Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)

Luminous Beauty 3

Luminous Beauty. 

Yan_skyblue /sesshome. 

Capítulo 3: caminando hacia un futuro. (走向未来 zou xiang wei lai).

Caminaron lentamente por los interminables senderos de la enorme casa, escucharon las aves, el murmullo del viento y la cascada natural tras la casa. Kagome pidió a Sango le ayudara a sentarse en la mesa para té dispuesta en el sendero de madera cerca de la cascada y el río abajo. Sango dijo que regresaría con la comida para su señora pronto, no deseaba dejarla sola demasiado tiempo. 

La princesa cerró los ojos dejándose llevar por los sonidos calmantes a su alrededor, notó alguien se acercaba pero fingió seguir absorta en su tranquilidad interna. 

—¿Se encuentra mejor?. — preguntaron. 

Kagome entró en pánico, esa voz no la reconocía ni como Inuyasha ni como su esposo y peor como sus subordinados, era de una mujer; debía calmarse o se darían cuenta de su ceguera. 

—Un poco su señoría. — está palabra era ambigua así que no sospecharían fuera quién fuera. 

—No es necesario ser tan formal. — le tomaron de la mano. —Ahora puedes pensar en mí como una madre, después de todo te has casado con nuestra familia. — la voz era tenue, como la seda más fina. 

Kagome entonces supo que la concubina Izayoi era la persona frente a ella tomándole de la mano, por todos los cielos, si abría los ojos notaría aparte de la ceguera el tono de sus ojos. Aunque la conoció siendo una niña, no muchas personas tenían el tono que ella poseía, sabría la verdad enseguida. 

—Muchas gracias madre, aprecio demasiado su preocupación. — hizo un ademán respetuoso, apenas abrió sus ojos lo suficiente para aparentar ver el sendero pero estaba segura no tanto para que le delataran, trató de levantarse pero la mujer le prensó el brazo. —debo volver para descansar, madre. — apretó los labios. 

—Kikyo, me gustaría que seamos muy cercanas. La princesa es una gran dama digna del título a pesar de su limitación… esperamos que mi hijo y ella tengan el primer heredero. ¿Entiendes?. — dirigió su mirada a todos lados comprobando que nadie se acercara. 

Higurashi estuvo a punto de abrir sus ojos por completo, sentía rabia, esa mujer era una arpía, estaba amenazandola de manera directa sin tapujo alguno, realmente entendía un poco los alcances de Inuyasha ahora que conocía a su madre. Si esa mujer supiera a quien estaba amenazando seguramente se le borraría la sonrisa que debe tener, se la podía imaginar por sus vagos recuerdos de infancia. 

—Izayoi. — Sesshomaru se acercaba a paso firme con su aire de superioridad que siempre le caracterizaba. —veo que te las arreglaste para encontrar e incordiar a mi esposa. — tomó asiento al lado de la princesa. 

—Oh, por dios Sesshomaru, no digas esas palabras tan aberrantes. — tapó su boca con la manga de su hanfu. 

—Mi esposa y yo nos vamos, tomaremos el almuerzo en mis aposentos para que ella no empeore. — la ayudó a ponerse de pie e intentaron retirarse. 

—Con una esposa tan frágil, no podrás tener herederos, querido hijo. — rió viendo a otro lado. 

—No soy tu hijo. — se retiraron. 

—Tu difunta madre y tú me siguen fastidiando — sus ojos se entristecieron. —, competir contra el recuerdo de ella ha sido abismal. — 

Pará Izayoi la vida tras el amor de su esposo había significado dolor y frustraciones que terminaron por amargarle contra el recuerdo de Irasue, la primera esposa del General, y su hijo heredero. Todo porque ella murió joven asesinada, Inu no Taisho seguía aferrado a ella, paralelamente su hijo igual pero ese recuerdo hacía que padre e hijo chocaran demasiado a menudo, si tan solo ese fantasma no la cegara.