Capítulo VII

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PROMETIDA.
Yan_skyblue/sesshome. 

Capítulo VII.

Kagome eventualmente se no siguió gritando y dejó que el bruto la cargara hasta el camarote de primera clase, prefirió evitar que el peinadose le desarmara, ya el espectáculo estaba dado. 

Los esposos claramente compartirán un camarote, para Hakudoshi y Naomi eran separados por supuesto, justo uno a cada lado de la pareja. 

Los camarotes de primera clase estaban bellamente adornados con paredes de madera estilo barroco francés con un papel tapiz de color pastel suave no muy ostentoso, los muebles eran una cama de dosel de madera algo sensilla, muebles tapizados en terciopelo rojo, un tocador con detalles en dorado y flores pintadas, un armario pequeño, una caja fuerte, alfombra de diseño exquisito y al fondo los implementos de aseo personal junto a una bella mampara al estilo Luis XVI, sin duda alguna una habitación acogedora y digna de personas adineradas. 

Sesshomaru finalmente dejó a su flamante nueva esposa en el suelo, la pobre se notaba la sangre se le había ido hasta la cabeza porque estaba roja, el ahogó una carcajada y prefirió indicarle a los lacayos dónde dejar el equipaje, les agradeció serio pero amable hablando con ellos como si fueran personas del mismos círculo social, la señora Taisho esperó a que estuvieran solos y que su sangre volviera a circular por su cuerpo con normalidad para finalmente encararlo. 

—¡En mi vida me habían tratado de manera tan despotrica!. — dice furiosa. —Usted es un patán, un bruto un… un...— trataba de pensar en un insulto que no fuera alguna expresión impropia, pero estaba tan furiosa que no se le ocurría nada. —¡Idiota!. — escupió y tapó su boca apenada. 

—Y aún así… — se acercó a ella acorralandola entre él y el tocador que adornaba la lujosa cabina. — esperabas un beso de este bruto en la boda. — llevó su mano hasta la peineta que adornaba el negro cabello, la retiró lentamente mientras su esposa le mira confundida. —Cerraste los ojos cuando el clérigo dijo que nos declaraba esposos y me acerqué. — retiró una a una las horquillas que sostenían el recogido, medio recogido porque se había desarmado por la agitación de antes. 

—Se suponía debía hacer eso… es lo que… es el protocolo… es decir… el esposo besa a la esposa… — su voz desapareció al sentir que su cabello estaba suelto y Sesshomaru lo acariciaba como si fuera algo que nunca vio. 

—Significa que, ¿si yo trato de besarte ahora, sería rechazado?.— su mano se trasladó a la mejilla ardiente de la joven. 

—Sí. — contestó suspirando sin querer. 

—Hmp. — soltó esa muletilla que Kagome aprendería a interpretar con el tiempo, cuando el orgullo y las confusiones no les separaran. 

Él se acercó cauteloso, la miró fijamente, estaba sorprendido de sí mismo y de encontrarse en una situación tan íntima con ella, con esa mujer que siempre representó para él, la cúspide inalcanzable en tener o no un título. Tan cerca de lo que representaba el cielo y el infierno en su vida, vio esos labios que parecían querer ser besados, los ojos azules de la dama pegados a él y las mejillas sonrojadas, tan bonita, tan frágil, tan fuerte, tan ¿suya?.

—Cierra los ojos.— pidió en un tono tan suave que la dama casi se derrite.

Kagome cerró los ojos ilusionada de al fin ser besada, no era el caballero que imaginó cuando soñaba con ese momento, pero no podía negar que él le gustaba, era atractivo y cuando no la estaba molestando con sus comentarios absurdos y su personalidad tosca era hasta lindo, levantó levemente la barbilla consciente de la diferencia de alturas, sintió la cercanía del hombre, su aliento chocando en sus labios, estaba tan cerca, tan cerca, tan cerca Dios mío, tanto que podía sentirlo casi en los suyos, era una sensación fantasmagórica tenerlo cerca y experimentar como si ya la estuviera besando.

—No, no me apetece hacerlo ahora tampoco . — se separó de ella dejándola con el fantasma de ese beso fallido. 

