Tenía yo que rendir una evaluación escrita realizada al aire libre, en algo así como un patio de escuela en medio del cual estaban dispuestos varios pupitres, aunque no parecía haber más personas allí salvo la maestra y yo.
El tema de la evaluación era la trama de la novela Frankenstein de Mary Shelley, aunque dentro del sueño la trama del libro era distinta, involucrando otros personajes, entre los cuales estaba incluido un joven marinero portugués.
Yo me leía el libro a medias, sintiendo que no tenía necesidad de completarlo para llevar a cabo la evaluación.
Predeciblemente, al momento de llevar a cabo la evaluación, yo no era capaz de responder a más de la mitad de las preguntas, errando rotundamente el nombre del marinero portugués.
A pesar de no haber tenido buenos resultados en la prueba, yo me decidía entusiasmadamente a leer nuevamente el libro, esta vez sin saltearme nada, yéndome a sentar hasta una banca que se encontraba un tanto aparte de los pupitres.
Allí, al mirar la portada de aquella versión de ensueño de Frankenstein, me parecía curioso que esta no correspondiese con una historia de terror, sino que parecía corresponder más bien a una novela histórica, en la que aparecía el rostro de hombre joven de cabellos negros que traía puesto una gorra gris con un fondo verde claro.
El rostro de aquel hombre parecía pintado al óleo, pareciéndome que sus colores habían comenzado a variar de tonalidad al momento de despertar.
ESTÁS LEYENDO
Diario de Sueños y Pesadillas
Non-FictionPues eso, un diario de las cosas que sueño últimamente.