I
Me encontraba en un sitio semejante a la casa de playa que solía pertenecer a mi familia años atrás: Nos llegaban dos visitantes, uno era un hombre de pelo negro cortos y ropas negras, quien venía acompañado por una figura imponente y radiante, semejante a una estatua de Buda que al mismo tiempo se sentía como una persona de carne y hueso. Le llevaba por lo menos dos cabezas de estatura a su compañero.
Los dos se sentaban conmigo a la mesa, y yo le preguntaba a "Buda" si acaso faltaba poco para que se acabase el mundo. Él no me dio una respuesta clara, pero me dijo que su avión pronto tendría que partir y me invitó a abordarlo también.
Una parte de mí quería acompañarle, otra tenía miedo, presintiendo en mi inconsciente que en el viaje se presentarían demonios, monstruos y espectros; que sería un viaje hacia el Más Allá. Y no supe que responderle.
Buda y su compañero de cabellos negros se despidieron de mí, yéndose de mi casa, y yo me quedaba con el arrepentimiento de ni haber partido con ellos.
II
Había un clima melancólico y decadente en mi sueño, como el de un Apocalipsis inminente.
Luego me encontraba en un pueblo costero, semejante a Huanchaco. Yo entraba a un restaurante, llamándome la atención uno de los comensales, que se parecía un poco al historietista argentino Liniers, quien hacía varios bosquejos en un libro.
Al mirar las páginas de ese libro, yo me daba cuenta de que lo que Liniers dibujaba eran mis propias acciones: Me dibujaba a mí con trazos azules, entrando al restaurante, acercándome a él y espiándole por encima del hombro.
El pueblo costero se transformaba en pueblo en medio de un desierto post-apocalíptico, cambiando radicalmente el aspecto de las casas y las gentes a mí alrededor; la gente corría a esconderse porque habían llegado pistoleros al pueblo y pronto habría un enfrentamiento.
Yo buscaba donde esconderme, y llegaba hasta una vieja casa, donde vi a una chica entrar a una extraña máquina, semejante a un robot, pero que al mismo tiempo parecía estar hecho de materia orgánica viviente. Ella parecía fundirse con esa extraña máquina y quería ser parte del enfrentamiento que pronto tendría lugar en aquel pequeño pueblo.
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Diario de Sueños y Pesadillas
No FicciónPues eso, un diario de las cosas que sueño últimamente.