19.

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Miré mi teléfono una vez más antes de colgar y suspirar. Desde ayer, cuando nos vimos, no dejaba de llamarme y mandarme mensajes una vez más.
- ¿Otra vez?
- No quiero decirle nada.
- Deberías sólo decirle que no querés seguir siendo su amiga, igual te odia pero te es más fácil.
- Te repito que no quiero decirle nada.
- Ya te oí, pero te estoy diciendo que es mucho mejor que ignorar sin más la llamada.
- Juan, terminá ya y andate a tu casa.
Sonrió y yo suspiré de nuevo, terminando de limpiar la barra del bar antes de ir hacia la mesa donde una pareja estaba esperándome para pedir.
Después de volver para agarrar dos birras e ir a dárselas, me senté en el taburete al lado de Juan, mirando a los clientes por si alguno me necesitaba.
- No podés ignorarla.
- Pero sí a vos.- y de nuevo, volvió a llamar. Miré molesta el celular y terminé por apagarlo.
- Angie.
- ¿Qué?
- ¿Hablaste con el pibe del boliche?
- Cada vez que me atrevo, aparece una de sus llamadas.
- Entonces listo, déjame a mí que le digo yo.
- ¿El qué a quién?
- Yo hablo al pibe, dale, encendeme el celular.
Le miré con una ceja levantada y cuando me sonrió me di cuenta que no iba a dejarme durante todo el día. Resoplé volviendo a encender el teléfono y se lo di, viendo cómo se manejaba con él.
Rápido, le comenzó a mandar mensajes antes de que Candela volviese a llamar.
Lautaro❤️

Ché.
Soy la piba de ayer.
No sé si me recordás.
Bailé con vos aunque igual no fui la única.

- ¿Y eso?
- Así sabrás si es un mujeriego.
- ¿Me ves con cara de querer algo?
- ¿A no? ¿Y ese corazón?
- Lo puso él.
- Dale, Angie, en la foto se ve que es fachero y me dijiste que era gracioso, no perdés nada.
- No estoy para nadie ahora mismo, sólo Em...
- Ya, Emma, no parás de nombrarla.
- ¿Por qué es mi hija?
- ¿Y? Entiendo que sos madre soltera y primeriza pero porque vos quisiste, además, no le va a pasar nada a Emma con sus viejos, así que no tenés por qué estar mandándoles tantos mensajes.
- No te tiene que importar.
- Lo hago porque al final, sólo vivís para ella.
- ¿No se supone que es lo que tengo que hacer? Igual como vos no tenés ningún hijo, que sepamos, no sos así.
- Pero no podés dejar de vivir por ella. Ya, es un bebé, pero eso de ir a un boliche sin ganas porque no parás de pensar en ella está mal.
- Yo no cre...
Una notificación me interrumpió e hizo llevar nuestros ojos de vuelta a la pantalla de mi celular, viendo que había respondido.
Lautaro❤️
Angie.
¿No?
Eso dijo tu hermano Santino.
😏
- Sí, sí se acuerda.
- Ya fue, déjame hablar a mí.
- ¿Para que le digas "sólo amigos"? Dale, han pasado meses desde Mauro y aunque sea el papá no tenés porque no ver a ningún pibe.
- Juan.
- Haceme caso.
- Devolvemelo.
Lautaro❤️

La misma.
¿Podés hablar o estás laburando?

No.
Salí hace rato de mi turno.
¿Vos?

Sigo en él.
Me escapé unos minutos.

- Juan, pará.
- Un momento...
Lautaro❤️
Qué rebelde.

Obvio.

- Listo, se acabó.- y le quité el celular.- Terminate la birra y andate a casa, pelotudo.
Chasqueó su lengua viéndome levantarme del taburete e ir hacia detrás de la barra, mirando desde allá a los clientes esperando a que alguno me necesitase.
Guardé el celular en el bolsillo del pantalón vaquero que llevaba y seguí limpiando las cosas sin dejar de ver el bar.
Por fin, Juan se despidió y me avisó de que nada se iba a quedar así, ni nuestra conversación ni la mía con Lautaro. Puse los ojos en blanco y seguí laburando e ignorandole.
Ya faltaban sólo una hora para cerrar al público, después sólo tenía que contar cuanto había ganado, guardarlo en la caja y cerrar el bar con todo preparado para mañana porque hace dos días ya había hecho inventario hasta tarde.
Suspiré y seguí atendiendo, sólo parando para ver una foto de Emma que mi madre me había mandado, diciéndome después que estaba bien y que sólo me extrañaba, como siempre.
Poco a poco, los minutos pasaron hasta que las mesas se vaciaron y ya pude comenzar a contar la plata. Cuando terminé de guardar todo, limpié el suelo y coloqué las sillas y las mesas, cerrando por fin.
Llamé a un taxi porque hoy mi hermano Santino al parecer se había olvidado de venir a por mí, por suerte tenía dinero para darle al conductor.
Llegué a casa cansada y hambrienta, pero nada más abrir la puerta fui a buscarla tras horas sin verla. Sólo habían venido a verme esta mañana con ella, después sólo tenía los mensajes de mis padres.
Abrí la puerta de mi habitación despacio y me acerqué lentamente a su cuna, viéndola dormir. Sonreí y me quedé allá unos segundos, oyendo como alguien se quedaba en el marco de la puerta mirándome.
De repente, como si me notase allá, abrió lentamente sus ojos, moviendo sus pequeños brazos levemente, hasta que se fijó en mí. Entonces no pude evitar tenerla en mis brazos después de tanto tiempo.
- Se ve que no es la única que extraña a alguien.
- Mañana vienen más tiempo a verme.
- ¿Mañana no se ocupaba tu jefe para darte un día libre?
- Quiero estar con Emma, pero también ganar dinero rápido, así que le pedí laburar también mañana y me lo pagaba como horas extra.- mi padre sonrió y yo también.- Decime qué hay algo para comer.
- Obvio, decile a tu madre que haga pocas cantidades de comida a ver si tenés suerte.
Reí levemente y él sonrió, yéndose de allá. Miré un tiempo a Emma y después fui a la cocina con ella en brazos. Por suerte, ya estaba todo listo para que cenaste y sólo tenía que hacer un poco de malabares para sentarme a comer bien.
Cuando terminé, subí de vuelta a Emma para que siguiese durmiendo cómoda y no en mis brazos mientras yo cenaba. Después, fui al salón, donde estaba sola porque mis padres ya se habían ido a dormir.
Suspiré y miré todas las llamadas perdidas de Candela que había ignorado después de que Juan se fuera hasta ahora. Borré todas y luego no pude evitar mirar nuestras fotos juntas antes de que todo fuera una locura. Pero algo me volvió a interrumpir, más bien alguien.
Lautaro ❤️
¿Estás ahí?
Dudé, pero al final le respondí porque como decía Juan, quizás no perdía nada.

Acá estoy.

Dejamos de hablar y no sabía si había pasado algo.

Nada.
Tuve que volver al laburo.

Te pilló el jefe eh😂

No, él no está por allá a no ser que le necesite.

¿Posta?

El bar todo para mí.

¿Laburas en un bar?
Me podrías decir dónde y me hacés un descuento.

Claro.
Si querés ya te lo doy gratis.
Tengo que ganar plata.

Bueno.
Pará.
¿Qué te persigue una mafia y tenés que darle todo o qué?

Más o menos.

Dejate de joder.

Tengo que ganar dinero para alguien.
Dejemoslo ahí.

Bueno.
Como quieras.
Pero guardo bien los secretos😌

Ya.
Y no te conozco de nada.

Lautaro, 24 años.
De Buenos Aires nada más y nada menos.
Estudiaba pero lo dejé para laburar en algún lugar y ganar dinero para no perder la casa donde vivíamos mis viejos y mi hermano pequeño.
Ahora estamos bien, mis padres laburan y yo también.
El pequeño estudia.
¿Querés también que te diga dónde?

Me vale, me vale.

Ahora vos.
¿Debía o no? Me había contado una historia que podría ser verdad o no, pero no había dudado en contarlo.

Bueno.
No sé qué decirte.

Lo mismo que yo😂.

Está bien, está bien.
Angie, en realidad Angélica, 20 años aunque pronto 21.
De Buenos Aires también.
Vivo con mis viejos y tengo tres hermanos mayores, Santino no era el único.
Estudiaba pero lo dejé porque quedé embarazada.
Sorpresa.

Y ahí comenzó un silencio en la conversación que en realidad, me esperaba.
¿Es posta?
Al menos volvió a hablarme.

Sí.
Madre soltera, por eso laburo tanto.

Mirá vos...
¿Y el padre?

No quiero molestarle podríamos decir.

¿En serio?😂
Estás loca.

🤷🏽🤷🏽

Bueno.
Yo te había hablado por si querías ir mañana a tomar algo.
Ahora...

No me enfado si me dejás de hablar.

No.
Nada de eso.
Puedo ir a tu bar cuando deje de laburar y bueno, si tenés por ahí a tu hija la conozco.
¿Se llama?

Emma.

Uh.
Nunca conocí a ninguna Emma.

¿Estaba soñando o era verdad todo esto?

Sol y Luna (Duki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora