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—¡Llegamos! —La animada voz de Chica hizo eco en toda la habitación, ella ingresaba a la sala, seguida del otro par.

Freddy se quedó paralizado al verlos, Bonnie simplemente le dio una sonrisa comprensiva, tomando la iniciativa por su amigo.

—Vengan —Les invitó a sentarse, apuntando a unas sillas que antes habían acomodado para que quedaran de frente a Freddy. Golden y Chica obedecieron, acomodándose en ellas. Foxy, en cambio, se sentó en el piso con las piernas cruzadas.

—¿Por qué nos han citado? —interrogó el rubio con curiosidad.

Son tantas veces que me digo que no.

—Bueno... —Freddy comenzó a hablar, sin tener el valor de mirarles a la cara. Permanecía sentado, con las manos apoyadas en sus rodillas, estas se hallaban temblorosas, apretando la tela de su pantalón. ¿Era tarde para retractarse?—. Han pasado ya ocho meses desde que llegué a esta escuela y, eventualmente, nos conocimos y formamos nuestro intento de banda —rió nervioso al decir lo último—. A decir verdad, en todo este tiempo yo les he estado ocultando algo sobre mi, algo delicado.

—¿Delicado? ¿Tiene que ver con tus raros comportamientos?

—¿Raros... comportamientos?

—Sí, ya sabes, a veces tu personalidad cambia de forma... radical, ¿tiene que ver con eso? —Tanto Freddy como Bonnie se sorprendieron ante la observación de Golden, que había acertado totalmente.

—Nada se te escapa —bromeó, sin una pizca de diversión en la voz, era más bien preocupación—. Miren, es un tema difícil de tratar, por eso quiero que me escuchen hasta el final, cualquier pregunta o duda que tengan... esperen hasta que termine, por favor.

—Si lo dices de ese modo... —balbuceó Chica, bastante confundida por el rumbo que estaba tomando la conversación, también por lo tenso que se notaba Freddy.

Bonnie podía notar el pánico de su amigo, parecía que en cualquier momento le iba a dar algo, eso comenzaba a ponerle ansioso, temiendo que la situación se saliera de control.

El moreno tomó un poco de aire antes de comenzar a explicar su situación:

Me duermo esperando a que no haya respuestas.

—No recuerdo desde cuándo empezó o por qué, muchos de mis recuerdos sobre mi infancia son borrosos, como si mi cerebro los hubiese desechado sin más. No me acuerdo del día en que él apareció, cuándo llegó a mi vida, pero puedo recordar las cosas que he tenido que vivir gracias a esta extraña condición nuestra.

Escucho a mi propia voz desde mi interior:

No me gusta mucho el término, pero creo que es la forma más sencilla de que lo entiendan, tengo doble personalidad, la otra es a la que llamo Fred. No me gusta considerarlo como "otro yo", porque su existencia, incluso para mí, es todo un enigma que ni los mejores psicólogos han podido resolver. Lo único de lo que estoy seguro es que ambos tenemos una fuerte conexión espiritual, mental y emocional; si yo estoy triste, Fred también siente esa tristeza, si estoy de buen humor, él también lo estará.

No puedo ni respirar.

Los primeros años eran tranquilos, a pesar de lo malditamente incómodo que es tener "algo" que te sigue a todas partes y no se separa de ti las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, supongo que te terminas acostumbrando.

Y tengo miedo de pensar en lo que venga después.

Él es esa clase de persona que le gusta hacer su santa voluntad sin medir las consecuencias. Ustedes saben que yo soy un maricón de primera, así que chocamos mucho por estos motivos. Freddy era la excesiva prudencia, el "angelito", quien no rompe un plato, el "buen niño"; Fred es el travieso, el despreocupado, quien sólo piensa en disfrutar sin importar si afecta o no a otros. Todo esto era algo que, a tan corta edad, me provocaba dolores de cabeza y niveles de estrés que no debería tener un mocoso de primaria.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora