Una "aventura" en Fire Emblem Heroes

Especial de San Valentín (Florina/Lyn)

Observando el hermoso paisaje verde de la tierra de Askr desde una de las ventanas del castillo, Lyn se encontraba reflexionando sobre un tema que, había estado rondando por su cabeza durante mucho tiempo, quizás llevaba años tratando de decidirse qué hacer con eso y, precisamente ese día, era uno de esos momentos del año donde su corazón le decía que ya era hora de actuar y, tomar el suficiente valor para confesar lo que, había tratado de decirle a Florina desde que comenzó su viaje por su mundo luego de la muerte de sus padres... o incluso quizás desde hace mucho tiempo atrás...

Lyn suspiraba de manera cansada mientras admiraba la belleza del reino, esperando que el Padre Cielo y la Madre Tierra le dieran alguna respuesta sobre que hacer, a pesar de los años y de todas las situaciones que había enfrentado en su vida, Lyn no podía creer que después de todo lo que vivió, aun no fuera capaz de decirle a su adorada Florina lo que realmente sentía por ella.

Es decir... ¡Era simplemente ridículo! Había batallado con feroces ejecitos, crueles generales, engendros salidos de la magia más nefasta de su mundo e incluso con poderosos dragones... y aun así... cada vez que pensaba en cómo decirle aquellas palabras a su amada Florina... sentía que el aliento simplemente abandonaba su cuerpo y que este, era reducido a una masa temblorosa que apenas se mantenía en pie...

Apenada y tratando de calmar su acelerado corazón por esos pensamientos, pronto se dio cuenta de que la tarea... por más simple que fuera, la había superado y con creces... por más que detestara admitirlo, la verdad estaba clara ante ella... ella de verdad necesitaba a alguien que le aconsejara en estos temas...

No era como si no supiera que hacer o que fuera tan torpe con las palabras como su buen amigo Héctor pero, era como si las palabras y la razón la abandonaran cada vez que lo intentaba e incluso, muchas veces tuvo que disfrazar su nerviosismo con tos en un patético intento de ocultar su vergüenza... lo peor de todo era que, cuando eso sucedía, Florina casi de inmediato entraba en pánico pensando que Lyn sufría algún tipo de enfermedad grave...

Frustrada y maldiciendo su incapacidad de lograr algo que tanto había deseado hacer durante años, decidió que lo mejor era buscar el consejo de la única persona confiable que, sabía lo suficiente del tema como para aconsejarla.

Decidida a no permitir que la oportunidad de confesarse en un día tan especial como lo era el día de la devoción, Lyn se encamino a la habitación de Phyria a paso veloz, estaba segura de que Florina no tardaría mucho en regresar de su salida al pueblo y, eso le dejaba una ventana de tiempo bastante corta para hacer algo.

Ya frente a la habitación de Phyria, Lyn dio algunos golpes antes de que Phyria abriera la puerta con su vestimenta cómoda de siempre pero... con unas cuantas manchas de helado de chocolate en la cara y... con un bote de helado de chocolate grande en la mano...

-¿Q-qué se supone que estás haciendo?-dijo Lyn ligeramente sorprendida, no era la primera vez que veía a Phyria algo desalineada o manchada de comida pero... esta vez se veía más descuidada de lo normal...

-Celebro el día de la devoción comiendo helado como buena Forever Alone-dijo Phyria en tono divertido, internamente Lyn agradecía que hubiera aprendido el significado de varias de las... extrañas frases que Phyria usaba para referirse a cosas de este tipo.

-¿No crees que es muy temprano para comer helado?-pregunto Lyn con cierto tono de reclamo.

-Oye, yo no te digo como vivir tu vida, así que respeta mis tradiciones solitarias-dijo Phyria fingiendo un tono duro, Lyn decidió no tratar de comprender el asunto... al menos podría pedirle algo de helado a Phyria mientras conversaban.

Después de un par de bebidas, helado y algo de conversación, Lyn por fin tuvo el valor de contarle la naturaleza de su visita a Phyria, luego de explicarle con detalle su problema Phyria pareció entrar en profundo estado meditativo antes de responderle