Lady K. Final.

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Lady K. 

Yan_skyblue/sesshome. 

Capítulo final. 

—¡Kikyo!. — gritaron. 

Vieron al Conde hecho un despojo frente a ellos. 

—¡No soy Kikyo, soy Kagome!. — gritó frenética. 

Ambos la miraron. 

El silencio se apoderó del ambiente, la niebla aunque espesa aún permitía contemplar la escena escandalosa, los humanos se observan y los fantasmas se arremolinan alrededor. Kagome exhala por el frío puede ver su aliento, siente el toque frío de una mano femenina que le genera confianza, venía de cerca de este hombre llamado Sesshomaru que le abraza protector. Llueve desde el cielo mojando y llenando de lodo, las nubes cubren hasta la luz de luna y las lámparas apenas y ayudan a mitigar las oscuras penumbras de la calle, y las almas en pena se hacen ver. 

Inuyasha retrocedió dos pasos, ese grito lo pudo sentir en cada hueso de su cuerpo, varios transeúntes detuvieron su marcha y se les quedaron viendo, algunos susurrandose, hasta un par de carruajes se detuvieron y los dueños asomaron por la puerta, ¡maldita Kagome! , si esos vulgares resultaban ser sirvientes de algún noble estaría perdido, se sabría lo que hizo, todo lo que él es, su locura. 

Sesshomaru acercó a la dama que temblaba como gelatina más a su cuerpo brindándole firmeza, ella lo agradeció en silencio, era lo que necesitaba en ese momento en que sus pensamientos, sus recuerdos y toda ella estaba entre la vesania total, Dios mío, acababa de gritar que no era la esposa de ese desequilibrado hombre y el espectro que la atormenta tanto detrás de él le ve con ojos de sangre. 

—¿Qué dices maldita estúpida?. — el Conde se repuso de su primera impresión y ahora avanzaba hacia ella con coraje. 

Taisho se puso de pie, su enorme palma impactó el pecho del noble, era una clara advertencia, Inuyasha hirvió en rabia, trató de apartarlo pero su fuerza no fue suficiente para mover a esa montaña con ojos dorados y de pétrea expresión, el Conde estaba en su límite. 

—¡¿Te has conseguido un amante?!. — gritó. Si él se hundía, ellos igual, destruiría la reputación de ambos. 

Sesshomaru lo agarró por la camisa, se vieron frente a frente desafiantes. 

—¿Es esta mujer su esposa, si o no?. — los ojos del americano podrían congelar el mismo infierno. —¿La maltrata, si o no?. — sus dientes rechinan. 

—No lo soy— insiste la dama parándose del lodo mientras la lluvia se hace más copiosa —, mi nombre es Kagome Higurashi, soy una simple trabajadora de una fábrica de telas, me casaron a los catorce años con un hombre llamado Renkotsu adicto al opio, me maltrataba y hasta vendió mi cabello por dinero para su adicción, cuando escapé de él me encontré con este hombre. — apretó su faldón envuelta en lágrimas. —, ¡es un desequilibrado que me hizo pasar por su esposa muerta! 

Sesshomaru no necesitó más, empujó al infeliz, lo hubiera acabado pero la ahora Kagome era un manojo de nervios; se fue con la dama, ella miró atrás al fantasma de Kikyo, sus ojos ardían en rabia y supo que no la dejaría en paz, jamás la dejaría en paz, tuvo miedo de las consecuencias. 

****** 

Entraron en la casa, Taisho se agachó frente a la mujer, ella se removió en el asiento, sus nervios no podían más, se observaron por unos segundos eternos. Él vio sus labios morados y rotos, las mejillas sin color y con un moretón, los ojos hinchados… se enamoró de esa fragilidad, deseó protegerla del mundo; Kagome contempló un cielo incandescente de atardecer que le enfocaba, le hacía sentir calidez entre su frío, era algo extraño. 

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora