CAPÍTULO VIII
Sacó el collar de perlas acariciandolas con los dedos pulgares, se la imaginó usándolo y sintió era para ella, suspiró, caminó decidido a la puerta, los invitados llegarían en cualquier momento él debía recibirlos junto a su esposa.
—Mi esposa...— saboreó esas palabras como nunca antes. Gira el pomo de la puerta encantado, ella era su esposa, solo suya.
Bajó los escalones presuroso por alcanzarla antes que los invitados arribaran, las encontró saliendo del saloncito de té en dirección a la entrada, detuvo la marcha de Kagome, rápidamente le colocó el collar y ofreció su mano para encontrarse con Rin en la puerta, los invitados ya saludaban a la chica.
Kagome se repuso de la impresión que fue recibir tremenda joya por parte de su esposo, sonrió y levantó la barbilla apretando el brazo de Sesshomaru buscando apoyo, era la primera vez que sería anfitriona, esperaba poder recordar las lecciones de su institutriz y las muchas reuniones de su madre.
Se presentaron, El líder de la familia, Marqués de Shikon, Magatsuhi Spider, su esposa la Marquesa Midoriko Spider, la hija menor del matrimonio Lady Kanna y el heredero del título, Naraku Spider.
Sesshomaru estaba particularmente feliz de ver a Naraku en Bristol, su amigo no era muy amante del lugar; aunque el puerto del condado era pujante y la ciudad no tenía mucho que envidiar a la capital, el caballero prefería permanecer en Londres en su casa de soltero, quizás por las diferencias que habrían tenido sus padres con él sobre tomar más en serio sus responsabilidades como heredero.
Las mujeres pasaron al saloncito y los hombres al despacho para conversar, Kagome tembló algo desorientada viendo a su esposo irse con los hombres pero ella sabía que confiaba en sus capacidades, iba a dar su mayor esfuerzo.
Tomaron asiento y de inmediato Midoriko congenio con ella, le halago por su vestido, conversaron de los cambios en la moda que esos modelos franceses traían, sus vestidos eran más bellos y decorados que los usados en Inglaterra.
—Los hombres ya usan sus trajes menos recargados, nosotras podríamos usar esos vestidos hermosos. — dijo afable.
Rin y Kagome le dieron la razón.
Desde hacía un tiempo que las modas estaban cambiando y como pasó con el calendario gregoriano hacía años, eran cambios que debían aceptarse.
—En Londres desde hace poco las jóvenes los usan.—
Kagome le dio la razón.
Su madre le había comprado a su hermana varios modelos, pero ella seguía usando esos vestidos viejos de los 1700 y no parecía una jovencita moderna en 1832, entendía por qué siempre era la burla de todo el mundo.
En cuanto a Rin, a ella la moda le traía sin cuidado, tenía un gusto exquisito, eso no se negaba, pero más allá de eso se aferraba a los vestidos de su difunta madre, por más pasados de moda que estuvieran y el regalo que le dio a Kagome fue una confección a pedido.
Siguieron haciéndose confidencias muy alegres y, hasta la pequeña Kanna la cual prefería casi siempre permanecer callada participó hablando de poemas con la anfitriona.
A lo lejos, nubes grises se arremolinan en el cielo trayendo con ellas una tormenta.
En cuanto a los hombres, la tensión entre los amigos era palpable; desde la entrada al despacho la actitud de Naraku se notaba chocante.
—Eres afortunado amigo— Naraku le dio una palmadita en la espalda a Taisho quien no sospechaba su amigo seguía creyendo despreciaba a su "fea esposa." —, ya no luce tan mal, si hubiera tenido tiempo de ser presentada en sociedad...— rió. —Seguramente le habrían propuesto uno o dos ancianos que se casara con ellos. —
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Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)
Acakoficialmente estamos de vuelta ^-^ ACTALIZACIONES LENTAS