25.

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- Pará, ¿Qué?- frenó levemente, disminuyendo la velocidad pero no parando en mitad de la carretera.
- Pues que...que es Duki, Mauro, su padre.
- Angie, sos muy mala haciendo jodas, se te nota muc...
- No te estoy mintiendo, Lautaro, ahora no.
Me miró confundido por un segundo antes de acercarse a la acera y frenar ya fuera de peligro de que algún auto nos pudiese dar un golpe por atrás.
- ¿Me estás diciendo qué...?
- Mi ex novio es Duki, sí.
- Y su padre.- asentí y dejó de mirarme para llevar sus ojos al frente con sus manos en el volante, sorprendido y confundido.- Me enteré después de que terminasemos y...no quise decírselo porque sabía que no se podía ocupar de ella tanto como quería así que vi mejor no molestarle y cuidarla yo.
- No molestarle...claro...
- Como su hermana y yo éramos mejores amigas, mi familia y yo decidimos que lo mejor era irme fuera, a España, donde tengo familia como ya sabés.
- ¿Durante los nueve meses?
- Desde que se me comenzó a notar,  después esperé una semana y volví.
- Angie esto es...
- Mucho, lo sé, te dije que era complicada.
- Pues... quizás ahora todo sea más complicado.
- ¿Por qué?
- Si te ha visto conmigo, también ha visto a Emma cuando nos hemos ido.
- Ya...lo sé... pero dudo que me pregunte.
- Angie yo...
- Está bien, sé que es algo fuerte saber qué la piba que te gusta estuvo antes con un famoso y que además tiene una hija suya y se lo oculta.
- Lindo resumen.- sonrió y yo resoplé.- Angie, yo te apoyo, en todo.
- ¿Pero?
- No hay ningún pero, sólo una pregunta.
- Entonces dila.
- ¿Por qué terminaron vos y Duki?- se me hacía tan raro que le llamasen Duki, también que le nombrase porque nunca nadie lo había hecho desde que terminamos y menos desde que supimos de Emma.
- Porque...la relación no daba a más, yo estudiaba entonces y suspendía todo por estar con él, luego me volví desconfiada y dependía de él por miedo a tener ataques de pánico, una historia larga.
- Ya veo, ya.
- Llegó un momento que me molestaba lo que hacía o a él lo que yo decía y acabábamos siempre discutiendo hasta que terminamos.
- Y después apareció Emma.- asentí y él volvió a mirar al frente antes de llevar sus ojos de nuevo a mí.- ¿Y no pensaste nunca en decírselo?
- No sé, no me acuerdo, pero estoy bastante segura de que desde el segundo que lo supe él no estaba en mi mente.
- Y quizás llevaste esa idea hasta el final sin reflexionar un poco más.
- Quizás, no sé, ¿Pensás que hice mal?
- Es su padre al final, algún día te preguntará por él.
- Y yo le hablaré de él.
- Y le dirás qué no lo ve ni conoce porque vos no quisiste molestarle, ¿No?
- Ya...eso no.- sonrió y yo hice una mueca.- Pero no puedo aparecer ahora y decirle "Mauro, esta es tu hija."
- Ahora es tarde.
- ¿Debí hacerlo antes?
- Vos sola sabés lo que tenés que hacer, es tu hija y tu vida pero yo, lo hubiera dicho. A lo mejor no me hubieras conocido a mi, pero igual tendrías el departamento que querés y como decís que tiene una vida complicada también...igual no le ves tanto.
- Pero no quiero que después de días sin verla venga a hacer de padre.
- Entonces tendrías que buscarte un padre normal, como yo.
- Ahí tenés razón, soy de tomar malas decisiones siempre.
- Igual no importa, seguro que su hermana no quiere hablarte y a lo mejor no la volvés a ver más, así que cuando Emma pregunte de su padre pensamos algo, hasta entonces todos felices.
Sonrió y yo también, sabiendo que me apoyaba igual aunque yo tenía que eso no ocurriese. Pero parecía que nada le alejaba de mí y eso me gustaba.
Una vez más, desvío su mirada de mí para volver a manejar hacia su casa. Mientras, yo le di un vistazo a Emma, dormida en su asiento por suerte.
Igual tenía razón, igual tenía que haberlo dichos antes. Era su padre, siempre lo sería aunque yo no quisiese.
Pero no quería tener que depender en cierta manera de él. Hasta ahora, no me había arrepentido ni de tenerla ni de ser madre soltera. Todo era más difícil, pero cuando la veía sabía que estaba bien.
Llegamos por fin a su casa y esta vez dejamos el carro dentro del auto, llevando yo a Emma en brazos hasta dentro.
Me senté en el sofá para volver a dormirla, ya que se había despertado al quitarla de su asiento. Después, la dejé allá, cómoda, y preparé la mesa con Lautaro mientras que él me hablaba de otros temas que nada tenían que ver con Emma ni Mauro. Tanto tiempo sin pensar en él...
Comenzamos a comer hablando de otras cosas que no fuésemos nosotros hasta que yo le pregunté algo más sobre su vida, después terminamos y le ayudé a lavar las cosas
Entre risas, acabábamos mojandonos por el agua mientras lavabamos los platos. Cuando tenía que dejar o agarrar algo de arriba, él se encargaba porque yo no llegaba. Cuando era abajo, yo llegaba antes así que me ocupaba yo. Nos ayudábamos mutuamente hasta que nos molestabamos y riendo, peleábamos por quién dejaba algo o hacía algo en general.
Acabé con la remera mojada, así que él me dejó su campera porque hoy a la noche hacia frío. Luego, Emma nos interrumpió y pidió de vuelta estar con su madre, dejándola en mi pecho mientras que le contaba a Lautaro alguna anécdota de ella o de mí en España con mi primo, como lo pelotudo que era. Allá parecía algo más sencillo todo esto, sin tantas dudas.
Finalmente, llegó el momento de volver a casa y tras dejar todo bien en su casa, subimos de nuevo a su auto para llevarme a casa de mis padres, aparcando en frente.
- Tu amigo al final sí que cocina bien.
- Te lo dije, llego a hacerlo solo y es un desastre.
- Entonces la siguiente hago yo la cena
- Listo, dicho queda, ¿Pero con ayudas?
- Ya sabés que yo prefiero hacer todo sola.
Él sonrió y yo también, quitándome el cinturón de seguridad. Miré un segundo a Emma, despierta con sus ojos en el juguete que tenía en las manos, y después abrí la puerta.
- Angie.
- ¿Sí?- le miré de nuevo y él sonrió.
- Igual yo sé hacer otras cosas que nada tienen que ver con cocinar.
Levanté una ceja mirándole y sonrió más antes de acercarse rápido, frenando justo a unos centímetros de mí para levantar su mirada de mis labios a mis ojos un segundos antes de darme un corto beso, parecido al que le di yo la otra noche.
Sonreí cuando nos separamos, mirándole los labios como él también hacía. Después, salimos a la vez del auto para ayudarme a llevar todo a la puerta de mi casa, ya que tenía también que llevar el asiento de Emma.
Abrí la puerta, pasé para dejar en la entrada el carro con Emma dentro y el asiento apoyado en la pared y después me giré a verle.
- Chao.
- Chao, solitaria.
Sonreí y él también antes de guiñarme el ojo e irse sacandose el paquete de tabaco del bolsillo de su pantalón. Cerré la puerta, suspiré y comencé a dejar todo en su sitio con mi padre solo en el salón.
Me dijo que mi madre ya estaba dormida y entonces, dejé el carro también en la entrada para no hacer ruido. Me despedí de él y fui a mi habitación a dejar a Emma en la cama para cambiarme.
Después, la cambié a ella y la dejé en mis brazos, tumbandome en la cama con ella. Agarré con la otra mano el celular para ver las notificaciones que ignoré al lado de Lautaro mientras que ella jugaba con el mismo juguete que tenía en el auto.
De repente, mis ojos se fijaron en algo que hacía tiempo que no veía.
dukisjj ha comenzado a seguirte.
Sí, Lautaro tenía razón, todo se comenzaría a complicar.

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora