11.

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- ¡Angie!
Sonreí viendo a mi familia en la habitación mientras que el enfermero terminaba por entrarme aún en la camilla con Emma ya en brazos y detrás de nosotros Manuel.
- Ay mira, es igual a ella.
- Tía, acaba de nacer, no se parece a nadie.
- Bueno, pero el pelo es castaño.
- Es negro, mamá, negro.
- Vale, vale, no se parece a nadie, pero seguro que acaba siendo una mini Angie.
- Esperemos.
Manuel puso los ojos en blanco mientras decía aquello y yo le miré con una ceja levantada, haciendo que sonriese como un nene.
Nos despedimos del enfermero ya cuando la cama estaba en su lugar, con mi familia rodeándola.
- Bueno, ¿Y cómo se va a llamar? Porque lo habéis tenido en secreto los dos.
- Ha sido difícil eh, tenía ganas de ser el primero en decirlo.
- También fue difícil elegirlo, Manuel no hacía más que decirme nombres raros.
- Perdón, perdón, pero casi elijes el que te dije.
- A ver, ¿Cómo se llama? Yo creo que meses esperando son bastantes, ¿No?- sonreí viendo a mi tío con ganas de saberlo.
- Emma, Emma García.
- Ahora sí.
- ¿Puedo?
- Bueno, pero con cuidado, que recién se durmió.
- Y no veas cómo lloraba cuando nació.
- El espíritu de la mamá.
- Gracias, de verdad, una gran familia.
Rieron levemente viendo cómo le pasaba a mi tía a Emma despacio para que con suerte no se despertara, sonriendo después al ver como la tenía en brazos. Nada comparable a mi forma de llevarla, ya que yo con suerte había tenido alguna muñeca, pero nada más, en mis brazos de nena.
- ¿Y para cuándo le decís a tus padres?
- Cierto, se me había olvidado.
- Menos mal que no te escuchan.- dijo mi otra tía, ya que estaban allá las dos hermanas de mi madre con sus respectivos maridos y su hermano que iba sólo con mi primo al estar separado y también estaban mis otras dos primas que tenía.
- Bueno, pues vamos a darle la noticia.
- Dame el celular que les mando el men...
- ¿Mensaje? Nada de mensaje, hacemos videollamada.
- ¿Sí?
- Claro, así mejor.
Asentí sonriendo y Manuel por fin me dio mi teléfono después de estas horas donde, por supuesto, no lo tenía conmigo.
Algo nerviosa por su reacción, esperé a que mi tía me devolviese a Emma y entonces con sólo una mano llamé a Santino, que fue el último con el que hablé.
- Angie.
- José.
- Santino sé quedó el teléfono acá, estábamos en la cocina y... esperá, ¿Ya?- asentí sonriendo y él también sonrió.- ¡Ché, Angie al teléfono la concha de su madre vengan todos para acá ya!
- La primera palabra está claro que será un insulto.- afirmó Manuel.
- Callate, pelotudo.
- ¿Ves?
- ¡Angie!
- Ché, en silencio, que está dormida.
- A ver, a ver.
Detrás de mí hermano aparecieron Santino, Miguel y mis viejos, casi tirándose encima de él. Sonreí e hice lo que me dijeron, enfocando a Emma con algo de torpeza al hacerlo sólo con una mano.
- Es...preciosa.- dijo José sonriendo.
- Mirá que pelo más negro, como el alma de su mamá.
- Dale, un comentario lindo, no pido más.
- Nena, felicidades, es perfecta.
- La nieta más linda que uno puede querer.- afirmó mi padre, sonriendo.- Que ganas de tenerlas acá ya, a las dos.
- ¿Cómo se llama?- preguntó Miguel.
- Emma.
- Emma García.
- Que linda... mirá que labios tan gordos.- sonreí bajando un momento mi mirada a ella para verla.- Y que cachetes, que ganas de abrazarla.
- Abrazarlas.
- Sí, obvio, pero más a ella.
- Gracias, Miguel.
- De nada, reina.
- No, es realmente preciosa, Santino, creo que me he enamorado.
- José, por Dios, es tu sobrina, recatate un toque.
- No, pelotudo, pero mirala.
- Bueno, paren, por favor.
- Si querés la llamo fea, pero estaría mintiendo.- dijo José levantando una de sus manos porque con la otra tenía el teléfono.
- La verdad es que va ha hacer linda dupla con Thiago eh.
- ¿Y dónde está Luna?
- En casa, Thiago estaba inaguantable y se lo llevó.
- Ché, cuidado como hablás de mi sobrino.
- Pará, le vas a dar mala imagen a Emma. Emma te juro que tu tío Miguel es bueno eh.
- Seguro.
- Pobre, si supiera.
- Santino, José.- sonreí oyendo a mi padre avisarles como solía hacer conmigo o Miguel cuando discutíamos.- Angie, descansá porque ya pasó todo, ya está con vos y todo salió bien, ¿No?
- Sí, todo bien, tardamos una bocha pero ya estamos todos acá.
- Casi me rompe la mano, pero todos salimos bien.- añadió Manuel entrando en cámara.
- Ya te dije como era, re dramática.
- Tené vos un bebé, pelotudo.
- Paren los dos por favor van a despertar a la nena.- volvió a decir mi padre.
- ¿Y la familia cómo andá por allá?
A partir de ahí les dejé el teléfono a mi tío para que enfocará a todos y hablasen por un rato más hasta que volvieron a pedir que Emma saliese en la cámara, llevándose la atención de todos.
Será que por ahora era el único parecido que tenía con él, llevarse la atención de todos a su alrededor sin hacer nada, tan sólo estar.
Miraba su cara y pensaba que poco a poco comenzaría a encontrar otros parecidos con su padre, con el pibe con el que acabé enamorada y con el corazón hecho pedazos porque no supe escapar de los miedos y las dudas.
Pero también, al verla a ella con esa leve piel canela, sus ojos cerrados porque estaba dormida plácidamente en mis brazos, su pelo negro, sus labios pequeños y carnosos y su pequeña nariz me hacía ver que en ella no tenía ni miedos ni dudas.

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora