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- ¿Cómo?
- Ya... sé que es raro.
- ¿Vos...? ¿Ella...?- comenzó a mirarnos confundida, señalandonos cada vez que desviaba su mirada a la otra.- Angie, ¿Es una joda?
- No, no lo es.- sí, me había dado por vencido, no podía salvarme de esta.
- Pero...¿Cómo pasó? ¿Cómo tenés una hija? ¿Vos...? No entiendo nada.
- ¿Querés que te explique cómo se hace o...?
- No, no, no hace falta, yo...- la volvió a mirar y después, sus ojos aún más confundidos y con algo de miedo fueron hacia mí.- ¿Es de...es de mi hermano?
Acá está la gran pregunta, la esperada y la que no quería oír nunca. Miré a Emma, que aún lloraba en medio de todo el quilombo, y después miré a mi mejor amiga con la duda de que hacer. Podía decirle la verdad y que e acabase todo acá o podía...
- No, no es de él.
- ¿Qué? Pero si me dijiste que cumplió un mes eso quiere decir...dale, Angie, las cuentas son buenas, es de él.- mierda, se me olvidó que le dije sobre su cumpleaños.
- Eh...no, verás es...complicado.
- ¿Complicad...? ¡¿Le engañaste?!- podía mentir, engañar de verdad, o acabar con todo esto. Pero tenía más miedo a lo segundo que a lo primero.
- Yo...Cande, es mejor que te vayas, de verdad, si querés te pago en Uber o lo que sea.
- Angie, ¿Engañaste a mi hermano?
- Dale, Cande, no me hagas esto.
- ¿Fue con Lautaro? ¿Con él lo engañaste?- toda su mirada confundida y miedosa se había convertido en molestía.- Y vos diciendo que tenías ataques de pánico...no sé cómo te creyó, no sé cómo te creí.
- No, Cande, no es así, de verdad tuve ataques de pánico sólo que...
- Me contó que vos le dijiste que casi e engañaste con un pibe, supongo que ese pibe era Lautaro y que te arrepentiste en el último momento de decirle la verdad a Mauro, ¿No?- menuda historia se había hecho, casi no me hacía falta inventarme cosas.- Dios, Angie, toda tu vida es una mentira.- en eso no falló.
- Cande, déjame que te explique.
- ¿Explicarme el qué? ¿Qué nos engañaste no sólo a mi hermano sino a mí? ¿Qué desapareciste porque estaba embarazada de tu amante, de Lautaro, y que aún así te inventaste toda una historia sobre tus problemas de pánico?
- Candela...por favor...
- No, acá ya no tengo nada que hacer, mejor me voy antes que comiences a mentir otra vez.
Chasqueé la lengua y ella se fue tal como había entrado, sólo que esta vez no le volvió a dar ninguna mirada a Emma, que seguía llorando. Miré cansada la puerta y resoplé recopilando todo lo que acababa de pasar.
Se creía que había engañado a Mauro con Lautaro y Emma era hijo de él, no de su hermano. Esto me hacía quizás el mundo más simple, pero al final ella se enojó como se esperaba y no conseguí nada bueno de esto.
Sólo que si ahora se lo decía a él, estaba claro que me odiaría más de lo que ya hacía, algo que lo alejaba de mí de nuevo y por Emma y mi plan, era lo único bueno que sacaba.
Me olvidé por unos segundos de lo que pasó para darle la atención a Emma, teniéndola en brazos mientras le devolvía el juguete y así se tranquilazaba lentamente.
Suspiré ya con ella dejando de llorar y la lleve a la cuna para que lentamente se durmiese bajo mi mirada y la lluvia de fondo. Por un momento, mirándola, me alejé de todo.
No fue hasta que me tumbé de nuevo en la cama, ya con ella durmiendo, que no sólo aparecía la mirada de Mauro cómo solía pasar, sino que a veces podía ver a Candela enfadada, defraudada tras creerse una mentira más pensando que todo lo demás que me dije era lo único falso, pero no, toda la amistad con ella ahora mismo estaba construida a base de mentiras.
No sabía frenar, porque no quería. Podía decirle que sí, que era de Mauro y como no quise decírselo lo oculté y llevé el embarazo en España, ignorandola aunque no quisiese.
Pero, decírselo ahora era demasiado tarde, estaba segura. Emma ya había nacido, ya todos nos habíamos hecho a la idea de que Mauro no tenía nada que ver. Sólo yo le recordaba.
Quizás porque, como decía Santino, hay algunas personas que son difíciles de olvidar y más cuando se las quiso de verdad. Quizás porque Mauro es para mí lo mismo que Diana para Santino.
Él la conoció siendo adolescentes y la dejó tras años de relación, cuando no hacían más que discutir porque odiaba que ella fumase más que cigarros y ella que él le dijese que hacer.
Yo conocí a Mauro por Candela, desde pequeña hablaba con él y no fue hasta que crecí y fui adolescente que mis miradas hacia él cambiaron. De repente, me comenzaba a gustar el hermano de mi mejor amiga, aunque no fuese recíproco. Cuando nos volvimos a ver, años después y con él siendo famoso, pasó todo tan rápido en tan sólo dos meses que parecieron dos años de relación donde nunca se discutió hasta los últimos días, donde como Santino y Diana, no nos aguantabamos y discutíamos más de lo que nos decíamos lo que nos queríamos.
Ahora Emma era su hija, aunque me negase a ello, aunque intentase olvidar todo lo anterior. Y Lautaro tenía razón, esto no iba a acabar bien, pero ya no se podía dar marcha atrás.
Ya no podía ir corriendo hacia Mauro, decirle que le extrañé, que aunque Lautaro fuese mi pareja ahora y realmente me gustaba no podía olvidarle completamente y que Emma era su hija. ¿No?

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora