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—Y básicamente eso fue lo que pasó —dijo Bonnie al terminar de relatar lo que había ocurrido con su madre, seguía siendo acurrucado tiernamente por ambos Fazbear, lo cual le daba un poco de tranquilidad y paz consigo mismo, aunque el malestar seguía presente.

—Entiendo —musitó la mayor luego de analizar toda la situación—. Por hoy quédate aquí, mañana veremos cómo resolver todo esto, han sido muchas emociones por una noche y debes estar cansado —propuso mientras le dedicaba una gentil sonrisa que en verdad le conmovió, se aferró a su agarre, deseando que ese momento durara un poco más, una vida entera si no es mucho pedir. La seguridad, creer que estás protegido de cualquier mal del mundo, que no hay nada ni nadie que pueda hacerte daño, deseaba aferrarse con toda su alma a ese sentimiento.

A pesar de que no tenía mucha hambre se vio un poco obligado a cenar antes de irse a tomar un baño, no había sido igual que con esa mujer, la diferencia era clara, Marta se lo dijo con un tono dulce y cariñoso, que demostraba su genuina preocupación por él y no sólo un sentimiento de: Es mi carga y debo cuidarla.

Aunque una parte de él estaba contenta con recibir esa atención y cariño, la otra se sentía jodidamente mal por el hecho de sentirse tan bien y tan querido por una mujer que no era su madre. Porque no importa lo mucho que lo desee y anhele o si está más cómodo en brazos de la castaña, estando en su casa, contándole alguno de sus problemas, comiendo sus comidas o cuando la escuchaba hablar de su día, su trabajo o sus amigos. Nada de eso importa, porque ella no es su madre, es la de su querido amigo, la suya es una infeliz y abusada mujer que en estos momentos debe estar ahogándose en su culpa y lágrimas, que estaba al borde del estrés, batallando contra una máquina que no entiende para ganar dinero que les permita alimentarse por unos años más, que vive amargada por cometer el error de enamorarse de William, si es que alguna vez hubo amor entre ellos o fue sólo el calor del momento, no tiene idea y duda que eso importe en esos momentos. 

Entonces se da cuenta de que sin importar cuánto lo intente o cuánto se esfuerce, él no puede huir de su realidad, todo en su vida está mal desde el comienzo.

Intentó calmarse en lo que terminaba de ducharse, secándose su cuerpo con lentitud, tratando de tomarse todo el tiempo del mundo para poder relajarse antes de enfrentarse a sus amigos, porque si bien no podía tomar a Marta Fazbear como su madre, si podía hacerlo como su amiga, al igual que Chica, Foxy, Golden y Fred, al igual que a Freddy y Bon.

Ella no puede ser su madre, pero puede ser parte de su pequeña familia conformada por sus amigos.

Salió de sus vacilaciones cuando se topó con una extraña escena, Freddy y Marta empujando el colchón del primero hacía la habitación de la segunda, siendo su única herramienta los brazos de espagueti de ambos, estos estaban haciendo bromas entre ellos mientras reían amenamente.

—¿Qué hacen? —interrogó, ganando la atención del par que le mostraron una de las sonrisas más hermosas que verá en su vida.

—¡Pijamada! —exclamaron con un tono entusiasmado, él sólo pudo parpadear confundido.

. . .

Se sintió algo nervioso estando en esa habitación, no era la primera vez que entraba al cuarto de la mayor, sin embargo, nunca se había quedado a dormir ahí, siempre era donde Freddy. La habitación era simple, con una decoración sencilla, equipada con un armario, un tocador lleno de cremas para la piel y algunos estuches de maquillaje, en realidad nunca la ha visto usar, debe hacerlo en ocasiones muy contadas. Ella tenía una mesita de noche donde había una sencilla lámpara y una fotografía de ella y su hijo, aparte de la cama que en esos momento no tenía colchón. Ella también tenía una pequeña televisión en su cuarto, aunque era de esas viejas de caja.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora