parte 4

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Llegué para cambiarte y cambiarme a mí mismo en el camino.

-El nombre que usted busca es... Sesshomaru Taisho, coronel, Sesshomaru Taisho....- se escuchaba un deje de amargura en su timbre que no pasó desapercibido por la azabache.

-¿Es su esposo...?- preguntó mordiendo la uña de su dedo pulgar, los nervios ya le controlaban y no al contrario. No deseaba enfrentarse de nuevo a una mujer embarazada o con hijos del supuesto padre del suyo, con Inuyasha fue una experiencia atroz.

Kagura rió en una forma divertida, casi parecía lunática.

-Por supuesto que no, gracias a Dios lo dejé a tiempo, y qué bueno usted fue la embarazada y yo no- volvió a reír, pero por dentro sentía la punzada de la mentira. Kagura sabía que fue al revés, él la había dejado alegando no podía darle lo que ella buscaba, "amor" -Ese error fue mi salvación, no me imagino cargando con un hombre como Sesshomaru- de nuevo el tono de amargura, porque cada palabra era su propia falsedad -Era mi novio- De hecho, él le pidió dejar de verse, porque ni siquiera tuvieron una relación en el sentido de la palabra, simplemente tenían sexo cada que él volvía de misión -Hice todo para someterme a la IA con su muestra de semen pero me equivoqué y al buscarla me di cuenta del error, la habían inseminado a usted con mí muestra...- soltó una carcajada lastimera -Renuncié de inmediato, le conté a Sesshomaru lo ocurrido el día que lo dejé, claro que le aseguré usted no se embarazó y repitió el proceso porque su esperma era inservible- pausó.

Kagome escuchaba atentamente cada palabra, cada maldita palabra. Jamás sintió tanto desprecio por una persona como la sentía en ése momento. Kagura era repugnante.

》Si se hubiera enterado que fue positivo, la habría buscado y yo estaba enfadada, quería que sufriera, luego supe que ya no trabajaba en la milicia y le dieron el rango de coronel antes de darse de baja, pero ya me había casado. Aunque igual me resultó provechoso, como le dije, no le deseo a nadie cargar con un hombre como Sesshomaru...

-¿Dónde lo puedo encontrar?- preguntó en un hilo de voz interrumpiendo.

-Vive en La Jolla, San Diego, aquí en California, en una vieja casa frente a la playa, es todo lo que le puedo decir

-Gracias por la información señora- masticar esas palabras fue ácido en su paladar.

-Recuerde no entablar una demanda o sabrá del poder que tiene mi esposo- amenazó -Dígale a Sesshomaru que dejarlo fue lo mejor que pude haber hecho...- colgó.

Luego de éso, el incesante pitido en la bocina del teléfono en su oído le caló hasta el cerebro, le dolía la cabeza de solo pensar en todo lo que esa mujer había hecho, ¿Por qué? ¿Para atrapar a un hombre que al final no amaba? Porque alguien que se expresa así no podría estar enamorada de verdad. Finalmente marcó el número de Sango, era su último intento por encontrar la verdad de lo ocurrido.

****

Kagura acarició el teléfono, suspiró, después de casi tres años aún no lo olvidaba.

Escuchó la puerta ser azotada, arrugó el entrecejo, ya sabía quién era... su esposo.

-¡Kagura!- gritó el regordete hombre abriendo la puerta de la habitación con un estrépito -Hora de cumplir con tus deberes de esposa- la miró relamiendose los labios.

-Shokiukai...- susurró ella conteniendo el asco que le provocaba su marido.

Cada día era un martirio, lo odiaba con cada fibra de su ser, pero era el precio a pagar por su estupidez, por su ambición.

El hombre se despojó de sus carisimas ropas dejando al descubierto su enorme panza, el cuerpo lleno de bello hasta en las orejas, su pene flácido, sus pequeñas piernas en comparación a su enorme cuerpo y su sudoroso ser, todo él daba repugnancia. La de ojos carmesí se puso de pie, suspiró, se quitó la bata, no llevaba nada más. Su esposo se abalanzó sobre ella y se dio placer a si mismo hasta que, 15 minutos después, ya había terminado dentro de ella, como siempre. Pero era estéril, lo descubrió dos meses luego de casarse, así que no había problema, al menos no tendría un hijo de ése despreciable hombre.

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora