Fabrica de Plumas Mi Alegría

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Ni todos los baños del mundo y ni toda la descontaminación del mundo, podrá borrarme las cosas innombrables que tuve que ver, sin contar la cantidad obscena de antibióticos y antivirales que me inyectaron ¡DIOS! Solo les falto que me las metieran por el culo... creo que es lo único que agradezco de lo de ayer, que al menos no me metieran medicamentos por ahí...

Quizás ayer fui un poco cortante con mis compañeros pero, después de lo que pase lo único que quería era llegar a mi cuarto, hacerme bolita en mi cama, cubrirme con una manta... y llorar hasta quedarme dormida... realmente espero que las habitaciones sean a prueba de ruido, no sé si mi almohada pudo contener eficazmente mi llanto...

De todas maneras para evitarme cualquier conversación incomoda o preguntas que no pienso responder, me fui desde temprano a la sala de invocación, incluso desperté a Anna por las malas gracias a, ciertos privilegios que tengo por las opciones especiales de mi cuarto y ahora, después de depositar los veinte orbes en la ranura de la sala de invocación este me dio tres orbes verdes, uno gris y uno rojo, espero que al menos me salga algo decente después de todo lo que sufrí...

-Aun no entiendo porque tenemos que venir tan temprano-dijo Anna con cierto mal humor.

-No quería toparme con nadie y por si no lo recuerdas ¡TU ERES LA MALDITA RAZÓN POR LA CUAL PUEDA TENER ENFERMEDADES INCURABLES DE TODO TIPO!-dije en tono tranquilo... ¡ANTES DE GRITARLE EN LA CARA COMO LA PERRA QUE ERA!

-Oye cálmate-dijo Anna algo asustada-No necesitas levantar esa pistola-dijo Anna algo nerviosa... no recuerdo en qué momento la saque... o cuando le apunte a Anna... o porque tengo que contenerme mucho para no dispararle...

-Mira solo, ayúdame con esto sí-dije soltando un suspiro pesado antes guardar mi pistola y, tomar un orbe gris para colocarlo en el altar de invocación, debo recuperar la compostura o le volare la cabeza a Anna y, no vale la pena el cargo de consciencia.

Después del espectáculo de de luces, en medio del altar apareció...

...

... A quien engaño, ya lo veía venir...

-Hola jovencita, soy Wrys un humilde curandero, no soy un buen luchador, pero puedo curar a los heridos con mi bastón-dijo Wrys con una sonrisa gentil... esto va ser difícil...

-Mucho gusto señor Wrys, soy Phyria, soy la invocadora que lo trajo a este lugar-dije en tono amable, su habilidad de vivir para servir la necesito pero... no tengo recursos para hacerlo a cinco estrellas...

-Mucho gusto jovencita, ¿Puede explicarme porque exactamente me invoco?-dijo Wrys sin dejar de sonreír... de verdad me recuerdo mucho a mi abuelito...

-Nos disculpa un momento señor Wrys, tengo que hablar con la legendaria invocadora-dijo de repente Anna antes de tomarme del brazo y jalarme lejos para aparentemente hablar en privado ¿Ahora qué querrá?-Bien Phyria lo diré en términos simples, no podemos tener un vejestorio por aquí, es como poner una flor vieja, fea y marchita en un jardín de lirios, tienes que mandarlo a casa-dijo Anna en tono serio...

-Sabes que eres un jodido monstruo, ¿Verdad?-dije en tono de fastidio.

-Eso no quita el hecho de que tenga razón-dijo Anna con los brazos cruzados.

-Oh vamos, el sería como el abuelito del grupo-dije con cierto tono lastimero.

-Un abuelito que puede matar la pasión de aquí-dijo Anna en tono decidido.

-¿Qué pasión?-dije con cierto fastidio.

-Pasión que debiste haber puesto hacer hace mucho-dijo Anna con cierto reclamo.

Una "aventura" en Fire Emblem HeroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora