Tu Reputación 9

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(Un poco corto pero era necesario 😅)

CAPÍTULO IX

Abrió los ojos lentamente por el ardor al tratar de abrirlos, sentía escozor en varias partes del cuerpo, un dolor palpitante en la cabeza y al tratar de moverse la punzada a la altura de las costillas le hizo soltar un sonoro quejido.

Kagome dejó el libro sobre la mesita y se apresuró a atender al joven que acaba de despertar.

—¡No se mueva por favor!— pidió tratando de no tocarlo, era inapropiado.

La luz era muy tenue, apenas unas cuantas velas sobre una mesita y lo demás estaba en las casi penumbras, no podía distinguirla bien pero supuso la mujer que cerca de él era la esposa de su amigo, lo sabía por esa vocesilla dulce que tanto le irritaba de ella. Los recuerdos de lo sucedido le golpearon la cabeza junto a otra pulsación de dolor en la cabeza; había insultado indirectamente a Kagome, Sesshomaru enfurecido y su padre interviniendo, los ánimos se caldearon demasiado rápido y finalmente terminaron enfrentados en una competencia de caza.

—Quiero agua. — volvió a acomodarse en la cama aguantando el dolor lo mejor posible.

Miró al techo, luego de adentrarse al bosque buscó algún buen ejemplar y ganar, así le callaría la boca a su amigo; fue el aguacero y luego vio un cervatillo joven correr entre los árboles a su derecha, no lo pensó mucho y fue tras de él esquivando los obstáculos lo mejor que pudo hasta darse cuenta que no recordaba por dónde había venido, se distrajo un minuto y casi cae del caballo por una rama, se agachó pero aflojó el agarre en la riendas, de repente el caballo cayó al suelo y rodó por la hondonada lanzándolo a él directo contra un árbol astillado que le golpeó las costillas, se movió pero el caballo se asustó, le propinó una patada en la cabeza que le hizo perder el conocimiento, al menos eso debió ser porque luego de ver la herradura acercarse no recordaba nada más.

—Le traeré algo. —

La escuchó medio tropezar y supo efectivamente era la nueva señora Taisho, giró los ojos que ya comenzaban a acostumbrarse a la oscuridad, servía un poco de agua en un vaso presurosa, al girarse le vio las manchas de sangre en su vestido y supo que posiblemente ella había cuidado de él hasta ahora, sin despegarse de su persona, todo el resentimiento que hubiera sentido por ella al pensar era la causante de todo ese desastre se esfumó.

—Aquí está el agua, pero deberá moverse un poco, no tema, le ayudaré lo mejor posible. — puso el vaso en la mesita de noche cerca de la cama.

Se inclinó para tomarlo con una mano por la espalda y la otra ayudaría a acomodar los cojines, eso serviría para darle estabilidad sin esforzarse demasiado. Los ojos escarlata de Naraku se abrieron por tener los pechos de la mujer tan cerca de su rostro, si Sesshomaru lo viera terminaría de matarlo…

—Mi lord— llamó ella esforzándose por moverlo sin mucho éxito. —, me temo que necesitaré su ayuda en esto. —

Él reaccionó he hizo el esfuerzo de acomodarse aguantando las punzadas de dolor, ella colocó los cojines y pudo finalmente estar medianamente sentado en un ángulo correcto para tomar el líquido.

—Abra la boca, le daré el agua. — acercó el vaso a sus labios secos. —Lamento tener que tocarlo, es inapropiado pero dadas las circunstancias...—

—Descuide.—

Naraku obedeció sin apartar la vista del rostro de Kagome, bajo las luces tenues de vela parecía un pequeño angel de voz dulce con olor a rosas y sangre seca.

—Añadí un par de gotas de la medicina, el doctor dijo ayudaría a bajar el dolor y la inflación en sus heridas. —

Se lo tomó todo sin quitarle la vista de encima a la mujercita, la vio buscar tiras limpias, llevar una silla cerca de la cama y una tinaja de agua que aún parecía tibia. Tiró de la campanilla y luego se sentó a su lado con una sonrisa amable capaz de conquistar cualquier corazón.

—Debo cambiarle el vendaje, ya está muy ensangrentado.—

Él asintió y se dejó ser en silencio escuchandola tararear una canción de cuna mientras retira el vendaje con mucho cuidado y esmero, cerró los ojos arrepentido de haberse burlado de alguien tan buena como ella, otra persona habría dejado la responsabilidad en manos de alguna criada, pero Kagome con ternura y paciencia le atendía, realmente estaba arrepentido y entendía el cambio en Sesshomaru.

Limpió la herida, que ya estaba cosida, con una esponja tratando de no usar mucha fuerza, puso otra compresa y volvió a vendar con cuidado.

Los dedos delgados de la señora Taisho eran suaves pero algo helados en las puntas, de repente un escalofrío le recorrió la columna vertebral. Terminó la labor orgullosa de haberlo hecho sin mayor dolor por parte del paciente, dejó todo sobre la mesita.

Abrieron la puerta y entró una de las criadas, traía en la charola un cuenco de sopa, agua y leche. Kagome la recibió amablemente y agradeció a la joven, puso la charola en sus piernas luego de sentarse, tomó en cuenco en una mano y con la otra la cuchara, llenó la cuchara con sopa y la acercó al hombre convaleciente. Abrió la boca y comió agradecido con ella por tantas atenciones.

Después de comer, lo volvió a acomodar con cuidado.

—¿Dónde están mis padres.?— se aventuró a preguntar.

—Sesshomaru fue con ellos a su casa, los dejaría en su hogar y al doctor también en el suyo, no se preocupe, yo lo cuidaré hasta que pueda subirse en un carruaje de nuevo. —

—No debería tomarse tantas molestias my lady. — dirigió sus ojos al techo.

—No es ninguna molestia.—

Ella se sentó de nuevo en la mesita para continuar su lectura y Naraku terminó sumido en sus pensamientos, quizás la belleza no lo era todo, quizás alguien que te respete y esté a tu lado fueran más esenciales, suspiró llegando a la conclusión que si algún día se casaba, le gustaría fuera una mujer como ella, como esa "fea" que ahora le cuidaba con esmero sin tener la más mínima necesidad de hacerlo. Volteó a verla, se había quedado dormida apoyando la cabeza en la mesa, sonrió, él también trataría de dormir más, aún se sentía mareado y que Dios lo amparara porque le dolía horrible el cuerpo entero, si no chilló fue porque no deseaba la dama le escuchara; cerró los ojos quedando dormido casi enseguida.

Escuchó ruidos, abrió lentamente sus ojos, pestañeó varias veces tratando de enfocar algo.

Una silueta caminaba de un lado a otro entrando y saliendo, finalmente distinguió la ropa de su amigo. Aparentemente Sesshomaru estaba sacando las vendas usadas, el cuenco, la charola con los platos vacíos y finalmente regresó con una frazada, arropó por la espalda a su esposa y le cargó en sus brazos llevándosela consigo.

Casi de inmediato uno de los mozos entró, quizás Taisho le dejó a cargo de su cuidado, suspiró y trató de volver a dormir.

Esperaba algún día encontrar alguien con quien compartir así como Sesshomaru, debía admitir que sentía envidia, ellos quizás no se amaban pero había aprecio allí, mucho aprecio y se notaba eso los estaba haciendo más felices de lo que él mismo era estando solo.

Continuará...

Espero que les esté gustando el ritmo que lleva la historia, deseo llevarla lento pero no tan lento xD

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora