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—Diablos, ¿dónde se metió esa mocosa? —Se preguntaba un frustrado Bon, quien buscaba a su compañera y amiga rubia, la cual no lograba hallar por ningún sitio.

Desde hace un tiempo que ella se comportaba extraña, evasiva y algo cortante, más que nada con él, o así lo sentía. Antes no le había dado tanta importancia, porque ella también tenía el derecho de ponerse rara en ocasiones, sin embargo, ya empezaba a preocuparse por lo que estuviese mortificando a la joven. En esos momento se encontraba en el patio trasero de la escuela, ese que casi nadie visitaba por ser pequeño y sin bancas. Tomando en cuenta que los del turno de la tarde estaban en clases, a esa hora suele estar desértico y vacío, pero pudo captar dos voces que le parecían conocidas, no tan lejos de la entrada.

—¿Estás seguro de querer hacerlo? —Aquella era la voz del chico pelirrojo que estaba en la banda de Bonnie, Foxy si mal no recordaba.

—Completamente seguro. —Esa otra voz era la de Freddy.

Su intención no era espiar su conversación, pero quería mirar los alrededores por si estaba Joy. Trató de centrarse en ello para no prestarle mucha atención al par, que parecían ser los únicos en la zona.

—¿Y si te rechaza? ¿No saldrás herido? —cuestionó Foxy, quizás con una cierta empatía hacia los sentimientos del castaño, quien se quedó en silencio unos momentos, mientras terminaba de comerse las papas que se había comprado hace unos momentos.

—Claro que sí, voy a salir muy herido si Bonnie me rechaza. —Aquella respuesta dejó sorprendidos tanto a su acompañante como a Bon, quien se quedó congelado. El ángulo en que se hallaba no lo dejaba a la vista del otro par, para su suerte... espera, ¿por qué suerte?

—¿No tienes miedo? —Volvió a preguntar el pelirrojo, le asombraba la forma tan natural con la que hablaba, sonriendo levemente.

—Si, lo tengo. —admitió, sobando la parte posterior de su cuello—. Me enamoré de mi mejor amigo, de un hombre, cuando hasta ahora sólo había sentido flechazos con compañeras que ni siquiera eran cercanas. No te das ni una mínima idea de todo lo que pasé a nivel emocional en ese entonces, eran fechas difíciles, tuve una pérdida significativa para mí, la cual aún no he terminado de superar. —Sus ojos se cristalizaron, pero no soltó ninguna lágrima—. Pasé por momentos donde llegué a sentirme del asco y tuve miedo de ser rechazado por las personas que más amaba, no es que fuese la primera vez, siempre he sido muy inseguro... Quise engañarme con cosas como: "Sólo es temporal", "estás un poco confundido por el estrés emocional", "sólo estás siendo dependiente". Me pregunto si era necesario comprarle una muñeca a Teddy para comprender las cosas —Rió con cierta amargura, pese a que no se arrepentía de sus acciones.

Foxy ahora parecía perdido, más que nada por lo último, ¿que tenía que ver una cosa con la otra?

—Pero aun así, estoy convencido y perdón si sueno muy apresurado pero... —Desvió la mirada al cielo—. Lo quiero, tanto que estoy dispuesto a todo por él, que no me atrevo a ser egoísta e imponer mis sentimientos sobre los suyos, sea como sea, mientras pueda verlo ser tan entusiasta y feliz como hasta ahora, yo estaré bien, quiero poder ser su amigo de aquí hasta el final... Aunque bueno, supongo que ese es un pensamiento algo infantil. —Finalizó con una risilla.

—No lo creo —musitó el otro incrédulo, nunca había visto al castaño en esa faceta.

—Prefiero un rechazo a que me diga que "sí" por pena, a la larga eso me dañará más y corremos el riesgo de perder todo lo que nos importa, aparte, nuestra amistad es lo más importante, el romance puede acabar, pero mi cariño por él no lo hará.

—Si llegan a terminar juntos, ¿no te importa lo que puedan decir los demás? ¿Que estén en desacuerdo? —preguntó dudoso, le dolía admitirlo, a veces lo que otros puedan llegar a decir daba miedo, las miradas juzgadoras, las críticas, las burlas.

—Si puedo vivir mi día a día escuchando que me dicen "loco", puedo con todo —inclinó la cabeza mientras ponía una mueca pensativa—. Es obvio que habrá gente que critique nuestra relación porque, bueno, no tienen nada mejor que hacer. —Se encogió de hombros—. Los demás no me importan... tengo a Bonnie. —Un pequeño rubor apareció en su rostro—. Si está a mi lado, puedo con todo, él me da ese valor.

—Eres... —Comenzó a decir el pelirrojo—. Eres más cursi de lo que pensé, pero dices cosas interesantes, a simple vista pareces alguien de poca personalidad.

—¿Gracias? —musitó con una sonrisa burlona, la cual correspondió su acompañante. Estaban tan metidos en su plática que en ningún momento se percataron de la presencia de Bon, quien, así como llegó, se fue.

—Extra—

Golden se encontraba yendo a la sala de ensayos de los funtimes, el suyo había terminado hace rato y decidió ir a ver a su amiga antes de volver a casa—. ¡Abby! —le llamó cuando la vio salir de la sala, la pelirroja volteó a verle con una sonrisa, se le notaba bastante animada.

—¡Freddy! ¿Qué tal estás? —preguntó acercándose, quedando frente a frente.

—Bien, acabo de terminar de ensayar y me preguntaba si me acompañabas a comer —le propuso bastante entusiasmado—. Digo, sólo si tú quieres —aclaró algo avergonzado, rascando su nuca.

—Claro, me encantaría —respondió con un tono animado—, pero esta vez yo invito —le dijo de una, provocando que el chico se exaltara.

—¿¡Eh!? P... pero...

—Pero nada, esta vez la casa invita —exclamó mientras se apuntaba con orgullo, a Golden no le quedó de otra, terminó aceptando con un poco de pesar.

—Esto es amor~. Aroma de azar y jazmín —cantó cierta albina, pasando a su lado, el rubio se exaltó al escucharla, poniéndose rojo—. Fragancias mil~, esto es amor. Elixir de la ensoña...

No pudo terminar de recitar, pues Golden la empujó dentro de uno de los salones, para después cerrarlo—. M... mejor vámonos —suplicó, tomando a la chaparrita de un brazo para llevarla lejos, Abby miraba confundida hacia el salón donde metieron a Mai.

Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora