Seguí limpiando la barra a pocos minutos de cerrar. Ya casi no quedaba nadie más que el cocinero y yo, así que el trabajo de ahora era limpiar y esperar a que se fueran los que faltaban para colocar todo y cerrar sabiendo que en dos días tenía día libre, es decir, el día entero con Emma y si era posible, con Mauro.
Por ahora, Juan se ocupaba de ella mientras que yo laburaba, sin ninguna noticia sobre mi familia.
Suspiré y seguí limpiando, viendo de reojo como se marchaba la pareja que faltaba por irse, quedando solo una persona en el bar además de nosotros.
Sin nada más que limpiar, me apoyé en la barra y saqué el celular para ver si tenía algo, pero sólo mensajes de Mauro avisándome que, como siempre, venía a dormir a mi casa.
En realidad, parecía que viviesemos juntos. Él venía siempre a dormir y después, nos despertabamos juntos para despedirnos y volver a vernos por la noche otra vez, ya que él tenía cosas que hacer y yo me tenía que ocupar del bar. Cuando tenía días libres, dejábamos de estar en mi casa para ir a la suya.
Todavía no había ido de fiesta con él, se me hacía más difícil todavía ahora que no tenía con quién dejar a Emma por la noche. Además, ni siquiera había vuelto a ver a todos sus amigos como la primera vez que estuvimos juntos.
Estábamos bien, bastante bien, pero todavía parecía que no éramos del todo pareja por el poco tiempo que pasábamos juntos haciendo cosas. Con Emma, todo era más difícil, pero además, cuando estábamos juntos acabamos en su casa o la mía, sólo con Candela a veces que no nos hacía mucho caso.
Tampoco me contaba las cosas de su música como hacía antes, supongo que porque para el poco tiempo que teníamos juntos prefería no hablar de aquello, al igual que yo del bar.
Aún así, no era algo por lo que me quejaba mucho, simplemente a veces me parecía que después de la ruptura no queremos atrevernos a volver a estar así de juntos por si ocurría lo mismo, es decir, los celos por mi parte y las discusiones tontas por la suya.
- Angie.
- ¿Qué?- dejé de mirar el celular para ver al cocinero, que me sonreía desde la puerta.
- Nada, te quedaste mirando el teléfono y ya me ocupé yo.
Le miré confundida y guardé el teléfono a la vez que me daba la vuelta para ver que el cliente que faltaba por irse ya lo había hecho y él se había ocupado de guardar la plata.
- Gracias.
- Bueno, yo ya me voy, nos vemos pasado mañana.
- Chao.
Levantó la mano para despedirse y se fue como dijo, dejándome sola. Suspiré y decidí colocar todo lo más rápido posible, guardando el dinero y dejando las mesas y sillas en su sitio, limpiando un poco el suelo antes de salir y cerrar definitivamente.
Cuando me di la vuelta, vi el auto de Juan a lo lejos. Sonreí y me acerqué a la carretera, esperando a que llegase a estar en frente de mi con su ventanilla baja para hablarme.
- Vamos, te llevo a casa.
- ¿No qué mi casa estaba más cerca del boliche?- pregunté entrando y él arrancó de nuevo.
- Sí, pero hoy estaba listo más temprano y decidí pasar por ti, pero eh, si preferís un taxi te dejo acá y te espero en tu casa eh.
- No, no, está bien así.
- ¿Y Mauro? ¿No viene a por ti?- preguntó ya conduciendo.- Ya que es el novio y padre podría venir.
- A veces viene y no digas lo de padre, pelotudo.
- Bueno, bueno, ¿Lo es o no?
- Sí, pero...
- Pero todavía nada.- chasqueó su lengua sin dejar de mirar la carretera.- Tendrías que decírselo.
- Lo haré.
- ¿Cuándo?
- Pronto, Juan, pronto, es difícil.
- Ya lo sé, sé que debe de ser muy difícil, pero las mentiras ya sabes que se acaban descubriendo.
- Por desgracia, lo sé.
Sonrió levemente y yo desvié mi mirada de él a la ventanilla para ver las calles mientras me acercaba a mi casa. Cuando llegamos, me ayudó a subir las cosas de Emma a casa, ya con ella en mis brazos.
- Por cierto, en dos días me dan el día libre así que mejor.
- Será la noche libre.
- Bueno, ya sabés a lo que me refiero, boluda.
- Está bien, pero no te necesito por la noche.
- Como digas.- puse los ojos en blanco y él rió.- Chao.
- Chao.
Se fue y cerré la puerta del departamento, yendo directamente a bañar a Emma antes de ponerle el pijama y dejarla en el sofá, preparando la cena para mí y para Mauro.
Terminé y me senté en el salón, encendiendo el televisor para que se quede de fondo y estar atenta a Emma mientras cenaba sin esperarle. Unos minutos después, alguien llamó a la puerta, más bien, él.
Le esperé con la puerta abierta, como siempre, hasta verle subir las escaleras. Ya en frente de mí, le saludé con un beso y abrazados entramos dentro, cerrando la puerta detrás de nosotros.
Se sentó a mi lado para empezar a cenar mientras que yo acababa, saludando también a Emma con un beso en su pequeña mejilla antes de hablarme de su día, cansado.
- ¿En dos días no tenías el día libre?
- Sí, sólo ese día.
- Bueno, pues la pasamos juntos entonces.
- ¿Vos podés?
- ¿Eh? Sí, sí, estoy terminando con lo que estoy ahora así que puedo.- asentí y él sonrió.- ¿Y si vamos a una joda?
- ¿Nosotros?
- Y los pibes.
- Tus amigos.
- Dale, Angie. Me encanta estar en casa con vos y Emma pero no sé, podemos hacer otras cosas aparte de esto, ¿No?- sonreí y él también.- Podés dejar a Emma con alguien y venir conmigo, como en los viejos tiempos.
- Bueno...justo me parece que alguien puede ocuparse de ella.
- ¿Sí?- sonrió más aún y yo asentí, haciendo que soltase su plato casi vacío para abrazarme, haciéndome reír.- Entonces volveremos a bailar juntos.
- Hasta el amanecer eh.
- Siempre que sea con vos.
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Sol y Luna (Duki)
Fanfiction(2° temporada de la novela Piensa en Mí (Duki)) Después de que Angie terminó con Mauro tuvo que aprender de nuevo a estar sola, a cuidarse con la única ayuda de sus amigos y su familia. Pero, cuando parecía que volvía a su vida normal, cuando él apa...