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AU: SICK
—¡Por favor! —suplicaba el rubio, mirando a la enfermera que tenía en una mano una caja de cerillos, detrás de ellos iba un pelirrojo, en silencio, su cuerpo sufría de varios temblores y espasmos difíciles de ignorar.
—No—. Fue la única respuesta de la chica, que tenía en su otra mano las medicinas del castaño; cuando llegó al cuarto abrió la puerta, sorprendiéndose de verlo con un chico de pelo morado, quien le hacía trenzas en el pelo.
—Gato cree que deberíamos juntar a todos los pacientes y juntos hacer explotar el lugar. —Seguía hablando, se le notaba animado.
—Gato... tienes razón —respondió el castaño, que tenía una pequeña sonrisa en el rostro, dejando sorprendidos a los otros tres—. Destruyamos este lugar hasta que no quede nadie con vida.
—Eh... —Ambos voltearon a ver a los recién llegados. En cuanto los vio, la sonrisa en el rostro de Freddy desapareció, aunque no parecía tan malhumorado como de costumbre.
—¿Qué?
—Es hora de tu medicina —avisó enseñando el frasco de pastillas. Aquello consiguió que el rostro del joven se contorsionara en sorpresa, había estado tan metido en su conversación que se había olvidado de Fred—. Y Bonnie, ya debes volver a tu habitación.
—¡No! Me quiero quedar con Freddy —contestó, haciendo un puchero—. Cosa Roja y Gato también quieren.
—Puedes venir mañana después de tu consulta con Bonbon —propuso sonriendo extrañada.
—Bueno —respondió resignado—. ¿Me puedo llevar un ojo de recuerdo?
—No, los necesito —respondió el otro con tranquilidad, pese a la espeluznante petición del otro.
—Lo intentamos. —Se encogió de hombros recuperando su sonrisa—. Hasta mañana, todavía tengo mucho que contarte.
—Hasta mañana... conejito —susurró, observando como el chico salía del cuarto, abrazando a su peluche.
—Es la primera vez que lo veo sonreír desde que llegué —comentó Golden con curiosidad, el pelirrojo asintió algo desorientado por la actitud de su compañero.
. . .
—Por favor —suplicaba Bonnie.
—No.
—Por favor~
—Que no.
—Por favorcito —chilló abrazándolo de tal forma que parecía también querer asfixiarlo.
—Odio la cafetería —declaró con molestia, quitándoselo de encima.
—Cosa Roja dice...
—¡Cosa Roja me puede comer el...! —Se detuvo antes de terminar, esto le estaba poniendo de malas y Bonnie ya empezaba a descomponerse, pronto empezaría a montar una escena.
—¡Eres malo! ¡Eres una horrible persona! ¡Te odio! —gritó comenzando a golpearlo. Freddy suspiró irritado, tratando de quitárselo de encima... de nuevo.
—¿Qué tiene de importante esa estúpida cafetería?
—Hoy hay galletas.
El asesinato no es una mala opción.
—¡Bien! ¿Pero podrías parar con tus berrinches? Me ponen de malas.
—Te quiero.
—¡Esa mierda no funciona conmigo!
Decía eso, pero en el fondo sabía que cuando Bonnie soltaba la palabra con Q, obtendría todo de él, hasta su alma.
Desde que empezaron a juntarse, las cosas entre ellos era una especie de relación inestable, pero que dentro de todo funcionaba. Bonbon había hablado con él, al parecer la condición de Bonnie ha mejorado un poco desde que se conocen, sus ataques han disminuido y a pesar de que sus típicas conversaciones son en las que Gato y Cosa Roja quieren matar gente, no habían llegado más lejos que en palabras.
Y por su parte cada vez que estaban juntos dejaba de oír la voz de Fred, así que podía casarse con él sin problemas.
—Maldita sea mi existencia —gruñó, no podía creer que fuera tan consentidor con el mayor, era como un pequeño niño caprichoso. Además, odiaba ser golpeado en sus berrinches.
En cuanto ingresaron a la "cafetería", todos voltearon a ver al castaño con rareza, la primera vez que pisaba la cafetería en tres años.
—¿Qué miran? —preguntó de forma hostil, logrando que varios desvíen la mirada, otros lo ignoraron y siguieron viéndolo de forma insistente.
—Freddy, Freddy. —Le llamó, jalandolo de la manga, inmediatamente recibió la mirada del castaño—. ¡Galletas! —apuntó las mencionadas con emoción, consiguiendo una sonrisa resignada en el otro.
Otro día más en el manicomio.
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Inesperadamente extraño (Freddy x Bonnie)
FanfictionA veces la ayuda viene de los lugares más inesperadamente extraños. Al inicio solamente quería hacerle un favor a un "amigo" enseñándole sus conocimientos con la guitarra, pero conforme fue pasando el tiempo y gracias a su inesperada ayuda, su relac...