Ángel Negro 5

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ANGEL NEGRO.
SESSHOME/YAN_SKYBLUE.
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La pequeña y hermosa princesa Moroha cumpliría en tres días su primer año de vida, era una niña preciosa, vivaz y parecida a su madre; Sesshomaru amaba a su hija y a su esposa, quizás ese amor lo segó cuando las nubes grises se posaron sobre el reino. Los enemigos no descansan cuando desean hacer daño y mientras Sesshomaru disfrutaba de las mieles que le regalaba el lecho de su reina sus enemigos veían, callaban y planeaban.

Sara notó que el general Magatsuhi veía demasiado la anatomía de su reina y que Inuyasha cada vez se hundía en la culpa por desear vengarse de su hermano, uno ya no le servía mientras que el otro era cada vez más obvio peón para lo que deseaba hacer.

El menor de los Taisho amó a su sobrina casi de inmediato y juró cuidar de ella siempre, notó lo feliz que era Kagome junto a su hermano y decidió salvaguardar su felicidad, aquella que se le escapó cuando Kikyo huyó de Sengoku junto con su corazón, así que iba a proteger a su familia con su vida, pero solo hubo una cosa de la que no pudo protegerlos, de las artimañas mágicas. Él y Kagome comenzaron una relación de amistad cercana que ponía al rey furioso y lleno de celos alimentados por su consejera Sara quien siempre hablaba de lo infieles que podían llegar a ser los humanos machos, las hembras quién sabe...

La tensión en el reino, tarde o temprano estallaría.

*******

Sesshomaru se encontraba fuera del palacio arreglando asuntos diplomáticos junto a Inuyasha quien insistió en ir con él, deseaba cuidarle las espalda ya que él tenía una familia por la cual volver a casa. Kagome se despidió de su esposo con un beso y una reverencia para su cuñado deseandoles lo mejor y buena ventura a ambos, entró en el castillo algo triste porque parte de su vida se iba con ellos, los extrañaría.

Moroha jugaba en la habitación para niños junto a Irasue y ella prefirió quedarse en su cuarto viendo la carabina perderse en el horizonte, iría con su princesa cuando la congoja no fuera tan evidente.

—¿Algo que su majestad desee?.— preguntó Magatsuhi tratando de disimular la sensación lasciva que le generaba ver la cintura estrecha de la reina y sus hombros descubiertos.

Ella le vio, negó con la cabeza y pidió se retirara y no ser molestada a menos que fuera Irasue o Moroha, él así lo hizo.

Entre los intrincados pasillos del castillo Magatsuhi se encontró con Sara, aunque esa mujer más que lujuria le causaba escalofríos, como los que sentía al estar cerca de algún enemigo, pero si ella ofrecía su cuerpo tan amablemente, él lo tomaría.

—Hoy tengo un truco especial que mostrarte, Magatsuhi. — sonrió la mujer coqueta.

Tomó la mano del general ángel y lo condujo hasta su habitación cuidando nadie les viera, no era conveniente ser ligada a él, solamente una fémina debía ser vista junto a ese hombre por todos.

—¿Qué me mostrarás mujer?.— preguntó dándole la espalda para quitarse la armadura.

Hacía ya una semana que él y Sara se enredaban en las sábanas de la habitación de la mujer a espaldas de cualquiera, eran muy cuidadosos de que nadie les viera, aunque ninguno amaba al otro y el objeto de su verdadero deseo era otro, tener relaciones con alguien dispuesta era mejor que nada.

—Voltea. —

La voz que el hombre escuchó no era la de la consejera real, así que se giró de inmediato y abrió los ojos impactado; caminaba hacia él solo con una sedosa prenda transparente encima la reina, la bella reina Kagome, la misma que pidió no ser molestada hacía un rato. Magatsuhi retrocedió confundido hasta terminar sentado sobre la cama, entonces la mujer se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a besarlo, él correspondió con ferocidad hasta notar algo distinto. Apartó a la mujer y la miró a los ojos.

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora