3.

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- Estoy nerviosa.
- ¿De qué?
- De decirles.
- Angie, ayer se lo dijiste a tus viejos, ¿Vas a tener miedo ahora de decirles a tus amigos?
- No, no, no es miedo, es sólo nervios, ¿Podés grabarlo?
- ¿Eh? ¿Es joda?- preguntó sonriendo y subí mis hombros.
- No sé, quiero tener su reacción cuando lo diga.
- Eso es porque sabés que va a ser buena.
- A ver, es que si no quieren me da igual, la embarazada acá soy yo.
- Mirala, de repente es Angie la valiente.
Puse los ojos en blanco y Juan rió mientras caminábamos a la cancha de baloncesto donde habíamos quedado con ellos para jugar un partido antes de que saliesen de fiesta, yo no iba porque tenía que arreglar algunos papeles antes de dejar la facultad oficialmente, sin esperar más.
De lejos, ya veía a Matías tirar hacia la canasta con Diana y Claudia hablando detrás. Parece que hoy íbamos a jugar todos, aunque aún faltase Nicolás por aparecer.
- Angie, Juan.
- Hola.
- Ché, ¿De verdad que no podés venir esta noche?
- No, pero otra igual sí, tranquilos que hay mucha Angie.
- Eso es obvio y más ahora que está soltera y entera.
Dijo Matías, pasando su brazo alrededor de mi hombro mientras tenía la pelota entre su otro costado y su otro brazo.
Fruncí el ceño y cuando me miró se dio cuenta de que había dicho, aunque ya tenía todas las miradas de los demás en él, queriendo asesinarle porque se habían hecho la promesa de no hablar de ese tema conmigo para que olvidase antes a Mauro tras su fallido plan de no escuchar más trap.
- ¿Vos realmente no te cansás de ser tan pelotudo?
- Perdón.- sonrió nervioso y yo suspiré, negando con la cabeza por el amigo que me había tocado aunque en realidad siempre me había gustado que fuese así.
- ¡Llegó el Lebron de la ciudad!- saludó Nicolás, entrando en la cancha.- ¿Qué pasó? ¿Quién se murió? ¿Por qué esas caras?
- Nada, nada, venga va, empezamos ya que luego se hace tarde.
Matías se alejó de mí y yo miré a Juan, que me guiñó el ojo antes de correr hacia su puesto.
Los equipos eran Matías, Claudia y yo, y los demás. Habían decidido que jugase con la mejor mina y el mejor pibe del grupo porque estar conmigo en realidad no era de mucha ayuda. Siempre tan buenos.
Comenzamos a jugar con ellos teniendo la posesión, pero rápido Matías robó la pelota y no esperó para comenzar a hacerse notar marcando un triple. Chocamos las manos y volvimos a nuestros puestos, volviendo a comenzar desde el medio.
A partir de ahí, cuando Juan parecía aceptar el reto de Matías y también marcó un triple, el partido comenzaba a ser más de ellos dos que de nosotros, aunque en realidad yo lo prefería así.
Comenzamos a ganar poco a poco hasta que ellos parecieron sacar energías y entonces igualamos el partido. Aunque tardó poco, porque en unos minutos comenzamos de nuevo a tener el marcador de nuestro lado. Hasta que la alarma que se había puesto Claudia en su teléfono para avisar de que había que terminar, sonó.
Entonces, por fin me pude apoyar en mis rodillas y respirar tranquila. Demasiado ejercicio después de días yendo sólo de mi casa a la facultad y luego a la casa de mis viejos.
- Bueno, ganamos, era obvio.
- No te hagas el agrandado por un día que ganás eh.
- Bueno, bueno, tranquilo, algún día te llegará el día.- Matías le guiñó el ojo a Juan y este resopló, haciendo al primero reír mientras que los demás les ignorábamos porque siempre son así.
- Angie, ¿De verdad que no querés venir?
- No, estoy bien, tengo que hacer papeleo, vos sabés cómo soy con eso.
- ¿Papeleo? ¿De qué?- preguntó Nicolás mientras salíamos de la cancha. Entonces me giré a ver a Juan, que iba detrás de mí y me sonrió nada más me vio.
- Para salir de la facu.
- ¿Qué?- todos se pararon a mirarme.
- Sí, sí, lo dejo.
- Pero, ¿Por qué?
- ¿Es por los ataques de pánico? ¿Volviste a tener uno?
- No, nada de eso, es... más complicado.
- A ver, a ver, no entiendo nada, Angie, tu sueño era ser abogada, ¿Qué ha tenido que pasar para que dejes todo?- preguntó Claudia, sorprendida aún mientras que los demás estaban confundidos y posiblemente pensando que podría ser.
- Veréis es que...ya comienza a serme bastante difícil estudiar pero bueno, lo peor es que no puedo ocuparme de un embarazo y demás teniendo la facultad.
- ¡¿Qué?!- preguntaron al unísono mientras que Juan reía, grabando como le dije.
- ¿Es posta o una de tus jodas sin gracia?
- No, es posta.
- Pero...¿Estás embarazada?- preguntó lentamente Diana, como si se estuviese haciendo a la idea a la vez que hacía la pregunta. Yo, asentí sonriendo.- Angie, pero eso es...
- ¿Es de Mauro?- preguntó ahora Matías, siendo el más directo como solía ser.
- Sí, es de él.
- ¿Lo sabe?
- No, no lo sabe ni lo sabrá, no quiero interponerme en su vida de nuevo, los dos estamos mejor sin el otro y yo sé que puedo ocuparme bien de todo sola, aunque no estoy completamente sola.
- ¿Lo dudabas acaso? ¡Voy a ser tía!
Gritó Claudia antes de abrazarme, haciéndome reír, viendo cómo cada uno se iba dando cuenta de lo que acababa de pasar, sonriendo uno por uno hasta unirse al abrazo.
- Ya fue, dejo de grabar, yo también quiero un abrazo.
Reímos y Juan fue el último en unirse al abrazo grupal. Cuando nos separamos, todos reían como si fueran nenes y yo sonreía porque oficialmente, me había hecho a la idea de lo que estaba por ocurrir y aunque me diese pena dejar de estudiar lo que me gustaba, no era por algo malo, no ahora.
Caminé junto a ellos hasta mi casa, que era la más cercana a la cancha. Nos volvimos a dar un abrazo grupal y por fin nos dejaron ir a Juan y a mí.
Él se fue directo a ducharse porque yo me quedaría acá con mi hermano Santino, pero él se iba de joda con los demás.
Le esperé y cuando salió para arreglarse entré yo porque aunque no salía, quería quitarme el sudor. Me cambié por una simple remera de manga corta de mi hermano José y un pantalón corto ancho, yendo al sofá mientras le oía ir de un lado a otro.
Me quedé viendo mi celular hasta que oí la puerta sonar. Entonces, me levanté para abrir, encontrándome con mi hermano mayor.
Me sonrió y abrazó antes de entrar y sentarse conmigo en el sofá, hablando de lo que acababa de ocurrir saliendo de la cancha. Él sonrió y después cambiamos de tema, ya que tendríamos tiempo de hablar de esto mientras veíamos lo de la facultad.
Unos minutos más tarde, Juan apareció para despedirse de nosotros e irse en su auto a buscar a Claudia e irse juntos al boliche donde habían quedado. Cuando se fue, Santino y yo comenzamos rápido con los papeles para, al terminar, pedir algo de cenar y comer mientras veíamos una película cualquiera.
De repente, cuando me estaba comenzando a dormir, comenzó a sonar mi celular en la mesa. Yo resoplé y miré a mi hermano, que seguía mirando el televisor como si nada. Suspiré y fui a ver quién me llamaba.
- Es...Candela.- miré a mi hermano otra vez y esta vez sí dirigió sus ojos a mí, sorprendido.
- Dale, a ver qué quiere.
- Pero...¿Y si lo sabe?
- ¿Cómo va a saberlo? En la familia quedamos que era un secreto y...¿Le contaste a tus amigos que no se podía decir nada?
- Les dije que no se lo diría, supongo que no irán por ahí diciéndolo.
- Ahora sí qué tenés que ver qué quiere.
Le miré algo asustada y luego desvíe mi mirada a la pantalla antes de aceptar la llamada.
- Cande.
- ¿Qué onda? ¿Cómo anda la desaparecida?
- Eh...bueno en casa, viendo una película con mi hermano.
- Uh, ¿Me puedo unir? Estoy re al pedo.
- Estaba ya por irme a dormir, es bastante aburrida, ya sabés lo bien que elije mi hermano películas.
- Todo un jefe.- sonreí sabiendo que ella también lo sabía.- Bueno, pero si no nos vemos ahora otro día eh, estoy algo más libre y...bueno, que todo haya terminado no significa que vos y yo también.
- No, claro que no, lo sé, lo sé, sólo que ahora quiero recuperar lo suspendido en la facultad.- mentí.
- Sí, sí, vos también tenés cosas que hacer...avísame cuando puedas, no te olvides de mí.
- No, no me olvido de vos, tranquila.
- Dale, ya nos vemos otro día.
- Sí, dale, nos vemos, chao.
- Chao.
Terminé la llamada y suspiré, comenzando a respirar tranquila, al igual que Santino, que no había quitado sus ojos de mí.
- No te olvides de decirles que es secreto, no quiero más paros cardíacos.
Asentí y volví a suspirar, sonriendo y volviendo a ver la película.

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora