Luminous Beauty 5

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Luminous Beauty.
Yan_skyblue/sesshome.

Capítulo 5: lluvia. 雨.

-Tendré que hablarle mañana...

Olvidaba todavía tenía a la princesa bajo él con el corazón en la garganta, el sonido del llanto se lo recordó. Ella lloraba.

Se estremeció, sus bonitos ojos estaban cristalinos por las lágrimas casi como lluvia suave. Se quedó viéndola un momento guardando esa imagen en su cabeza, es decir, no creía posible tenerla tan cerca de nuevo; La princesa se movió enfadada aún con el llanto. Taisho finalmente reaccionó intrigado por saber la razón de esas lágrimas, no le había golpeado estaba completamente seguro entonces, ¿por qué lloraba?.

-No le haga nada. Se lo suplico. -

Sesshomaru la soltó lentamente con una punzada extraña en el pecho, ¿acaso ella se refería a la empleada?, creía que la castigaría por el atrevimiento seguramente.

-Conmigo puede usted hacer lo que desee, pero no sé atreva a castigar a Sango. - dijo determinada.

Era tan interesante como de un momento a otro su expresión pasó de aterrada a una determinación hasta ahora desconocida por él, aparentemente la princesa tenía agallas, realmente inesperado.

-Solo le reprenderé, ¿eso le tranquiliza?. - se levantó de la cama para dirigirse a la mesa buscando una taza de agua, necesitaba algo para bajar esa sensación extraña en su interior.

-Muchas gracias mi señor. - se sentó en la cama, bajó la cabeza en un elegante ademán.

Después de eso, no hablaron más. Taisho durmió en la manta para invierno rellena de algodón puesta en el suelo, mientras la princesa por supuesto ocupó la cama, ninguno se dio cuenta que Sango escuchó su conversación tras la puerta temblando de miedo hasta escuchar que no sería castigada.

La joven sirvienta corrió a su aposento topándose con el fiel sirviente del joven maestro, Miroku. Él era un poco impertinente al punto de evitarlo cuando lo veía, era un hombre raro que le sacaba de sus casillas. La primera vez que cruzaron palabras él le pidió matrimonio y hasta hijos, algo inaudito totalmente fuera de cualquier educación formal decente. Iba a evitarlo de nuevo como siempre pero él parecía algo diferente esa noche, llevaba la manga destrozada además de traer la espada desenvainada, eso le intrigó. Paró, se giró siguiéndolo con la vista mientras él pasa a su lado con una expresión de furia.

-Miroku, necesitas...

-Ahora no Sango, luego. - le interrumpe siguiendo su camino.

La joven castaña notó un hilo de sangre en la madera, se preocupó por el ingrato tonto por lo que decidió seguirlo por más necio que fuera era un buen hombre ahora necesitado de ayuda. Entró al cuarto del sirviente cuando este se descubre el brazo herido, no cruzaron palabra alguna. Sango se dedicó a curarle la herida y vendarla mientras él, sonrojado, se dejaba ser.

-Lo lamento. - habló cuando ella se disponía a irse.

-La próxima vez, no intentes hacerte el rudo, pide ayuda. - le sonrió antes de irse.

-Tengo una esperanza...

La noche pasó sin más incidentes, cada corazón permanecía apacible, cada persona en la casa dormía arrullado por el rumor de los grillos y las ranas afuera. Las estrellas junto a la Luna iluminan prometiendo cambios de ahora en más porque Kagome no estaba dispuesta a seguir siendo sumisa, mucho menos ciega, no deseaba su esposo siguiera siendo tan condescendiente con ella tratándolo como un mueble o diciendo no debía estorbar.

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora