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Incluso sin saberlo... no sé cómo lo haces... pero...

El castaño se encontraba en su habitación, hablando por teléfono con su abuelo, escuchaba atentamente cada una de sus palabras e instrucciones. Habían planeado desde hace un tiempo unas vacaciones en familia, en sus orígenes, el lugar donde nació y vivió los primeros años de su vida antes de todas esas mudanzas. El castaño miraba al piso sintiéndose algo melancólico, ese viaje estaba pensado desde antes que su abuela cayera en coma.

—No se preocupe, le prometo que estaremos ahí para vacaciones —aseguró, recostandose en su cama boca arriba, observando el techo como si fuese lo más interesante del mundo—. Aunque sólo me dan dos semanas de vacaciones.

Dos semanas, uno o tres días, no importa, el chiste es estar en familia, ¿verdad, Alberto? —No pudo evitar reír ante sus palabras.

—Soy Freddy, Alberto es tu gato, abuelo.

—... Oh, vaya, tengo un gato —murmuró extrañado, mientras el felino se ponía a maullar.

¿Cómo no se ha muerto de hambre el pobre animal? ­­—pensó cuando la llamada terminó, ligeramente preocupado por el bienestar de Alberto. Su abuelo siempre tuvo la costumbre de ponerle nombres "humanos" a sus mascotas.

La puerta de su habitación se hallaba entreabierta, dejando ver parte del ya oscuro pasillo. Aún debía explicarle a su madre sobre el viaje, estaba planeado que fuese un regalo de su parte ya que por cuestiones de la mudanza y el cambio de escuela tuvieron que recortar muchos gastos, entre ellos los regalos para el día de las madres y el cumpleaños de la mayor. Había ahorrado mucho gracias a la asquerosa, pero bendita comida de la cafetería y esos días sin comer en el campamento también le ahorraron unos cuantos centavos, así que consiguió pagar no sólo los sesenta dólares en boletos de autobús, también algún lunch para el camino que no sean los sandwiches de jamón y queso de siempre.

Además, ya no le preocupaba su medicina, las cosas con Fred habían mejorado y ya no se sentía amenazado por él... no tanto.

—Se fuerte, estúpida, se fuerte. —Se animó a sí mismo, tratando de levantarse de su cama para ir hacia la habitación de su madre, pero sentía una opresión que le impedía salir de su lugar. Agachó la cabeza sintiéndose impotente, era un débil, un pobre idiota inseguro.

Salió de sus negativos pensamientos cuando escuchó el timbre de su celular; tomó aquel aparato de la mesita de noche a lado de su cama y miró a la pantalla con duda.

«Elmo 2.0»

Colocó el patrón de desbloqueo para poder leer lo que su buen amigo le había escrito.

Al leer y responder los mensajes, todo el tiempo mantuvo una sonrisa amplia, tecleando con emoción y prisa

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Al leer y responder los mensajes, todo el tiempo mantuvo una sonrisa amplia, tecleando con emoción y prisa.

Soltó una pequeña carcajada al leer el último mensaje, bloqueó nuevamente su celular y observó a la puerta, frunció el ceño y tomó aire antes de levantarse

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Soltó una pequeña carcajada al leer el último mensaje, bloqueó nuevamente su celular y observó a la puerta, frunció el ceño y tomó aire antes de levantarse.

Siempre sabes cómo subirme el ánimo y darme valor.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora