No sabes cuanto te quiero.
Yan_skyblue /sesshome.
Dedicada a oshiokinomotoCapítulo 2.
-Bankotsu... - susurro Sesshomaru mientras observa los resultados de los análisis clínicos.
-Estoy bien. - contestó ocultando su rostro con la mano, no sabía qué hacer o decir. Las noticias le dejaron sin palabras, sin aliento, sin nada.
Tres tumores, tres tumores en sus pulmones... dos en el izquierdo y uno en el derecho. Sabían que una carrera acababa de dar inicio, una llena de obstáculos, una pavimentada en vidrio, una que les haría sangrar. Taisho le tomó la mano en señal de apoyo y él junto su valor para mirarlo al fin, comenzó a llorar y le abrazó, no sabía qué más hacer; su lucha apenas comenzaba.
Días, semanas, meses... miradas tristes, palabras buenas, palabras duras, cansancio, dolor.
Verlo comenzar su tratamiento, las inyecciones, los medicamentos, los mareos, el vómito, sus labios morados, su piel pálida, su sonrisa resquebrajándose, su cuerpo más débil, su cabello caer poco a poco, los exámenes. Ambos conocían ahora el sentimiento de ver a un ser amado sufrir, conocían la impotencia.
Sesshomaru le acompañó y le cuidó en todo descuidando su trabajo y su compañía en pleno crecimiento, esto repercutió en los ingresos y las facturas médicas no paraban de llegar, naturalmente esto fue una fractura en su relación y causa de peleas que acababan en disculpas y abrazos, porque ambos sentían que no valía la pena pelear por eso aunque sentían que algo estaba por terminar de romperse, sobretodo el pelinegro. Uno de tantos días, Bankotsu dijo que tenía una solución para el problema asegurando a su novio que no debía preocuparse.
Al día siguiente, Bankotsu despachó a Taisho rumbo a la oficina con una cansada sonrisa alegando que él tenía una forma para no ir solo a su quimioterapia de ése día y, a pesar que Taisho protestó, no hubo manera de hacer cambiar de opinión al hombre que quería, se fue preocupado pero algo animado de ver a su pareja más contento.
Las horas pasaron en la oficina, Sesshomaru llamaba a Bankotsu para saber de su estado y recibía sólo noticias alentadoras lo cual le calmaba un poco, al menos lo suficiente para seguir su trabajo; la noche cayó muy rápido, el arquitecto tomó el autobús y caminó varias cuadras para llegar al apartamento, estaba tan cansado que sólo deseaba dormir.
Abrió la puerta de la única habitación en el bonito apartamento, tiró su maletin en la silla que siempre estaba al lado derecho de la entrada, se quitó el saco y la camisa hasta que escuchó un gritito ahogado.
Sesshomaru Taisho volteó y vio a una mujer desnuda apenas tapada por una toalla cerca de la cama, sus cabellos negros estaban mojados y escurrian agua que le recorría el cuerpo hasta el suelo, los ojos azules de la joven estaban estupefactos.
-¿Por... - su pregunta buscando una explicación murió en el aire gracias a la almohada que le impactó el rostro.
-¡Bankotsu! - grito corriendo a la salida pero resbaló por el agua que ella misma había dejado.
Taisho la atrapó pero cayó al suelo junto a ella, sintió la piel desnuda de la dama, su respiración, vio su rostro de muñeca, el miedo... retiró sus manos poco a poco para verla levantarse y sentir una cachetada en su mejilla.
-¿Qué sucede?. - preguntó Bankotsu entrando como un estruendo. Vio a Kagome incada, a su pareja en el suelo con el ceño fruncido y la mejilla roja. -Kag, te presento a mi novio, Sesshomaru, ella es mi hermana Kagome. -
Ambos se miraron, estudiandose, hasta que ella recordó su desnudez y sacó a ambos hombres del cuatro lanzando miles de maldiciones.
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Kagome revuelve el puré de papas en su plato, no podía creer que los primeros hombres que la vieron desnuda fueran su medio hermano y el novio de él, deseaba que la tierra se la tragara.
-Llamé a Kag para que me acompañará en las visitas médicas, ella acaba de graduarse de una universidad en el extranjero y vino enseguida. - explica el hombre tranquilo comiendo su ensalada. -Se quedará aquí está noche y cuando encuentre vivienda vendrá sólo para acompañarme. -
Higurashi levantó la vista, vio al albino asentir aprobatorio, dedicarle una mirada que gritaba "cuidalo" y siguió partiendo el trozo de pechuga asada para llevarse un trozo a la boca.
Poco a poco, los nervios iniciales le abandonaron y la conversación entre hermanos animo el ambiente, terminaron de comer para ver una película y reír a carcajada partida por tonterías, Sesshomaru se limitó a verlos ser felices y terminar un plano que debía presentar pronto aunque sólo fuera una excusa para juzgar si la recién llegada era buena y cuidaría de Bankotsu, cuando ambos se quedaron dormidos no tuvo más remedio que llevar a su ahora delgado novio a la cama y después a la muchacha, les arropo y los miró por unos segundos.
Eran verdaderamente parecidos en algunos aspectos y diferentes en otros.
Cerró la puerta para tumbarse sobre el sofá y quedar dormido casi de inmediato.
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Taisho despertó por un grito y una maldición, se incorporó aturdido y adolorido por haber dormido en el sofá, buscó a la culpable de tantas maldiciones y la encontró vestida en unos shorts demasiado cortos para su gusto y una blusa que le llegaba a mitad de su trasero al menos dos tallas más grande de lo que debería, el cabello amarrado en una coleta y una expresión de enojo que más que dar miedo, daba risa.
-¿Qué haces, mujer?.- preguntó revolviendo sus cabellos.
-¡Oh!- exclamó soltando el cucharón de plástico que tenía. -, despertó, lo siento. - se agachó para recogerlo y él tuvo que voltear para no ver de más.
¡Es una vulgar indecente!. Pensó molesto.
-Si lo que tratas es hacer, es el desayuno - se levantó caminando con su típico andar elegante hasta ella. -, no lo harás maldiciendo. -
Ella enrojecio, infló las mejillas y le ignoró siguiendo con su tarea de sacar algunas cáscaras de los huevos cocidos sin que trataba de hacer para su hermano.
-¿Qué tratas de hacer?. - preguntó sacando leche del refrigerador.
-Separar la yema de las claras, los pacientes en quimioterapia no pueden comerlo. - contestó concentrada.
Taisho sonrió, ausente durante meses y ahora resulta una experta, aunque no la juzgaba, Bankotsu mismo no quiso informarle a su familia hasta hace unas semanas pero ella ya estaba aparentemente en sus exámenes finales y la presentación de su tesis, no podía viajar y Naomi, la madrastra de Bank estaba en una investigación de campo para el noticiero en el que trabaja, afortunadamente su cheque y el del padre de Bank siempre llegaba para pagar las cuentas del apartamento y demás, no eran malas personas después de todo.
Escuchó que la chica cantaba, sonrió, realmente no eran malas personas.
Kagome sirvió el desayuno para él y llevó el de su hermano al cuarto, le dio de comer mientras charlaban de un supuesto doctor "papito" que les atendió ayer, al terminar, la joven comió finalmente y fue al baño. Sesshomaru lavó los platos en agradecimiento, debía admitir que ella alegraba a Bankotsu y eso le quitaba un peso de encima.
Se fue a la oficina inconsciente de lo que su pareja estaba tramando en su cabeza, deseaba dejarle un regalo a las dos personas que más amaba cuando ya no estuviera.
Kagome no sabía que su destino estaba siendo hilado.
Continuará...
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Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)
Acakoficialmente estamos de vuelta ^-^ ACTALIZACIONES LENTAS