Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)

Parte 6

"Hoy me di cuenta de algo: te necesito, te admiro, te deseo, te quiero. Podemos pelear. Estar enojados, pero nada cambia una verdad... Te amo. En las buenas y en las malas.

-El mejor listado con frases de ¡¡Te amo!!"

El mensaje de Sesshomaru era claro, a las diez frente al centro comercial de la plaza. Cuando preguntó sobre el trabajo en grupo simplemente dijo haberlo terminado.

El dilema: más allá de ¿Qué debía vestir? Ella pensaba en ¿Cómo comportarse? ¿Era una cita real? No sabía qué lo era y que no. No sabía qué hacer ante la situación, jamás se le presentó algo tan desconcertante como el comportamiento de Sesshomaru. Su dilema era ¿Y si se enamoraba de él?

Eran las ocho, su despertador sonó muy puntual, comenzó la rutina de aseo, ir al inodoro, ducharse, cepillarse, cambiarse, peinarse y maquillarse, fue entonces que entró...

La duda: ¿Será que la iba usar para siempre? Dudaba de todo, era su naturaleza, Sesshomaru solo la hacía quebrarse la cabeza dándole vueltas a sus dudas y preguntas una y otra vez. ¿Por qué? ¿Por qué una cita? Eran novios de mentira ¿Cierto? Comportarse como si lo fueran de verdad solo complicaría las cosas. Sus preguntas eran tantas en ése momento, ¿Y si se enamoraba?

Eran las nueve cuarenta, tomó su mochila y salió de casa, ya había hablado con su madre en la noche para no tener que despertarla por la mañana, caminó pausado viendo sus zapatos y la acera, las hormigas caminar en fila, sonrió, pasó frente a la casa de Sango, el corazón se le hinchó al ver a su amiga frente a la entrada sonriendo en el hombro de Miroku quien le abrazaba. Kagome sabía de sus sentimientos hacía mucho y le alegraba estuvieran juntos, se notaba se gustaban. Una de sus dudas fue contestada. Quizás, el amor sí puede ser en la vida real entonces... ¿Qué hay de ellos?

¿Qué esperar?: no sabía realmente qué esperar de él, si debía mantener sus esperanzas nulas o simplemente darse alguna pequeña esperanza. Todo era tan confuso. ¿Sería una cita normal o por el contrario solo dos personas aparentando quererse? ¿Se podría engañar? ¿Y si se enamoraba?

Las calles estaban llenas de personas, muchas para su gusto. Las parejas y familias caminan de aquí para allá, la atmósfera era maravillosa, simplemente suspiró, los puestos de comida vibraban, los olores deliciosos le recordaron no había desayunado, estaba tan nerviosa que no pudo pasar bocado.

Nervios: los tenía, estaba nerviosa, la evidencia eran sus manos sudorosas, su garganta seca, el pequeño temblor de sus piernas y los tentaculos de su estómago, todo era tan nuevo. Nerviosa porque vería a su guapo novio falso. Sonrió. ¿Y si se enamoraba?

Atravesó la plaza hasta estar frente al centro comercial, se sentó en una de las bancas de cemento a esperar porque parecía él no había llegado. En medio de los transeúntes y el sol de medio día, sus pensamientos finalmente encontraron lugar, se dio cuenta de algo y le dolió en lo más profundo.

Se había enamorado ya. Tan simple y tan rápido que no lo vio venir. Se enamoró sin más. Tenía ganas de irse y ponerse a llorar, todo estaba arruinado. Porque era imposible él sintiera lo mismo.

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Ella llegó, puntual, la vio sentarse con la mirada perdida al horizonte con las mejillas arreboladas y la boca en una media sonrisa.

Ella aún no lo había visto.

Desde ayer no había parado de pensar, llegó a un par de conclusiones, ya no deseaba ganar en este pequeño juego, en esa farsa, daba igual, estaba cansado de mentir.

¿Y si lo sentía igual?

Su cerebro le decía irse, su corazón el cual hacía mucho tiempo permanecía callado gritaba a viva voz ir con ella.