La vio como agachaba la cabeza y llevaba sus manos al pecho, seguramente la había herido en su orgullo femenino y aunque debía sentirse feliz de causar tal reacción en esa mujer, verla tan indefensa fue un golpe a su corazón necio empeñado en que le dolieran sus infortunios, trató de tocarla pero ella le negó el gesto golpeándole la mano, huyó de la habitación sin importarle que su cabello estaba suelto o su estado de agitación. 

Sesshomaru cayó sentado sobre uno de los sofás de terciopelo del camarote, exhala cansado, pasa sus manos por el rostro contrariado, feliz de haberle mostrado lo que era el rechazo pero molesto consigo mismo por haberla herido y no besarla cuando pudo, ¿lo odiaría?, una respuesta positiva a esa pregunta le quemó el alma y supo que seguía enamorado hasta el tuétano de ella, la amaba contra su juicio, en contra de las diferencias, las circunstancias y su odio, no, su odio solo era porque la amaba. 

—Maldición...— 

*****

Kagome llora mientras su madre le consuela acariciandole el cabello. 

—Me rechazó. — solloza. 

—Querida, lo lamento. Para una señorita su primer beso es importante...—

—¿Por qué se casó conmigo si le repudió tanto?, no entiendo. — se aferró al faldón de su madre. 

El barco de metal humeante se mueve rompiendo las olas del mar, avanza constante impulsado por el poder de la revolución industrial, en unos quince días llegaría a su destino; mientras, sería el escenario del drama entre esta pareja. Por un lado, la novia no quería volver al camarote por más que su madre le aconsejara cómo proseguir para lograr ese beso, debía enamorar a ese hombre o la decisión de casarse sería un error irreparable, Naomi no deseaba ver a su hija sufrir... por el otro, el novio camina de un lado a otro viendo la puerta esperando por ella, juraba que en cuanto la viera entrar la besaría para apaciguar el demonio que llevaba por dentro y apagar el fuego que le estaba quemando en lo más profundo. 

A la media noche, finalmente se decidió a recoger su orgullo y volver, aparentemente el muy canalla la quería humillar pero no lo lograría, es más, no sabía bien cómo pero lograría que fuera él quien rogaría por un beso suyo después, no sabía sobre coquetería y los consejos de su madre eran ambiguos, pero usaría su instinto, era una mujer y sabría manejar a ese hombre. Llevó los hombros hacia atrás y se paró regia, abrió la puerta y entró como una reina digna de ser hija de Marqués, en desgracia, pero Marqués al fin. 

Sus fuerzas se apagaron al encontrar a su esposo aún despierto sentado frente a la puerta, le dedicó simplemente una mirada de desdén y fue hasta su equipaje, buscó su camisón junto a una gruesa bata, fue tras la mampara plegable y se cambió mientras Sesshomaru se quedaba con su desdén, su perfume y las ganas de tomarla por hombros para besarla, ella salió cubierta por la bata, estaba haciendo  una muralla con las almohadas cuando él la sorprendió susurrandole al oído un sentido "mil disculpas". 

Ella volteó y cayó a la cama de espaldas algo asustada, la tomó completamente por sorpresa y más tener a ese hombre encima suyo en la cama, iba a protestar, a decir algo; apenas y abrió la boca sus labios sintieron la suavidad de los masculinos contra los suyos. Abrió los ojos de par en par en lugar de cerrarlos, él apretó su boca un poco dándole una sensación entraña que la hizo jadear, era húmedo, suave, delicado… no sentía las mariposas que se suponía debía sentir pero sí un temblor en todo el cuerpo que le entumecia hasta los huesos, él aprisiona su rostro entre esas manos masculinas ásperas buscando más y ella no sabía qué hacer, ni siquiera podía moverse pero tan rápido como llegó, se esfumó. 

Sesshomaru se quedó parado viéndola de forma tan extraña que eso la confundía. 

—A...— trató de hablar, pero está vez fue él quien se marchó dejándola con el pulso acelerado, el corazón en la garganta y un mareo extremo. 

Era un universo nuevo. 

—Me beso...— se tocó los labios aún atónita. —, ¿eso qué significa?.— 

Continuará...

Espero lo hayan disfrutado, creo que avanzamos con Sesshomaru, al menos admitió que sí está enamorado de ella. ¿Qué más pasará?, lo sabremos hasta el siguiente episodio. 

Gracias por su apoyo y comentarios, son mi motivación. 💙

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora