Una "aventura" en Fire Emblem Heroes

Apoyo de Romance 2 (Fjorm/Sharena)

Después de tantas batallas, conflictos y situaciones que pusieron su fortaleza y la de sus amigos al límite, Sharena sentía que a pesar de que no era una persona a la que le gustara estar a solas... de verdad necesitaba algunos momentos de reflexión en solitario, en especial porque con las presiones y conflictos que parecían que no tenía fin, no fue capaz de deliberar sobre lo ocurrido cuando asaltaron el castillo de Surtr.

Aunque Sharena era una persona que le encantaba compartir sus cosas con sus amigos, había hecho una pequeña excepción con respecto a un sitio muy especial para ella donde, iba a relajarse o simplemente necesitaba pensar sobre algo importante.

El lugar era una pequeña laguna en medio de un frondoso bosque que estaba algo cerca del castillo de Askr, la caminata era algo larga y, le tomo algo de tiempo aprender a orientarse en el confuso laberinto de arboles del bosque, pero finalmente fue capaz de ir y venir a placer sin ser descubierta, no era que quisiera mantener a todos alejados, pero tal como una vez se lo dijo Phyria, algunas veces uno necesitaba su espacio personal y este, era prácticamente su modesto santuario privado.

Sharena llego a la laguna cuando era de noche, esperando que nadie se hubiera dado cuenta de que no estaba en el castillo, se sentó en un viejo tronco que había movido frente a la laguna tiempo atrás, contemplando el agua cristalina que relucía gracias a la luna y las estrellas.

Una parte de ella lamentaba que su viaje por las tierras de Nilf y Múspell, hizo que se perdiera la temporada donde las hermosas luciérnagas revoloteaban alegremente en el lago, pero no podía estar más feliz de haber sido capaz de ayudar en la resolución de la guerra, en especial porque sus amigos ahora podían estar tranquilos de que sus reinos ya no corrieran peligro.

Sharena contemplo el lago con una expresión pensativa, recordando los eventos que sucedieron en el castillo de Múspell, la batalla fue tan cruel y sangrienta que aun le costara trabajo creer que hubiera escapado con vida junto con todos sus amigos, aun tenía pesadillas respecto a ella, pero se obligo a si misma a no decir nada, no necesitaba preocupar a sus amigos con sus problemas, en especial porque estaba segura de que todos llevaban una carga similar a ella.

Inconscientemente, Sharena tomo el brazo que se le rompió en aquella batalla protegiendo a Fjorm, siendo sincera consigo misma, ella apenas recordaba sentir alguna molestia en aquella ocasión, su mente y su corazón estaban tan enfocadas en mantener a Fjorm a salvo que, ni siquiera se dio cuenta de la gravedad de sus heridas hasta que se refugiaron en aquel pueblo abandonado.

Ahora que todo había pasado, Sharena no pudo evitar sonrojarse al recordar como encaro a Surtr, proclamando a los cuatro vientos que para matar a Fjorm, tendría que pasar por encima de su cadáver y que no estaba arrepentirá de incluso entregar su vida si de esa forma Fjorm estaba a salvo...

Para este punto, Sharena no quería pensar que era lo que pensaban todos de ella en ese momento... ¡Ni siquiera quería saber si la comandante Anna le había informado sobre eso a sus padres!... bueno el hecho de que su madre aun no hubiera hablado de ese asunto con ella era una buena señal, en cuanto a su padre... dudaba que... fuera una prioridad ver si estaba bien...

Sharena suspiro cansada, no necesitaba pensar en su padre en esos momentos, en especial porque estaba segura que quizás poco le importaría este asunto... a menos que en el peor de los casos, la necesitaran para sellar una alianza con otro reino por matrimonio, aunque dudaba rotundamente que su mamá fuera capaz de permitirle hacer eso.

Decidió seguir enfocándose a lo que vino en primer lugar y pronto, recordó algo que hizo que su rostro hirviera como un sopa caliente... Fjorm le había tomado la mano...

Rápidamente, Sharena se quito sus guantes, arrojándolos a cualquier lugar antes de examinar la mano que Fjorm le había tomado cuando, estaba dispuesta a enfrentar a Surtr aunque perdiera la vida, Sharena observo su mano y no pudo evitar sonrojarse tanto que sintió que en cualquier momento se desmayaría.