Capítulo VI

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PROMETIDA. 
Yan_skyblue/sesshome. 

Capítulo VI. 

El camino fue silencioso, entrar al apartamento fue incómodo, repartir las habitaciones extraño y el resto del tiempo dudoso. El nuevo esposo se encerró en su habitación y no fue visto por las damas que cenaron junto a Hakudoshi quien ya era de su confianza, conversaron muy a gusto, trataron de sacar algo de información sobre el desconocido pero como el empleado fiel que era solo soltó su nombre. 

"Sesshomaru Taisho." 

Ambas lo repitieron al unísono algo sorprendidas, ese nombre circulaba por los círculos a los que ya no pertenecían, pero algunas sirvientas se enteran de cosas y sueltan la lengua, los chismes vuelan, sobretodo en Londres. Aparentemente Sesshomaru Taisho es el heredero de una enorme y pujante nueva compañía naviera, son hombres de negocios escoceses y se sabe poco o nada de la familia aparte de no poseer títulos pero sí una gran fortuna. 

Cuando el reloj daba las diez, e dieron las buenas noches, Hakudoshi se quedaría en la pequeña salita del apartamento, pero el drama era con las dos damas; madre e hija finalmente se despidieron con un abrazo significativo, ya no dormirían juntas luego de tanto tiempo estarían separadas, Kagome fue asignada naturalmente a la habitación que ocupaba su esposo y tuvo que tragarse los nervios para poder dejar ir a su progenitora, quien le dijo rezaría por ella, para tomar el pomo de la puerta y abrir. 

La nueva señora Taisho entro sigilosa a la poco iluminada habitación, vio la lámpara de aceite todavía encendida, recorrió la habitación medianamente espaciosa y encontró a Sesshomaru en un pequeño escritorio rodeado de papeles, se había quedado dormido con la cabeza sobre un puñado de ellos, esa imagen tan apacible de un hombre tan regio como él era algo nuevo, se acercó tratando de no hacer ruido y lo cubrió con una manta para que no pasara frío, se le quedó viendo un rato más hasta que decidió que efectivamente estaba profundamente dormido y era seguro actuar, buscó su maleta para sacar el camisón; se cambió con la mayor mansedumbre segura de que su esposo estaba dormido, ni siquiera se molestó en espiar de vez en cuando para corroborar seguía en el país de los sueños, pero Sesshomaru despertó en el momento justo para verla completamente desnuda y de espaldas, contemplar el perfil de su cuerpo cuando se movió para tomar el camisón y observar ese negro cabello suelto caer como cascada sobre sus hombros ahora cubiertos por la transparente tela de camisón. Era hermosa, no lo podía negar, algo delgada por las penurias que ha debido pasar pero sin embargo seguía siendo hermosa, era lo que más le irritaba, admitir que era bella, una mujer bella. Fingió seguir dormido hasta que la escuchó meterse entre las sábanas, esperó al menos una hora y finalmente se movió en la penumbra de la habitación, tomó asiento en el lado vacío de la cama, se desistió y se metió entre las sábanas de espalda a la mujer para dormirse de nuevo solo unos minutos después. 

******

—¡Dios mío, santa María sin pecado concebido!. — exclama Kagome. 

Acababa de despertar y lo primero que vieron sus inocentes ojos de cielo fueron las nalgas redondas de su esposo, el sujeto estaba completamente desnudo parado frente a la jofaina limpiándose la cara, el hombre voltea y ella cierra los ojos para enterrarse bajo las sábanas. 

—No recordaba que estaba allí, es mi costumbre dormir desnudo y levantarme así. — explicó caminando sin mucha prisa hasta donde estaba su ropa, se vistió muy campante y luego sonrió, por primera vez en muchos años sonrió genuinamente divertido. —Ya estoy presentable. — 

La dama salió de entre las sábanas furiosa, le llamó de mil formas pero él estaba más concentrado en guardar los papeles sobre el escritorio que escucharla a ella. 

—¿No piensa salir?. — grita ya cansada de ser ignorada. 

—¿Dónde?. — guarda todo dentro de un maletín de cuero y se dispone a buscar su abrigo y el sombrero. 

—Afuera, para que pueda acicalarme y vestirme. — 

Él le miró, ella igual, permanecieron en silencio por un rato casi eterno. 

—Deberías usar ropa interior bajo el camisón. — se apresuró a salir del cuarto. 

—¡Usted debería dejar de usar ese anticuado cabello largo!. — exclama roja hasta el cuello por el comentario tan atrevido. 

Enfuscada, comenzó su rutina diaria. 

Naomi y Hakudoshi ya estaban en la salita tomando el té, Sesshomaru saludó con cortesía a la dama y a su empleado para tomar asiento junto a ellos. 

—¿Por qué nos vamos tan temprano?.— interroga Higurashi tomando un bollo. 

—Debemos tomar el barco...— 

—¿Iremos en barco a Escocia?— 

—No, de hecho madame...— 

Fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta, el jovenzuelo fue a ver de quien se trataba, resultó ser un telegrama para el señor Taisho, Sesshomaru lo tomó y guardó en el bolsillo de su pantalón. Naomi olvidó el asunto y se dedicaron a desayunar esperando que Kagome saliera rápido, o perderían el barco; cuando el caballero comenzaba a desesperarse, su esposa apareció ataviada en un bello vestido azul comprado en nombre suyo durante el cortejo, se veía divina y sus ojos estaban más iluminados. 

—Debemos irnos, es tarde. — ordena guardando su reloj de bolsillo. 

Toma la mano de su esposa y se encaminan afuera mientras tres mozos entran para sacar el equipaje e ir con ellos, tomaron un carruaje y luego caminaron presuroso por la calle entre el gentío hasta llegar al puerto, Kagome se maravilló viendo esos enormes barcos de metal humeando y sus oídos retumbaron por el sonido del pitido de esas bestias. 

—¡Vamos, el transatlántico zarpa en unos minutos!. — le jala para apresurarla. 

—¡¿Qué?!— exclamó confundida. 

Esos barcos los tomaban las personas que iban al otro continente. ¡Santo Dios, ese sujeto pensaba…!

—¿No iremos a Escocia?.— 

—No, vamos a América.— volteó solo para ver el rostro pálido y confundido de su esposa. 

—No, no, no— dejó de caminar, Sesshomaru también paró su andar pero le pidió a Hakudoshi seguir escoltando a la señora Higurashi y guiando a los mozos. —, me niego rotundamente a ir así de repente a ese lugar tan lejano, ¡Inglaterra es todo lo que conozco!, acepté Escocia pero no América, no me moveré de aquí hasta que desista. — lo miró desafiante. 

El hombre simplemente sonrió, negó con la cabeza y sin que ella pudiera hacer nada, la alzó en brazos para colocarla en su hombro como si fuera algún saco de granos y siguió caminando. 

—¡Patán, bajame, bajame le digo!. — comenzó a golpear la espalda del hombre quien parecía no sentir nada. —¡En nombre de la Corona, bajarme de inmediato!. — 

Naomi volteó, abrió los ojos aturdida pero Hakudoshi la tranquilizó y le pidió subir por la rampa para poder estar en el barco. 

A su alrededor los marinos silban riendo por la escena mientras Kagome muere de vergüenza por el espectáculo bochornoso y de terror por viajar a ese lugar tan lejano y desconocido. No sabía qué le esperaba en ese matrimonio tan absurdo con ese sujeto sin pizca de modales, mucho menos en América, lugar tan diferente a Inglaterra. 

Continuará…

Espero que hayan disfrutado el capítulo 💙
Gracias por su apoyo y sus comentarios. 

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora