8.

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- ¿Sigues nerviosa?- preguntó mi primo, mirando como jugaba con mis manos sin quitar mis ojos de la cámara del ordenador.
- Bueno, es dar la noticia.
- ¿Y? Ya se sabe la noticia, que más da.
Puse los ojos en blanco y suspiré, volviendo después mi mirada a la pantalla. Acabábamos de cenar con mis abuelos, a los que ya les habíamos dado la noticia. Ahora, estábamos esperando a que mi familia apareciese, es decir, mis viejos y mis hermanos
- ¡Angie, Manuel!- el grito de mi madre me alejó de mis pensamientos, sonriendo al instante.- ¿Qué tal por allá?
- Bien, ma, pero os extraño mucho.
- Y nosotros a vos, cariño.- sonreí a mi padre.- Y mirá quién está acá.
- Thiago.- sonreí viendo aparecer a Luna con él en brazos.- ¿Qué tal por allá con él?
- Ya comienzo a saber qué no es dormir.
- ¿Por qué nunca le das ánimos?- preguntó otra vez Miguel a su mujer.
- La verdad, Miguel, la verdad duele.- reí y ella desvío la mirada de mi hermano a mí.- Pero tranquila que vale la pena.
- Espero.
- Esperamos.- añadió Manuel, santiguandose. Le miré confundida y mi familia rió.
- Bueno, ¿Y qué? ¿Alguna noticia?
- Más o menos, pero no es muy importante.
- ¿Cómo va el pequeño de la familia?
- Pequeño, pequeño...
- ¿Ya es grande?- preguntó ahora Santino.- A ver si va a salir andando eh, que con los genes que tiene...
- No, pelotudo, es que...no es esa palabra la correcta.
- Ay, pues claro, siendo Angie la madre seguro que el pobre es de pequeña estatura todavía.
- De verdad, el bullying acá es maravilloso.
- Perdón, perdón.
- Bueno, Angélica, contanos ya que sino me muero.
- Pues que no es pequeño, es pequeña.
- Pequeña...- miré rápido a Miguel mientras recapacitaban sobre lo que les había dicho y luego volví a mirarles.
- ¡Es una nena!- gritó José.
- Pero iba a ser un nene...
- Una nieta, Antonio, una nieta.- reí viendo a mi madre bailar y a mí padre sonriendo al verla.
- Que bien, hija, ojalá estés acá pronto.
- Bueno, que llegue cuando tenga que llegar, nada de sustos por favor.
- No, ma, tranquila que acá me cuidan bien, sobretodo Manuel.
- Eso va con ironía, ¿No?
- Para algo bueno que te digo.
Me guiñó el ojo y yo puse los míos en blanco, haciéndole reír mientras que en Argentina, correctamente en la casa de mis viejos, se formaban una mini fiesta con Miguel triste porque como Manuel, habían perdido la apuesta que se habían hecho a que era un nene. Tal como a Manuel le gustaba verme molesta, a mí también me gustaba verle a él, así que siempre que podía me reía por su creencia errónea.
Estuve un tiempo más hablando con ellos, contándoles también de la llamada de Candela. Y como me esperaba, dijeron lo mismo que Manuel, hasta mi padre me pidió que la bloquease. Aunque los dos sabíamos bien que no lo haríamos, era mi mejor amiga, no podía hacerlo.
Me despedí de ellos una hora después de hablar de todo lo que hacían allá, después, estaba tan cansada después de este día que fui directa a dormir.
Al despertarme, Manuel ya estaba haciendo el desayuno como de costumbre porque él tenía que laburar, yo tampoco había encontrado nada acá, así que al final lo único que hacía era quedarme en casa limpiando, sin hacer nada o salir para dar una vuelta por Madrid o ver a los de siempre, mi familia.
Esta vez había decidido vestirme y salir a caminar por los sitios que ya conocía, deseando que llegase el fin de semana donde por fin Manuel pudiera llevarme a Barcelona como había dicho desde que llegué.
Paré en un banco de uno de los parques más famosos de la ciudad, el Retiro, y miré a la gente pasar sin pensar en nada, escuchando música sin más.
Me enredé en mis redes sociales y hablé con Juan, que estaba a punto de volver a la casa donde vivía ahora, sólo.
Tras mi mudanza a España, él dejó mi casa, que ya no es mía, y se fue a un apartamento pequeño pero con eso a él le bastaba. Me hubiese gustado vivir más con él, realmente nos entendíamos como mejores amigos que éramos y me cuidaba de todos mi momentos de pánico, aquellos que ahora veo tan lejanos y olvidados.
De repente, la canción cambió para llevarme a otra que fui rápido a cambiar. H.I.E.L.O, su nueva canción.
Desde que terminamos, no volví a oír su música y ahora que la hija que esperaba era de él, menos aún. Mis amigos dejaron de hablar de música conmigo como solíamos hacer para debatir quién era el mejor, esquivaba sus canciones y no solía ver mucho las redes sociales por si me encontraba con alguna foto o canción de él. Al fin y al cabo, todos mis conocidos de verdad son argentinos y además, acá en España también le escuchaban, así que nunca llegaba a escapar totalmente de él. Podría haberme enamorado de otro menos famoso, pero no, yo tenía que ir con el Internacional.
Suspiré y me levanté del banco para volver a casa, comenzando a recordar algunos momentos con él, aquellos que de tanto intentaba olvidar me agotaban.
Cuando volví, hice la cocina y me fui al salón a esperar a mi primo, comiendo cualquier cosa mientras jugaba a la Play que por suerte, él también tenía acá.
- ¡Llegó el más guapo de toda España!- saludó entrando, yendo directamente a darme un beso en la mejilla para saludarme, sonriendonos.
- De España, no de Argentina.
- Dime otra carita más bonita que la mía, a ver.
- Tengo varias.
- Perfecto, ya tenemos algo que debatir.
Reí mientras se alejaba para ir a su habitación a dejar las cosas, después, me ayudó a preparar la mesa y comenzamos a comer, aunque lo que más hacíamos era debatir sobre que famoso argentino era más guapo. Como siempre, tampoco hablamos de él acá. El innombrable de la familia.

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora