Una "aventura" en Fire Emblem Heroes

Modo historia libro 2 Capitulo 6 (Los guerreros de Askr)

Con la caminata retomada del poderosos ejecito de Askr, Laegjarn rápidamente se dio cuenta de que este grupo de guerreros era bastante... atípico por decirlo menos, los miembros de la poderosa armada de Askr eran gente realmente variopinta en más de un sentido, convivían en armonía miembros de la nobleza de otros mundos, hijos del futuro de algunos de los miembros de la orden, una niña dragón que Laegjarn estaba segura que no debía tener más de cinco años de edad e incluso gente con las personalidades más estrafalarias que había visto en su vida... quizás esto hacía que el ejercito de Askr fuera tan poderoso.

Aun le sorprendía que aquella invocadora de nombre Phyria, pudiera mantener en orden las cosas, incluso luego de que esa curandera llamada Serra hiciera semejante desastre por unos pastelillos, fue la misma Phyria quien al final se armo de valor junto con una espadachín llamada Lyn para detenerla... esa mujer llamada Serra debía tenerles un gran respeto como para haber detenido su violento frenesí...

Cuando se recupero lo suficiente la gente de Askr levanto la improvisada enfermería que hicieron para ella antes de seguir avanzando, su situación era de lo más extraña, no estaba siendo tratada como prisionera, ni como rehén, ni siquiera como criminal de guerra por las mismas princesas de Nilf... no estaba segura que estaban planeando hacerle, pero lo mejor era mantenerse alerta ante cualquier situación.

-¿Princesa Laegjarn, se encuentra bien?-pregunto la princesa Gunnthrá en tono preocupado, Laegjarn apenas había hablado algo desde que se recupero y, le preocupaba que el clima y el ambiente estuvieran contribuyendo a su malestar.

-S-si, no debería preocuparse por mi princesa Gunnthrá-dijo Laegjarn saliendo de sus pensamientos, aun le sorprendía como aquellas mujer que había perdido tanto por culpa de su padre la tratara con tanta gentileza...

-¿Está segura?, si quiere puedo bajar un poco el ritmo de mi caballo-dijo Gunnthrá en tono preocupado, quizás la princesa Laegjarn no estaba tan acostumbrada a montar a caballo.

-¡No!, usted ya ha hecho bastante con llevarme sobre su montura-se apresuro a decir Laegjarn algo sonrojada... ¿Cómo esa mujer podía tenerle tanta confianza a ella como para llevarla en su propia montura?...

-Le ofrezco una disculpa, como mujer de fe no suelo usar la violencia de esta manera, pero temo que la situación y el fragor de la batalla me hicieron quizás propasarme un poco con su montura-dijo a la que ahora conocía como la princesa L'Arachel, la maga de luz que la derribó en la batalla pasada.

-Era una batalla princesa L'Arachel, tampoco iba a pedirle que se contuviera cuando nuestras órdenes eran detenerlos por la fuerza-dijo Laegjarn en tono más calmado, de hecho los héroes de Askr fueron muy amables al curar a su wyvern, incluso la princesa Camilla y la princesa María estaban cuidando muy de cerca a su fiel amiga que, no podría volar hasta que se recuperara.

-Ella dijo que se podría bien pronto-dijo una de las arqueras con una mirada algo cansada llamada Setsuna.

-¿Puedes entender a los wyvern?-pregunto muy sorprendida la princesa Sakura, quien estaba en la montura de la princesa Elise.

-¿Ustedes no?-pregunto Setsuna con genuina confusión.

-Lástima que Cherche no este aquí para ayudarnos a verificarlo-dijo la princesa Lissa en tono descontento.

-Gerome también podría ayudarnos-dijo la persona que portaba la azulada máscara llamada Lucina... aun Laegjarn se sentía algo apenada por haberla confundido con un chico...

-No lo creo, Cherche me dejo en claro que aún le falta mucho por aprender-dijo la estratega de nombre Katarina en tono tranquilo.

-Entonces era cierto lo que decía Severa-dijo Lucina en tono pensativo.

-Me gustaría aprender a hablar con los wyverns-dijo la princesa Elise en tono emocionado.

-No creo que sea algo que cualquiera pueda aprender, y menos cuando no se tienen libros o escritos referentes al tema-dijo el príncipe Leo en tono algo serio.

-Pero si Setsuna aprendió a entenderlos, significa que si es posible-dijo la princesa Elise haciendo un puchero que le pareció de lo más adorable a Laegjarn.

-Hasta que no comprobemos la veracidad de la palabras de Setsuna o la de aquella persona llamada Cherche, el caso de Setsuna sigue siendo algo cuestionable-dijo el príncipe Leo en tono sobrio.

-Gracias por el halago-dijo Setsuna algo sonrojada.

-No fue un halago-dijo el príncipe Leo un poco sorprendido.

-Primero Alfonse y ahora Leo, Setsuna realmente tienes mucho pegue con la gente de la nobleza-dijo la arquera llamada Rebecca con una gran sonrisa, apenando a Setsuna y a los susodichos príncipes.

-Mi pequeño Leo ya está buscando una esposa, el tiempo pasa tan rápido...-dijo la princesa Camilla en un fingido tono triste... antes de sacar un pañuelo de su escote para limpiarse unas fingidas lagrimas... Laegjarn no quería juzgar... pero no estaba segura si ese era un buen lugar para guardar objetos...

-¡Camilla no bromees con eso!-dijo el príncipe Leo algo alterado y más sonrojado.

-Parece que el príncipe Alfonse tendrá un fiero competidor-dijo la princesa Fjorm en un ligero tono bromista que tomo por sorpresa a Laegjarn.

-Quizás Leo sea bien parecido, pero nadie es más tierno que mi hermano-dijo la princesa Sharena con una gran sonrisa apenando a su hermano mayor.

-C-creí que había sido claro cuando dije que fue un mal entendido lo que sucedió aquella vez-dijo el príncipe Alfonse apenas en un hilo de voz.

-Vamos Alfonse no seas tímido, si quieres ser un gran rey primero debes aprender a ser sincero con tus sentimientos-dijo la comandante Anna, haciendo un tono que sonaba sabio aunque sin dejar de sonreír.

-C-c-comandante no me está ayudando...-dijo el príncipe Alfonse aun más apenado, Laegjarn le fue imposible no sentir ternura al ver su cara tan sonrojada.

-Si alguno de los dos quiere ganar a Setsuna, tienen que demostrar quién es la mejor opción-dijo la invocadora Phyria en tono alegre.

-Mi hermano es la mejor opción, es tierno, es bueno, es leal, es un gran dibujante, cocinero, espadachín y el mejor hermano mayor de cualquier mundo-dijo la princesa Sharena en tono orgulloso.

-Mi hermano Leo es mejor, es algo serio y parece distante pero en el fondo es algo tímido, es muy listo, nadie lo vence en magia y aunque no sea tierno, es muy elegante y galante-dijo la princesa Elise en un tono tan orgulloso como el de la princesa Sharena.

-Elise, ¿De dónde has sacado que nuestro queridísimo Leo no es tierno?-dijo la princesa Camilla en tono sorprendido, Laegjarn no se le escapo el hecho de que el príncipe Leo se tenso casi al instante-Mi pequeño Leo siempre ha sido un tierno caballerito, cuando era pequeño él...-continuó la princesa Camilla con aire ilusionado cuando su hermano la interrumpió.

-Camilla no necesitas contar esas historias-dijo el príncipe Leo tratando de sonar con cierta autoridad... pero su rostro enrojecido causaba el efecto contrario.

-Decidido, quien cuente la mejor historia de su hermano siendo tierno, tendrá el derecho de cortejar a Setsuna-dijo la invocadora Phyria en tono animado, haciendo que los dos príncipes se pusieran muy nerviosos.

-Pues prepárense, porque les aseguro que nadie supera a mi hermano mayor cuando se trata de ser tierno-dijo la princesa Sharena en tono decidido.

-Ya veremos si puede supera la ternura de mi tierno caballerito-dijo Camilla en tono confianzudo.

Entre risas y los intentos de los dos príncipes por evitar que sus hermanas contaran más historias sobre ellos, Laegjarn no pudo evitar sentir cierta comodidad en aquel ambiente tan cálido y... familiar, incluso Laegjarn no pudo evitar sonreír y reír un par de veces por aquella contagiosa atmosfera que generaba aquel colorido grupo.

Y durante aquellos instantes, deseo que su hermana estuviera a su lado, la calidez del ambiente sin duda le ayudarían a ver a su querida hermana que ella era más que un arma, Laegjarn no pudo evitar preocupares al pensar en ella, miro a la invocadora por unos instantes, verla discutir sobre los puntos que estaba ganado cada historia... si ella le había jurado que su hermana escapo con bien, esperaba que aquella confianza que estaba comenzando a depositar en ella, no fuera en vano.