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Los alumnos de segundo se miraban unos a otros con una expresión de fastidio, estaban a tres semanas de terminar su segundo periodo de evaluaciones, más corto que el primero, y también a nada de salir de vacaciones. No habría mayor problema, solamente que su calificación final de educación física era hacer una obra de teatro y ninguno quería hacerlo, preferían la tabla rítmica, pero la maestra se hizo de oídos sordos y comenzó a repartir los papeles.

Personas como Chica o Maggie tuvieron suerte de ser parte de la decoración y vestuarios, pero el resto de los mortales, no, ellos estaban condenados a ser actores. Bonnie practicaba su risa malvada, pues él era el villano, Freddy solamente portaba una pequeña sonrisa, que después se volvió una mueca, él era el príncipe de la obra y le tocaba batallar con su amigo.

—Oye, Freddy~ —El castaño apenas pudo esquivar a la rama con la cual Bonnie iba a golpearlo—. ¡En guardia!

—Estás loco —murmuró tomando otra rama para hacerle frente, el otro sólo rió antes de lanzarse al combate—. Oye, parásito.

¿Dime, imperfecto?

¿No quieres ser tú el que haga la obra? La verdad no me entusiasma mucho la idea de protagonizar —pidió, sin dejar de concentrarse en su pelea.

Claro, claro, como tu princesa no es Bonnie pues no te gusta —se burló, carcajeandose pícaramente al ver como se sonrojaba, ese pequeño momento de distracción fue todo lo que se necesitó para que fuese derribado con una especie de barrida, que lo dejó tirado en el piso con un grito ahogado, mientras la "espada" se posaba en su pecho.

—¿Y te haces llamar héroe? —preguntó con ironía, ganando la mirada sorprendida de Freddy, quien suspiró apenas para después componer una sarcástica sonrisa. Una patada en el tobillo del más bajo fue suficiente para tirarlo, aprovechó para colocarse encima suya, aprisionando sus muñecas y dejándolo asombrado.

Te puedo dar varias razones de porque esta escena se ve muy comprometedora. —Comenzó a decir Fred.

Te puedo dar varias razones por las que eso no me importa —contestó, sin dejar de forcejear con Bonnie, lo cual llevó a que se revolcaran en el pasto.

—¡Freddy, Bonnie! —Escucharon un grito femenino, la causante era su amiga rubia, que se dirigía a ellos corriendo. La velocidad de la joven fue disminuyendo a medida que se acercaba, mientras el desconcierto se hacía presente en su rostro, el par se miró y luego a su amiga, que tenía una ceja arqueada—. Ignoraré lo terriblemente homosexuales que se ven y les preguntaré si no quieren ir más tarde por unas tortas a la fonda de Doña Clara.

—¿Quién más irá? —preguntó Bonnie, quitándose de encima al castaño.

—Fox y Golden —respondió acercándose y sacando de su mochila un cepillo y una liga—. Como se vinieron de apáticos aquí ya no se enteraron, pero también estaba ir por helados o a la cafetería.

—Las tortas suenan bien —responde el moreno, mientras la joven se acomoda tras él, deshaciendo su coleta y comenzando a quitarle el pasto y ramas secas que quedaron atoradas en su pelo.

—Es lo que dijimos.

—¿Después de clases? —preguntó Bonnie extrañado—. Creí que íbamos a ensayar.

La joven bufó, tomando el peine y comenzando a cepillar al castaño—. Golden me convenció, dice que estar ensayando todo el tiempo es aburrido y que no hay tanta prisa, que me tome las cosas con calma. ¡O sea, yo siempre estoy calmada! —exclamó, usando una liga para amarrar el cabello de Freddy, la otra simplemente la guardó para después tirarla en la basura y no ensuciar más su mundo.

—Claro, claro —respondió Bonnie, riendo entre dientes mientras ella se posiciona tras él, quitándole su diadema y repitiendo la acción de sacar las basuritas de su pelo.

—Por cierto, ¿qué piensan de la obra?, ¿les gustó sus papeles? —preguntó, mientras tomaba el cepillo.

—¡Me encanta! ­—exclama Bonnie con emoción; ser el malo, el que causa el caos y hace el mundo arder, era, sin duda, su sueño de toda la vida.

—Si fuera una roca hubiese estado perfecto —comentó Freddy encogiéndose de hombros, como siempre, no le gustaba destacar.

—Lástima que Puppet y Mai sean de primero, ellas siempre tienen buenos diseños —murmuró la joven haciendo un puchero mientras terminaba de cepillar a su amigo.

—Siempre puedes pedirles consejos —propuso el castaño viendo cómo le colocaba a su amigo la diadema de "machos".

—¡Tienes razón! —exclamó levantándose con emoción, sacó su celular y miró la hora—. Ya va a terminar el descanso, hay que volver al salón —ordenó.

—Si, mamá~ —canturrean ambos, tomando sus mochilas que estaban arrojadas por ahí y se levantaron para seguirle, sacudiendo de paso su ropa.

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¡Me estoy saliendo del cannon de los personajes! (Jaja, como si importara en este punto)

Lo peor es que me gusta el resultado. Espero no les moleste.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora