh, claro, que llegue la hora.
Miró a través de la ventana de su habitación el cielo despejado y claro, que permitía que los rayos del sol bañaran toda la ciudad, matando de calor a todo aquel pobre que tenía la desgracia de estar fuera en esos momentos. Sí, quizás nuestro titán se dejó llevar un poco con eso de prepararse desde temprano, ¡pero no lo culpen! El pobre está algo nervioso.
Sentándose en el borde de su cama, dejó escapar un suspiro mientras tomaba el libreto que Golden le había entregado, volviendo a leerlo. Si bien las líneas eran hermosas y no sólo había memorizado la declaración sino las múltiples respuestas que su amado podría darle, desde el feliz "Acepto", hasta el trágico "Sólo te veo como amigo" o el también horrible, pero irónicamente menos doloroso "No, me das asco".
Sabe que el responsable de esto fue probablemente el mayordomo extraño que lo acompaña la mayor parte del tiempo, pero haberse tomado tales molestias y preparar incluso un libreto con distintas rutas alternativas con escenarios muy variables le intimidaba un poco.
El mundo de los riquillos era, sin duda, algo con lo que nunca podría conectar.
Pero, a pesar de todo, estaba agradecido por la implicación que tuvo Golden con él, aún si gran parte de todo esto fue una venganza por todos los meses de violencia y maltrato entre ambos.
Hasta que llegara la hora de la fiesta, al menos ensayaría un poco, incluso si le parecía un poco surreal esto de memorizar su declaración, confiaba en Golden en esto.
Lo que uno hace por amor.
. . .
Mientras tanto, en la mansión de la familia Golden, en una de las tantas habitaciones del lugar, un adolescente rubia se encontraba recostado en su sillón con la cabeza en dirección al techo, pues en esos momentos estaba usando una mascarilla de aguacate para hidratar su piel, al mismo tiempo recibía un masaje en los hombros y le hacían la manicura y pedicura.
—Junior —Saludó su padre entrando en la habitación, vestido únicamente con su bata y unas pantuflas de osito doradas. En su mano llevaba una tablet en la cual se podía ver el capitulo pausado de alguna serie de Netflix, quizás una de esas muchas de narcotraficantes que últimamente se volvieron muy populares.
—Padre —murmuró con una voz relajada, casi somnolienta.
—Escuche que hubo un cambio de planes en tu presentación de hoy, ¿a qué se debe? —cuestionó recostándose en otro sillón, inmediatamente la señorita que le hacía masaje al menor paso a trabajar en el mayor, mientras un señor le acercaba una bandeja con una humeante taza de café.
—Un favor a un "amigo" —respondió tranquilamente, sabía que su padre no pondría peros y que confiaba en él para manejarse sólo en su carrera.
—Bien. —No le importaba honestamente, sólo había preguntado por curiosidad. La forma en que quisiera su hijo manejar sus conciertos estaba bien, hasta ahora no han habido problemas.
—Oye. —Luego de un muy buen rato y ya con sus uñas perfectas, Golden finalmente se preparaba para ir a darse una larga ducha y elegir entre los varios trajes que Jeffrey ya le había seleccionado para usar esa noche. Sin embargo, necesitaba hacerle una pregunta a su padre antes de eso—. ¿Por qué ella? —Su padre le miró con una ceja en alto, sin entender la pregunta—. ¿Por qué mamá? De todas las mujeres que probablemente conocías...
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Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)
FanficA veces la ayuda viene de los lugares más inesperadamente extraños. Al inicio solamente quería hacerle un favor a un "amigo" enseñándole sus conocimientos con la guitarra, pero conforme fue pasando el tiempo y gracias a su inesperada ayuda, su relac...