Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)

Luminous Beauty Capítulo 4

Luminous Beauty.
Yan_skyblue/sesshome.

Capítulo 4: Beso inesperado. 意想不到的吻.

El caballo se detuvo frente al muro color blanco, Sesshomaru bajó del carro seguido de Miroku. Sango ayudó a su señora a bajar con cuidado sosteniendole una mano, no contó con el sonido abrupto de pólvora estallando a lo lejos, el animal se encabritó de inmediato golpeando a Shippo estremecido el carro causando que la princesa cayera hacía adentro sentada en el suelo.

El caballo se iba con Kagome dentro del carro a toda velocidad haciéndola golpearse contra la pared, sin posibilidades de pararse o buscar una forma de apoyarse para tirarse afuera.

-¡Oh por todos los dioses, mi señora se matará!. - no había terminado de gritar para ver a Sesshomaru correr tras el caballo desbocado. -¡Se van a matar los dos!. - tapó su boca.

-Sango, el joven maestro es un general, un gran militar como su padre. La va a rescatar. - Shippo le tomó el hombro para tranquilizarla.

El joven pelirrojo junto a Miroku subieron a sus caballos para tratar de alcanzarlos.

El joven general fue tras el carro a toda velocidad, sus pulmones reventarían en cualquier momento cuando vio la cabeza de la princesa asomarse por la salida, se hubiera lanzado si no fuera por la puerta que se balanceo le golpeándose haciéndola caer de nuevo dentro.

Ni modo, si deseaba salvarla debía hacer algo estúpido o el animal y ella saldrían lastimados. Se lanzó con todas sus fuerzas tomando la parte trasera del carro. Fue arrastrado por el suelo antes que pudiera siquiera tratar de colocar su torso y pies de forma apropiada para servir como ancla. Sus botas casi salen volando pero logró posicionarse, se valió de una piedra en el camino para anclarse a sí mismo y jalar, sus brazos sintieron el jalón, por poco pensó se quedaría manco, por suerte el animal se paró en dos patas soltando un relincho pero a punto de volcar el carro sobre el joven señor si Miroku no llega a tiempo para tomarlo por las riendas y tratar de calmarlo, Shippo apareció luego para darle una mano. Sesshomaru entró al carro buscando a su princesa, si ella se lastimaba... podría ser malo para su casa.

Apenas entró encontró a la joven tirada en el suelo con el peinado destruido, su hanfu desordenado mostrando una de sus bonitas piernas y el labio roto. Se apresuró para socorrerla, estaba frente a ella inspeccionando su labio roto tratando de secar la sangre, un empujón por el caballo que seguía aún nervioso y el cuerpo del joven maestro cayó sobre la princesa acorralandola en la pared. Sesshomaru no supo que había robado su primer beso hasta que se percató que un sabor metálico el cual llegaba a su paladar, abrió sus ojos para comprobar el acto estúpido.

Se apartó de inmediato de ella, carraspeó para ordenarle tomar su mano, le sacaría para llevarla a casa. Ella asintió aturdida por el beso tan raro que acababa de recibir.

Regresaron a la casa en total silencio, hasta que los gritos de Sango les hizo volver a la tierra, Kagome se soltó del agarre de su esposo como si la mano le quemara corriendo hasta donde escuchaba la voz de su doncella. Sesshomaru la observó aferrarse a Sango con ansias de alejarse lo más posible de sí, ¿acaso se molestó?, ¿no sabía esa ingrata que fue por un accidente?, si por él fuera jamás la besaría en su vida. Pará él también fue su primer beso, ahora arruinado, tonta.

El viento sopló imponente llevándose miles de hojas y pétalos a su camino, mientras, Kagome permanecía callada en el pequeño jardín de la casa; adentro los empleados colocaban en su lugar el equipaje y acondicionaban todo para atenderlos, luego servirían la cena pero sólo con dos empleados más aparte de Sango, Shippo y Miroku no era muy fácil.

Trató de arreglarse el cabello pero lo más que pudo lograr fue soltarlo por completo, ahora su larga cabellera negra se alborota por el viento de montaña.