Capítulo XX

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PROMETIDA. 

Yan_skyblue/sesshome. 

Capítulo XX.

Kagome salió a la calle para encontrarse con una tormenta que rápidamente la empapó de pies a cabeza, quiso seguir su absurda carrera pero sintió que le tomaron del codo. Volteo y era su esposo, empapado, agitado y molesto.

—¡Eres un desvergonzado, ¿cómo te atreviste a besar a esa mujer en un lugar tan público, cómo te atreves siquiera a besar a alguien?!.— golpea el firme pecho de su esposo en repetidas veces. —¡¿Cómo te atreves a decirme…?!— el nudo en su garganta no le dejó seguir.

Sesshomaru tomó las enguantadas manos de su frenética esposa, la llevó de nuevo al edificio, pidió al mozo en la entrada su carruaje y a su esposa esperar allí colocandole su abrigo en total silencio, ella fingió ignorarlo pero a medida que los minutos pasaban y el frío le calaba hasta los huesos supo que quizás él pensaba dejarla allí parada, mientras se despedía de su amante; eso le hizo arder en rabia, lo odiaba en ese momento con todo su ser, lo odiaba como dijo amarlo, lo odiaba tanto que ella misma se impactó de su desgraciada y estúpida posición. 

Los hombres son infieles… ¿no lo sabía acaso?, era normal la infidelidad entre las parejas que una mujer debía simplemente callarse y comportarse lo más digna posible, ¿por qué ella no lo aceptó?, ¿por qué le ardía el alma?.

Sesshomaru salió a tiempo antes que su esposa subiera al carruaje y se fuera sola llorando tratando de exteriorizar esos sentimientos destructivos que le ahogaban.

—Ya le expliqué a tu hermana que nos iremos. — tomó a la furiosa mujer por el codo para llevarla hasta el carruaje mientras ella le lanzaba mil acusaciones y maldiciones nada dignas de una dama.

Partieron en medio de la noche y la tormenta en silencio. Los ojos azules de la dama ardían, era obvio que trataba de no llorar y posiblemente estaba por perder la horrible batalla, Sesshomaru supo que no podía ser más un caballero y debía ser un hombre, debía ir de frente con sus sentimientos e intenciones, lastimosamente las palabras no eran lo suyo, eso era asunto de Inuyasha y su padre, pero le mostraría a su manera, todo lo que ella le causaba; Kagome apretaba su faldón, temblaba por el frío y la rabia, por él y por ella, aún no podía creer que montara tal espectáculo, ¡en nombre de los reyes, ¿qué estaba pensando?; estiró el cuello para ver mejor por la ventana cuando notó que no estaban frente a la mansión Taisho si no, una bonita casa de tres pisos con un jardín algo descuidado pero muy amplio, su esposo bajó y le pidió seguirlo, ella así lo hizo solamente porque tenía mucho frío y quizás podría abrigarse en esa casa. Entraron en la acogedora vivienda color verde y fueron recibidos por un anciano muy bajo de ojos grandes y saltones casi calvo. 

—Amo bonito, un placer tenerlo por aquí. — 

—Jaken, prepara la habitación principal, un baño caliente y la chimenea. — ordena Sesshomaru dirigiendo a su esposa escaleras arriba. 

—Sí, amo bonito. — el hombrecillo parecido a un sapo, corrió a ordenar a las sirvientas y mozos preparar todo lo antes posible. 

Kagome tomó asiento en una de las elegantes sillas de la amplia habitación, observó a su esposo buscar un abrigo más grueso en el armario de madera tallada para entregárselo. 

—Quítate el vestido y ponte esto, o pescaras un resfriado. — 

—¿Aquí es donde traes a tus amantes?. — frunció el ceño tomando la prenda de mal humor, decir esas palabras le dolía y por dentro. 

No esperó que él se agachara y le sonriera. 

—¿Estás celosa?. — preguntó en un tono tan suave que cualquiera sucumbiría a sus encantos. 

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora