Una "aventura" en Fire Emblem Heroes

La junta

A estas alturas no debería estar sorprendida, ¿Cómo demonios se me pudo haber pasado por la cabeza que todo estaría bien ausentándome CASI DOCE HORAS?, lo peor de todo es que recibí veinte miserables orbes por estar doce horas como mula de carga... tengo que encontrar una manera de unirme al sindicato de Annas... o estos trabajos acabaran matándome...

La primera mala señal fue cuando vi a Est, Mia y Nino algo... alteradas por así decirlo, de verdad parecía como si hubieran metido la pata hasta al cuello, lo cual siendo franca no sería sorpresa considerando lo precipitadas que son Est y Mia... lo que no conté era la escala de la estupidez que hicieron y que, al parecer Nino fue incapaz de prevenir... no debo dejar solos a este montón de mensos entre semana...

Ya era bastante jodido que María hubiera recibido semejante respuesta de Michalis pero no, la muy lista de Est fue lo bastante torpe para abrir la boca de más y que esto, llegara a los odios de sus hermanas y Minerva... no tienen NI idea de lo que nos costó detenerlas para que no fueran directamente tras Michalis... debo empezar a considerar en conseguir una arma tranquilizadora para estos casos...

Con algunos en la sala de juntas mientras el resto se estaba atendiendo ya fuera por las heridas que obtuvieron en sus misiones o, por los golpes que recibieron de parte de Minerva y dos de las Alas Blancas, decidimos que necesitábamos una estrategia para tratar de traer a Michalis ya fuera en buenos términos o, lo suficientemente amenazado y golpeado como para que no se pasara de listo.

-No entiendo porque deberíamos tomarnos tantas molestias con un bastardo como ese-dijo Minerva en tono frio mientras sus heridas eran atendidas por Serra que, ya le había dado un par de golpes con su bastón cuando intento ir a "arreglar" las cosas por su cuenta.

-Por favor Minerva, reconsidera lo que está diciendo, el sigue siendo de su propia sangre-dijo Gunnthrá angustiada por todo el asunto.

-¡Ese infeliz no merece ni la más remota compasión!-grito Palla con furia, mientras era de alguna manera vigilada por Camilla y Lucina.

-¡El daño que le hizo a nuestra tierra y a SU familia es algo que no tiene perdón!-grito Catria, siendo atendida de sus heridas por Lucius mientras Alfonse y Héctor la vigilaban.

-¡Lo único que se merece es una horrible muerte a manos de la comandante Minerva!-grito Est derramando algunas lagrimas de ira.

-¡Ya basta!-grito Sharena algo llorosa por toda la situación.

-Se que los hermanos pueden no siempre estar desacuerdo y tener sus conflictos pero, llegar a matarse entre ellos es demasiado-dijo Fjorm tratando de razonar con ellas.

-¡Ustedes no lo entienden!-grito Minerva iracunda-¡Ese bastardo NO es mi hermano, no después de todo lo que hizo!-continuo Minerva llena de resentimiento.

-¡Ya basta! ¿¡En serio crees que con eso se solucionara todo!? ¡Creía que eras más lista!-le grito Serra irritada, al menos el grito la descoloco lo suficiente para que no siguiera hablando.

-Serra tiene razón, ¿Acaso no te importan los sentimientos de María?-dijo Camilla exasperada acercándose a Minerva.

-¿¡Tú que puedes saber de sus sentimientos!?-grito Minerva indignada poniéndose bruscamente de pie-¡No tienes ni idea de lo que hemos pasado! ¡Quizás tu vida fue perfecta con tus hermanos y en tu fabuloso reino ¡Pero no todos tenemos la misma suerte que tu, princesa Camilla!-dijo Minerva en tono despectivo y encargando a Camilla... mierda...

El ambiente se puso increíblemente frio mientras el rostro de Camilla se transformaba en una máscara de neutralidad que nos provoco un escalofrió a más de uno... más vale que intervenga antes de que las cosas empeoren...

-Bien Minerva si estas tan decidida con tu plan solo, necesito hacerte una pregunta importante-dije tratando de sonar lo más serena que podía mientras las separaba a ambas, antes de que se mataran con sus hachas-Puedes decirme, ¿Cómo precisamente pretendes matar a tu hermano mayor?-dije en tono hasta cierto punto inocente, la mayoría se me quedo mirando entre sorprendidos y confundidos.

-Es decir, es obvio que usaras tu hacha pero, ¿Qué harás primero?, podrías cortarle las piernas y dejarlo que se desangre mientras observas como en su mirada se le va lentamente la vida-dije en tono pensativo, como si hablara de una trivialidad-Sería piadoso darle un buen hachazo en el pecho o decapitarlo pero, dejaste bastante claro que lo quieres es que sienta tu sufrimiento-dije en tono serio mientras miraba a Minerva a los ojos.

-Aunque también podrías soltarle hachazos no muy fuertes a su cara, habrá mucha sangre y gritos pero, podrás disfrutar del terror en su mirada, ¿Me pregunto si pensara en la pequeña Minerva que vio crecer?, esa pequeña niña que alguna vez cuido y que ahora, lo está machacando con su enorme hacha mientras sonríe por algún tipo de vindicación o el placer morboso de venganza-dije en tono algo divertido.

-¡Basta! ¡Por favor no sigas!-grito Gunnthrá aterrada y algo llorosa, la mayoría me miraban entre asustados y... como si miraran a una loca o algo así...

-Lo siento Gunnthrá pero quiero dejarle en claro a Minerva en donde rayos se está metiendo-dije en tono algo serio-Pero si esa pregunta esta incomodando a todos, quizás pueda responderme otra cosa, bien Minerva, ¿Cómo pretendes explicarle a María como le quitaste la vida a Michalis?-pregunte en tono curioso, el rostro de Minerva empalideció de inmediato.

-Es decir, piensas darle una descripción detallada o le mentiras diciéndole que se escapo o que dijo que la odiaba-continúe en tono tranquilo-Oh esas mentiras inocentes que uno dice para no herir más a los demás, si eres tan estúpida y, me parece que lo eres lo suficiente para hacerlo, ¿Me pregunto que pensara María cuando descubra la verdad?-pregunte con cierta burla.

-Phyria... esto está llegando demasiado lejos-dijo Lucina algo asustada.

-Créeme que no hemos llegado lo suficiente-dije en tono tranquilo-Pensándolo mejor, quizás no vuelva a confiar en Minerva o, incluso podría comenzar a temerle, después de todo ya tendrías en sus manos la sangre de su hermano, ¿Quién nos garantiza que no le hará lo mismo a María?-dije en un fingido tono angustiado.

-Y-y-yo nunca...-dijo Minerva retrocediendo aterrada.

-¡Ella no tiene porque mancharse las manos!-grito Palla antes de acercarse hacia mí, pese a los intentos de Lucina para detenerla-¡Yo me encargare personalmente de tomar su vida!-dijo Palla en tono determinado.

-De acuerdo si tu quieres ser la que le rompa el corazón a María espero que sepas lidiar con eso, aunque considerando que estabas realmente de acuerdo con Minerva, ¿Me pregunto seriamente si tu también serás capaz de hacer lo mismo?-pregunte en tono curioso.

-¿De qué estás hablando?-dijo Palla en tono frio y serio.

-Ya sabes de matar a tus hermanas, que estés tan de acuerdo me hace pensar que serías más que capaz de lo mismo-dije en tono tranquilo, el cuarto se congelo en el momento que mis palabras abandonaron mi boca.

-¡Maldita perra!-me grito Palla lista para tirarme los dientes de un puñetazo... una lástima que ese golpe fue bastante predecible, atrapándolo con facilidad.

-En primera Palla, puedo ser una perra peor que esto y en segunda, quizás ustedes sean mejores que yo con armas, pero en una batalla cuerpo a cuerpo sin armas estas en mi territorio, lo recordarías si no hubieras dejado que la furia te dominara-dije en tono aburrido antes de liberar su puño, Palla no fue capaz de mirarme a los ojos.

-Escuchen, puedo decir con franqueza que Michalis no es un santo, asesino a su padre, llevo su reino a una cruenta guerra que se cobro la vida de tanto soldados como civiles, tuvo a María prisionera para chantajear a Minerva, Palla, Catria y Est para que pelearan en su nombre y, probablemente hizo muchas más cosas de las que les he contado, pero esta reunión no es para clamar venganza o derramar más sangre de la que hemos derramado-dije soltando un suspiro cansado.

-Estamos aquí porque María quiere darle una segunda oportunidad, ella cree aun en la bondad que debe yacer en el corazón de Michalis y, ya sea por las buenas o por las malas trataremos de hacerlo entrar en razón y si no lo logramos, nos iremos y dejaremos que sea el destino quien decida el final de Michalis, ha quedado claro-dije en tono serio y algo duro, nadie se atrevió a llevarme la contraria.