Tu Reputación 12

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CAPÍTULO XII

La pelea entre los dos invitados de la casa duró más de lo que cualquiera hubiera deseado, volaron insultos más que ingeniosos aquí y allá hasta que Sesshomaru puso orden y ambos fueron mandados a callar. Kagome estaba escandalizada ante la lista de improperios que escuchó de boca de su hermana, nunca pensó que Kikyo tuviera un vocabulario tan amplio en cuanto a palabras tan feas, ni hablar si su madre la escuchara, le daría un ataque cardíaco. En cuanto a Naraku sabían era un granuja y a nadie le impactó que su repertorio de insultos fuera tan pulido. 

Ambos se avergonzaron y a regañadientes aprobaron no volverse a insultar en presencia de personas respetables, Rin casi que caía al suelo por reírse, era lo más cómico que vio desde que su primo se quedó viendo los pechos de su esposa aquella vez, ¡oh sí, lo había notado!. 

—Espero que ningún improperio haya quedado grabado en tu cabecilla prima. — advirtió Taisho molesto ante el penoso cuadro anterior. 

—Creo que no, primo adorado. — se tapó la boca disimulando su sonrisa. 

Kagome, buscando algo de paz, sugirió jugar canasta todos juntos. 

Después de aclarar la mujer "de vida galante" que Naraku salvó hacía un tiempo atrás era la respetable hermana mayor de la esposa de su amigo, Naraku no volvió a insultarla con ese apelativo, pero sí a lanzarle una que otra indirecta las cuales le hacían palpitar una vena en su frente a la dama. 

Mientras jugaban Kikyo contó cómo se conocieron omitiendo la parte en que estaba allí buscando a Inuyasha por supuesto y Naraku le interrumpía cada dos palabras para dar su versión, así, les llegó la noche y la hora de cenar. Para Kikyo fue nuevo comer en una habitación llena de gente pero entendía su hermana lo hacía por el enclenque ése tirado en la cama. 

—¿Qué clase de caballero se cae de un caballo?.— dijo para defenderse en otra de sus discusiones. 

—¿Qué clase de dama tiene una lengua como la suya madame?.— se burló. 

—¡Te mereces estar con la cabeza partida, lastima que no fue en los tanates!.— rabio. 

—¡Kikyo!.— exclamó Kagome entre impactada y divertida. 

Era realmente nuevo verla como realmente siempre fue su personalidad. Rin ya no podía con las carcajadas y Sesshomaru prefirió callar, esos dos ya no tenían remedio. 

Siguieron lanzando dardos hasta terminar la cena, Kagome recibió una carta de parte de Sota, Rin una con urgencia por su tía y Sesshomaru debía revisar un pendiente con Mioga. 

—¿Podrías acompañar al joven Spider hasta que Sango venga?.— preguntó Kagome a su hermana. 

—Si no tengo remedio...— vio la sonrisa cínica del hombre, le pareció muy varonil. 

—Señora Taisho — llamó el hombre. —, no me deje a merced de esta mujer.— 

—Joven Spider, por favor compórtese. — soltó una risita y se retiró. 

Ambos guardaron silencio viéndose como dos enemigos declarados pero sin atreverse a lanzar el primer disparo. Hasta que, la curiosidad mató al gato y el de ojos escarlata se aventuró a preguntar la razón por la cual ella se encontraba aquella vez en esa calle a esas horas de la noche. 

—No es de su incumbencia. — contestó tajante. 

Solo recordar lo cerca que estuvo de ser ultrajada le hacía estremecerse de miedo, todo por una persona que no valía la pena, alguien que le abandonó… de repente su semblante desafiante cambió a una mirada de tristeza profunda, Spider decidió guardar silencio, parecía que aquello aún le causaba conflicto a la dama. Se quedaron en silencio completo hasta la llegada de Sango, Kikyo casi huyó del lugar, sentía sus ojos se aguaban y las lágrimas no tardarían en asaltarla, él lo notó y por primera vez se arrepintió de algo que le dijo. 

Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora