75

1.1K 141 215
                                    

Chica, Foxy y Golden estaban a punto de entrar a la sala de ensayos, pero antes de que eso pasara, la rubia los detuvo, apuntando con su cabeza hacia el fondo del salón. Ahí estaban Bonnie y Freddy, escuchando música en el teléfono del primero, ambos muy pegados uno del otro mientras compartían sonrisas cómplices.

Quizás no era algo nuevo, pero Chica no podía evitar sentir cierta ternura ante su confianza. Golden concordaba con ella, era hasta de envidiar la forma en la que ambos se tratan, especialmente por esa aura especial que los envolvía a ambos. Pero ninguno de los dos se percató de un detalle, uno que comenzaba a hacerse muy evidente ante los ojos del pelirrojo, quien observaba con curiosidad al castaño.

—¿Van a quedarse ahí todo el día? —preguntó Bonnie cuando se percató de su presencia—. Ya sólo falta un mes para el evento.

—En realidad un mes y una semana —musitó el castaño mientras se quitaba el audífono con el que antes escuchaba música—. Pero según yo, no estamos nada mal —mencionó sonriendo con calma.

—Es verdad, pero ya sabes, la práctica hace al maestro —le recordó la rubia mientras dejaba sus cosas encima de una banca que había en el lugar, antes de alejarse sacó algo de su bolso. Finalmente se encaminó donde Bonnie—. ¿Uh? —balbuceó al observar mejor, percatandose de las marcas en su rostro provocadas hace apenas unas horas—. ¿¡Pero qué demonios te pasó!?

—Tienes la cara hecha mierda —masculló el pelirrojo componiendo una mueca, Golden le imitó.

—Em... si... larga historia —respondió riendo tenso, podía sentir la penetrante mirada de Freddy sobre él. Realmente no quería tener que vivir algo similar a lo de hace un rato, bueno, con una pequeña excepción. Miró disimuladamente donde estaban sus cosas, en su mochila se encontraba asomada la cabeza del conejito de peluche que le dio el castaño, aquello le sacó una sonrisa.

—¿Cómo no te han desfigurado la cara con tanto golpe? —Se lamentó Golden, acercándose para inspeccionar.

—Pues muy guapo no está, ¿sabes? —bromeó Foxy tratando de aligerar el ambiente, sirvió un poco, pues los demás no evitaron dejar escapar una suave risa, mientras Bonnie fingía un puchero.

—Aún no has respondido mi pregunta, jovencito —mencionó la teñida llevando sus manos a la cintura y zapateando, su tono de voz era igual al de una madre regañando a su hijo.

—Me intentaron asaltar, no traía nada aparte de mi celular. —Comenzó a decir, sin embargo se detuvo a media frase, recordando el momento donde su padre lo tomó del cuello de la camisa—... Y como puse resistencia... —El momento en que lo empujó y como en respuesta recibió un golpe en el rostro—... Se enojó —recuerda como lo amenazó y la expresión de odio que le ganaron un par de golpes más.

Los cálidos brazos de su compañera lograron que regresara de entre sus recuerdos, no dijo nada más, simplemente correspondió al gesto aun estando algo perdido.

—El bastardo que te hizo eso merece ir a prisión. —Escuchó decir a Golden, era extraño, se podía percibir furia en sus palabras.

—Por primera vez estamos de acuerdo —respondió Foxy.

—Por lo menos que le devuelvan la jugada. —Ahora quien habló fue Freddy, el cual bufaba molesto, Chica no respondió, sólo se separó un poco, pero manteniendo un agarre en sus hombros—. Pero bueno, él pagará, porque nadie se salva del karma.

Una pequeña sonrisa asomó en sus labios, escuchando las miles de formas en las que sus amigos quisieran vengarse de aquel que le golpeó, desgraciadamente estas nunca podrían hacerse realidad.

Quizás...

—En fin, yo quería darte esto —mencionó Chica mientras le mostraba una bolsa de regalo pequeña—. Feliz cumpleaños, Bonnifacio —bromeó, regalándole una sonrisa cómplice, una la cual fue correspondida.

—Cierto, ya se me estaba olvidando.. —Se dijo así mismo el rubio mientras se golpeaba ligeramente la sien, también se acercó a la mochila de Chica, a quien le había pedido que le guardara su regalo.

—Gracias chicos, no se hubiesen molestado —mencionó Bonnie, sosteniendo las bolsas que le dieron ambos rubios, una tercera se agregó, cortesía del pelirrojo.

Aquello provocó que todos le vieran con sorpresa, sinceramente no se esperaban nada de su parte. Sus expresiones incrédulas posadas en él provocaron que soltara un gruñido, con cierta vergüenza de paso.

—¿Van a seguir mirando todo el día? ¿No que teníamos ensayo?

—¡Cierto, cierto! —exclamó la joven rubia mientras chasqueaba los dedos, con esto dicho, todos comenzaron a preparar sus instrumentos para iniciar. Foxy suspiró antes de mirar de reojo al moradito, el cual colocaba todos los regalos junto a sus cosas, no podía creer que, pese a sus heridas, pudiera seguir sonriendo con aquel entusiasmo—. Y luego dices que no lo quieres —murmuró Chica con un tono burlón, provocando que el rostro del más alto se tiñera de rojo.

—¡Cállate! 

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora