- ¿Cómo está la mina más linda de Buenos Aires?
- No sé, no la conozco.
- Que boluda que sos.
Reí y él sonrió, sentándose en el taburete mientras que yo le daba la espalda para empezar a hacerle el café, como siempre.
- ¿Qué hacés acá hoy? ¿Ninguna chica conocida a la que ver?
- La verdad es que no.- sonreí y acabé por servirle por fin el café.- Santino me contó lo que pasó.
- Ya fue, es otra discusión más, supongo que tendremos muchas de esas a partir de ahora.
- Ya...bueno, ¿Qué hacés esta noche?
- ¿Esta noche? Nada, mañana es mi último día de laburar antes de unos días libres así que...
- ¿Te dan días libres?
- Sí, bueno, el jefe quiere cerrar por unos días porque se tiene que ir de viaje y en fin, cosas de él, no sé.
- Mientras te pague...
- Exacto.- sonrió y yo también.- ¿Tenés pensado algo para esta noche?
- No laburo hoy, así que hemos quedado a ver unas películas y bueno, el mismo plan de siempre.
- Bueno, me gusta ese plan.
- ¿Venís entonces?
Asentí y él después, sonriendo antes de beber de la taza. Seguimos hablando hasta que se acabó su café, entonces se marchó y yo seguí trabajando hasta que llegó la hora de cerrar.
Hice mi rutina de siempre y me marché a casa en taxi, ya que Santino hoy había quedado con una chica y no pudo venir a verme.
Ya en casa, dejé las cosas y recibí a mía padres, que me traían a Emma. Por suerte, Santino no les dijo nada a ellos de la discusión y sólo se quedaron un rato corto, así que me pude cambiar de ropa para ir más cómoda y me llevé de nuevo a Emma hacia la casa de Claudia a cenar y ver una película como Juan me contó.
Cuando llegué, ya estaban todos sentados en su lugar con las pizzas que habían pedido en la mesa, además del fernet.
Me senté en el único lugar libre que había después de saludarles a todos, dejando la silla de Emma a mí lado, donde ya estaba dormida.
Comencé a cenar junto a ellos, compartiendo el fernet con Matías mientras que hablamos de cualquier tema, esperando a que Juan terminase de poner la película.
Cuando está comenzó, nos fuimos callando hasta concentrarnos solo en la trama, con mis ojos atentos al televisor, aunque a veces miraba de reojo a Emma.
Era en esos momentos cuando me daba cuenta que no era la única que perdía por unos segundos la atención a la película, encontrándome a alguno de mis amigos mirándome sin ninguna razón aparente.
Poco a poco, mientras la película se iba acabando y yo me iba dando más cuenta de que no dejaban de mirarme, comencé a pensar que este no era un simple plan de siempre de ver una película mientras cenamos. Pero no fue hasta que terminó que quise confirmarlo.
- Estuvo piola.
- Igual un poco aburrida.- le contestó Diana a Matías.
- Bueno, ya fue, es una película.
- Claro, como la elegiste vos.- Claudia rió, recibiendo la mirada y cara seria de Juan.
- Ché, ¿Les puedo hacer una pregunta?- y entonces, todos me miraron.
- Sí, dale, decí.
- ¿Por qué me miran tanto?
- ¿Cómo qué por qué te miramos tanto?- preguntó sonriendo Claudia.
- Sí, dale, no sé hagan los boludos conmigo, se pasaron toda la película mirándome.
- Estás flashando me parece eh.
- Matías, por favor, parecía que la película era yo.
- Bueno, igual tiene algo de razón.- y ahora nuestros ojos fueron a Juan.- Quiero decir, venimos a hablar de eso, ¿No?
- ¿Hablar de qué?
Pregunté, esperando alguna respuesta. Pero sólo recibí por unos segundos su silencio y las miradas que se intercambiaban entre ellos, esperando quién decidía hablar primero.
- De vos y Mauro.- acabó por decir Diana.
- ¿Qué de nosotros?- sonreí, pero ellos seguían con sus silencios y miradas.
- A ver... tenés que aceptar que no es vuestro mejor momento, ¿No?
- Es decir, que hay poco vosotros.- añadió Nicolás a lo que dijo Diana.
- Bueno, sí, obvio, se enteró que le mentí y me odia.
- Tanto como odiarte...
- Sí, Juan, me odia. Nunca le vi de esa forma conmigo.
- Es que es duro para él.
- Lo sé.
- Igual con el tiempo pasa, ¿No? Quizás que hasta te perdone.
- ¿Vos perdonarías a alguien que te esconde algo así durante meses?- le pregunté a Claudia y está chasqueó su lengua.- Nada, lo nuestro ya no tiene arreglo y lo peor es que parece que está decidido a hacermelo saber de la peor manera.
- Con las discusiones...
- Con todo. Le digo que si algún día me necesita, esconda su orgullo y me hable. También le digo que si quedamos a una hora en un lugar para dejarme a Emma, que no llegue tarde. ¿Y saben que me respondió a todo esto?- se quedaron callados, esperando mi respuesta.- Que era mi culpa, que yo le escondí todo el tema del que era el padre, que la peor soy yo y que no puedo darle discursos de moralidad a él.
- Bueno... razón no le falta.
- Tampoco es para ser tan exagerado.- le rebatió Diana a Matías.- Quiero decir, sí, Angie hizo mal, pero ella ya lo sabe, no hace falta que se lo recuerde siempre.
- Bueno, pero él está dolido, igual se lo dice tantas veces porque aún no se ha hecho totalmente a la idea de todo lo que ha pasado.
- Pues mira que han pasado días...- Diana resopló, haciendo notar lo poco que estaba a favor de Mauro en este tema.
- Como sea parece que no vamos a poder hablar de otra forma que no sea discutiendo.
- Pues hay que buscar una solución y no por vosotros, sino porque acá hay una tercera persona afectada, Emma.
- Lo sé, Juan, es lo que intento.
- Tenés que hablar con él pero bien, contándole todo como fue y sin mentiras ni discusiones.
- No es tan fácil.
- Sí, lo es, sólo que nos cuesta dar el paso.
- Pero no me quiere ver.
- Seguro que sí y eso es lo que más le enoje, que te quiere y a la vez te odia por todo.
- Uh, esa es buena.- dijo Nicolás, mirando a Juan, que sonrió.
- Juan tiene razón, deberían hablarlo bien, no sé. Cuando se enteró se fue y no supiste de él hasta días después, donde ya sabías más o menos que pensaba por Candela.
- Ya...
- Lo mejor es que hablen, de verdad, sólo por Emma, que no se merece esto.
- Tienen razón, sí.
Ellos sonrieron y Matías se acercó a mí para abrazarme al ser el más cercano a dónde estaba.
Seguimos hablando de otros temas un poco más hasta que vi que era demasiado tarde para Emma y para mí, despidiéndome de ellos para volver a subirme a un taxi y volver a casa.
Dejé a Emma en su cuna ya vestida con su pijama, yéndome al baño para ducharme y cambiarme también. Cuando me acosté, ella ya estaba dormida.
Suspiré y mirando al techo, con mis pocas ganas de dormir, comencé a pensar en todo lo que me habían dicho. Quizás no era tan mala idea... sólo odiaba tener que enfrentarme a él, pero no era por mí esto, era por Emma.
Mauro.¿Nos podemos ver mañana?
Necesito hablar con vos.
Es importante.
ESTÁS LEYENDO
Sol y Luna (Duki)
Fanfiction(2° temporada de la novela Piensa en Mí (Duki)) Después de que Angie terminó con Mauro tuvo que aprender de nuevo a estar sola, a cuidarse con la única ayuda de sus amigos y su familia. Pero, cuando parecía que volvía a su vida normal, cuando él apa...