Capítulo XV

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PROMETIDA. 
Yan_skyblue/sesshome. 

Capítulo XV.

El barco atracó en el puerto, se escuchan en el fondo las voces y gritos de los trabajadores, los pitidos de los barcos que vienen y van, el jaleo de personas y las gaviotas, todo bajo un radiante sol de verano que les recibía a su nueva aventura. 

Kagome, Naomi y Lin están listas esperando a Sesshomaru y Hakudoshi quienes fueron por un par de mozos para llevar el equipaje, apenas y los vieron acercarse fueron con ellos. Sesshomaru apretó fuerte la mano de su esposa para que no se perdiera entre el tumulto de personas, Hakudoshi hizo igual con las dos damas que le acompañaban, habían muchas personas listas para irse; una fuerte ráfaga de viento sopla mientras bajaban por el puente hacia el puerto y se lleva el sombrero de la joven Lin quien lo ve alejarse sin poder hacer nada ya que le pidieron no soltarse por ningún motivo, Lin volteó al frente para no ver dónde caía y callar sus ganas de volver por él, no notó que su sombrero azul fue atrapado por un joven vizconde quien supo inmediatamente era suyo, él lo guardó porque comenzaba a experimentar un bonito sentimiento hacia ella, cuidaría ese accesorio perdido como si fuera lo más importante en su vida hasta que llegara el día en que se lo devolvería. 

La familia subió a una diligencia  y partieron rumbo a Bay Village, uno de los varios barrios pujantes de Boston. 

Kagome, Lin y Naomi veía por la ventanilla a las personas, las calles, los edificios enormes (para la época) vieron uno de esos llamados inventores que muestran sus creaciones en público y hasta un "camión de bomberos" sin duda alguna América ya no era "Nueva Inglaterra" se estaba convirtiendo en una nación independiente y con una visión increíble del futuro, Kagome vio que Boston era increíble, era el estandarte del progreso y el trabajo de miles de inmigrantes de distintas razas y nacionalidades, Los Estados Unidos de América como se hacía llamar ese país relativamente nuevo llevaba el faro del cambio y la revolución. 

 El camino fue un poco más largo de lo que imaginaron, vieron las vías del tren que pasaría pronto por allí y todo fue increíblemente maravilloso. Finalmente pararon frente a una enorme casa de cuatro pisos, estaba hecha de ladrillos y resplandecía hermosa en la esquina de la calle con un pequeño pero bien cuidado patio delantero, los caballeros bajaron para dar instrucciones al mozo y pagar, luego ayudaron a las damas quienes no podían dejar de ver esa casa tan grande y hermosa, el estilo debía ser nuevo porque nunca vieron una construcción con esos acabados. 

—Vamos. — dijo el hombre mientras tomaba una de los baúles y se lo echaba al lomo como si fuera cualquier trabajador. 

—Sí...— Kagome solo vio los músculos de su esposo figurados a pesar de estar usando traje y tragó saliva. 

Con la otra mano tomó otro baúl, Hakudoshi cargó dos de las maletas, les pidieron a las damas tratar de abrir el portón en la entrada, ellas así lo hicieron y caminaron viendo a un lado y otro intrigadas hasta estar frente a la puerta, tocaron, la puerta se abrió y vieron a un hombre muy senil de tez pálida y cabellos plateados. 

—Tesssaiga— dijo Sesshomaru entrando como si nada. —, llama a los trabajadores para llevar este equipaje arriba. — 

—A la orden amo Sesshomaru. — el hombre hizo una reverencia y antes de retirarse vio a las tres damas intrigado, aunque lo disimuló muy bien. —Su padre y su hermana esperan en el jardín. — se retiró. 

Sesshomaru dejó los baúles en el suelo, tomó la mano de su esposa y le pidió a Hakudoshi encargarse, él respondió positivamente pero no creyó su jefe le haya escuchado, parecía más concentrado en dirigir a las mujeres hacia el patio, sonrió, ese encuentro sería conmovedor, lástima que se perdería la reacción de su querida Rin. 

—Haku. — escuchó el joven. 

Volteó y vio la gran sonrisa de Inuyasha quien venía entrando junto a su esposa e hija. 

—¿Cuándo regresaron?. — preguntó feliz de verlo dándole la mano. 

—Ahora— contestó. —, Sesshomaru fue al patio para ver a su padre y hermana, tiene una sorpresa para la familia.— dijo. 

Inuyasha asintió, le dio la bienvenida y se dirigió al lugar junto a su esposa e hija, aunque ella parecía muy nerviosa, más de lo normal. 

******

—Las rosas han florecido hermosas este año.— menciona Rin sentada en una mesa junto a su padre quien leía el periódico. 

—Sin duda alguna.— sonrió Toga para su niña. 

Ella le devolvió el gesto y siguió con el bordado. 

Se escucharon voces y levantó la vista para ver a su hermano mayor volver junto a tres desconocidas, cuando se acercaron más una de ellas le llamó la atención y se puso de pie impactada, tocó la mano de su padre pidiendo su atención, él dejó de leer el periódico y se centró en aquellos que se acercaban, también se puso de pie por la impresión, no podía ser cierto, después de tanta búsqueda…

—Padre, Rin— saludó Sesshomaru ya frente a ellos. —Les presentó a mi  esposa— apuntó hacia ella quien saludó con una reverencia muy a lo británico. —, su madre— Naomi imitó a su hija. —, y a Lin...— 

En cuanto Lin y Rin se vieron supieron que la búsqueda se había acabado, que esos años separadas llegaron a su fin y que ya nada sería igual, corrieron a abrazarse entre lágrimas, finalmente juntas de nuevo, finalmente lo que quedaba de lo que fue una familia se reunía de nuevo y esperaban no separarse nunca más. 

Toga se dirigió a saludar a la esposa de su hijo mayor y a la madre de ella, cuando Sesshomaru dijo antes de partir a Inglaterra que regresaría casado no le creyó, pero la chica se veía muy linda, era una dama inglesa sin duda alguna pero no podía ver ni rastro de altanería en ella y eso le agradó. 

—Un placer conocerlas.— 

—El placer es nuestro.— contesto Kagome muy cortés. 

—Oh, allí viene mi hijo menor junto a su esposa y su hija, se los presentaré.— sonrió Toga feliz, hizo un gesto con la mano llamando a los otros tres miembros de la familia que se acercaban. 

Kagome volteó, Naomi igual y no pudo si no pestañear ante lo que sus melancólicos ojos veían, no esperó a que ellos llegaran, fue hasta la mujer de cabello negro y ojos castaños que la veían con nerviosismo. 

—¡Kikyo!.— exclama. 

La susodicha asintió algo avergonzada, su esposo ya la había prevenido pero nada la prepararía para recibir una cachetada por parte de su madre, cachetada que dejó a más de uno con los ojos abiertos por la impresión. Moroha, la hija de Inuyasha y Kikyo solo pudo aferrarse a la falda de su madre.

—¡Eso es por no escribir en todos estos años!...— comenzó a llorar y le abrazó efusiva. —gracias al cielo estás bien. — 

Kagome lloró, aparentemente el destino tenía reservado más de un encuentro emotivo para ese día y aún faltaba más, pero eso sería después de varias pláticas, de muchas lágrimas de alegría y ciertas historias tristes y alegres, todo alrededor de una mesita campestre rodeados de rosas de colores, las risas de Moroha y el trino de los pájaros. 

Continuará…

Perdón por el retraso chicas, espero les gustara. 

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora