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Resoplé mirando al punto fijo de mi casa. Desde la discusión con Candela evité hablar con mis amigos y estar con Lautaro. Necesitaba tiempo a solas para pensar.
Ahora me encontraba un viernes sentada en el sofá de mi casa, sola porque Emma está durmiendo en la habitación. Tenía el teléfono en el oído porque había llamado a Santino, tenía que contárselo.
- Angie.
- Hola, ché, ¿Vos podés quedar hoy?
- Uh, quedé justo con Juan.
- ¿Con Juan?
- Sí, me quería enseñar un juego de la Play o algo así me dijo y bueno, iba a ir a su casa, ¿Vos no tenés que laburar?
- Me dejó salir antes.
- ¿Y no quedás con Lautaro para cenar?
- No...mejor no, es que tengo que contarte algo.
- Decime entonces.
- Así no, prefiero verme con vos.
- Estoy justo en el auto, iba a ir ya a la casa de Juan así que si querés voy a por vos, ¿Está Emma despierta?
- No, está dormida pero hoy está bastante tranquila por lo que me dijo mamá.
- Bueno, dale, ahora voy para allá, vos prepárate.
- Está bien, chao.
- Chao.
Terminé la llamada y suspiré, dejando el teléfono en la mesa del salón antes de levantarme para volver a la habitación.
Levanté despacio a Emma de su cuna y la dejé en mi cama, despertandola levemente. Tranquilamente, le cambié la ropa para llevarla a la calle y luego la dejé de nuevo en su cuna para que siguiese durmiendo mientras Santino venía.
Yo fui a buscar el asiento de ella y lo dejé en la entrada, sentándome de vuelta a esperar a mi hermano mayor. Hasta que por fin me avisó por mensajes de que estaba en frente del edificio esperando.
Fui a por Emma, le abrí para que pudiese ayudarme y primero llevó y puso su asiento en su auto. Después, vino a por el carro de ella y ya por fin salimos los dos juntos.
A la vez que guardaba su carro atrás del auto, yo dejaba a Emma segura en su asiento y después me iba a sentar en el asiento de copiloto, esperándole. Segundos después, entró y comenzó a manejar hacia la casa de Juan con la música de la radio a poco volumen para no molestar a Emma.
- ¿Es importante?
- ¿El qué?
- Lo que me tenés que decir.
- Oh, bueno, un poco.
- ¿Pero es malo?
- Puede.
- Todos son dudas.
Negó con la cabeza levemente sin dejar de mirar la carretera y yo llevé mis ojos a la ventanilla, evadiendome un momento de lo que pasaba.
Candela no me volvió a hablar, obviamente. Se marchó de mi casa pensando que había engañado a su hermano y me inventé una escusa para dejarle y finalmente acabé embarazada de Lautaro, que se supone que fue con el que le engañé.
En realidad, ella era la tía de Emma y yo la había estado engañando a ella, no a su hermano, mintiendo sobre los meses que desaparecí y no le contesté ni a mensajes ni a llamadas, ignorandola como si nunca hubiésemos sido amigas.
- Angie.
- ¿Qué?
- Llegamos.
Me avisó y salí de mis pensamientos para darme cuenta que sí, estábamos en la calle donde se encontraba el edificio de Juan.
Salimos del auto y yo saqué a Emma mientras él cerraba completamente el auto, dejando su carro allá por si no salíamos al final de la casa de Juan y era innecesario.
Llamamos y fuimos hacia su casa, abriéndonos sin remera y con todo el pelo despeinado.
- ¿Angie?
- ¿Estabas durmiendo?
- Algo así, pasen y vean.
- ¿El qué?
- Nada, mi vida es bastante aburrida.
Reí levemente mientras pasaba por su lado hacia dentro de su casa. Estaba algo desordenada, pero era normal viendo que él se pasaba el día durmiendo y luego por la noche tenía que laburar.
Fuimos al salón y nos sentamos en el sofá con Emma despierta en mis brazos pero sin hacer nada.
- ¿Y qué hacés vos acá?
- Me tenía que decir algo que es un poco importante, que puede ser malo y le dije que viniera acá.
- Bueno, te dolió que no dijese una respuesta clara eh.
- Es que para eso se pregunta, pelotuda.
Puse los ojos en blanco y Juan se rió antes de levantarse para ir a su cocina.
- ¿Y bueno? ¿Qué era lo que tenías que contarnos?
- Bueno...la verdad que no sé bien cómo decirlo sin que se enfaden.
- ¿Dejaste el trabajo?- preguntó Juan volviendo al salón.
- No, no, es otra cosa.
- ¿Qué es...?
- Bueno, Candela estuvo en casa.
- ¿Y? No es la primera vez que va, ¿No?
- Pero sí la primera vez que va con Emma dentro.
- ¿Eh?- Juan dejó de beber para tragar rápido y preguntar confundido, como mi hermano.
- ¿Cómo?
- Que...que vino por sorpresa y ella estaba allá.
- Angie...
- No sabía que iba a ir.
- ¿Y qué dijo?
- Se extrañó de ver un bebé en mi casa y bueno...digamos que lo sabe.
- ¡¿Qué?!- preguntaron a la vez.
- No lo sabe al completo, quiero decir, sabe que es mi hija pero no sabe quién es su padre.
- ¿Mentiste sobre la edad?
- No, sabía que había cumplido un mes hace unos días porque...bueno, ese día estuve con ella antes de ir a la fiesta.
- Angie, la concha de tu madre, sos re complicada, ¿No quedamos en que no podía saberlo de ninguna manera? Dale, aceptamos que la vieras, ¿Pero esto?
- Entonces...si sabe que tiene poco más de un mes y es tu hija...¿Por qué no sabe que Mauro es su padre?- preguntó Juan, ignorando el enfado de mi hermano mayor.
- Porque lo primero que pensó fue eso y después ella misma se creó una historia de que le había engañado a Mauro con Lautaro.
- Es decir, para ella Emma es hija de Lautaro.
- Y Lautaro fue mi amante, sí.
- Dios...que difícil es esto.
- Angie, tenés que decirlo.
- ¿El qué?
- A Mauro, tenés que contarselo.
- ¿Por qué? Candela se hizo una historia que puede funcionar y quizás hasta la dejó de hablar porque seguramente no me perdone esconderle esto así que...ya tienen lo que querían, una buena historia y que no vuelva a ver a Cande.
- No, esto es lo que vos querés, vos sos la que no quiere contarle nada al padre.
- Ya es tarde.
- ¿Lo es?
- Sí, además, ya os dije que puedo hacerlo sola y ahora más, así que no hay vuelta atrás.
- ¿Y estas dispuesta a que se piensen que le engañaste con un pibe y desapareciste porque quedaste embarazada de este?
- Uh, esto parece una telenovela, wacho.
- Bueno...si no hay otra solución.
Santino puso lo ojos en blanco antes de taparse la cara con las manos y negar con la cabeza y Juan suspiró, haciendo que yo sintiese con inocencia.

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora