⚠️Advertencia de escena explicita, si eres menor de edad por favor abstenerse.
ANGEL NEGRO.
SESSHOME/YAN_SKYBLUE.
☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡☆El ángel negro guardó sus alas, Kagome suspiró ante lo que vendría, según escuchó de las empleadas era rápido y doloroso, esperaba que fuera muy rápido y poco doloroso.
Cerró los ojos pensando en Inuyasha, en su sonrisa y sus promesas de una vida juntos pero pronto sus pensamientos fueron hacia las caricias suaves que su piel recibía por parte del ángel rey, las grandes manos íban de un lado a otro de su cuerpo y podía escucharlo jadear y rugir, pronto ella misma se estremecía ante el toque repetitivo en ciertos lados de su cuerpo que la hacían cerrar los ojos con más fuerza y morderse el labio para exclamar algo, después sintió la humedad de la lengua de Sesshomaru en sus pezones, pegó un respingo por la sorpresa pero él lentamente llevó un dedo hasta su vientre bajo y comenzó a dibujar círculos que le hicieron cosquillas, al escucharla sonreír el monarca volvió a chupar los pezones de su esposa, mordió un poco haciéndola arquearse, supo que iba por buen camino y continuó el recorrido de besos y chupetones por cada parte del hermoso cuerpo que tenía a su merced, le pidió voltearse susurrandole al oído y chupandole el lóbulo, ella obedeció suspirando, Taisho amasó esas nalgas redondas que se levantaban para él en ese momento, las lamió y mordisqueó, luego masajeo la espalda de su amante para relajarla aún más, sin previo aviso palmeo la entrepierna de la mujer quien finalmente abrió los ojos, se volteó de inmediato y vio a Sesshomaru lamerse los dedos empapados en la humedad que ella sabía tenía en su intimidad, el acto y la expresión lasciva del hombre la hizo temblar.
—Sabes deliciosa...— dijo con obvias ganas de seducirla.
—No diga esas cosas tan vulgares. — se sonrojó.
—¿No?.—
Ella negó con la cabeza pero sintió algo resbalar por sus piernas, abrió los ojos más sonrojada cuando Sesshomaru se agachó para lamer las gotitas de líquido vaginal que resbalaban, ella soltó un gemido al sentir el aliento del rey cerca de su parte más íntima y no pudo más que levantar las cadera arqueado las rodillas para darle mayor acceso, él aprovechó para meter la lengua en su vagina y moverla, Kagome gritó aferrándose a las sábanas; Sesshomaru la tomó por las caderas y enterró más su boca moviendo la lengua de tal forma que la mujer ahora era un mar, ella comenzó a mover las cadera buscando algo, no entendía qué pero era algo que prometía mil cosas hasta que finalmente llegaron los fuegos artificiales con su primer orgasmo el cual fue avisado por un grito de placer y sus ojos casi blancos.
Sesshomaru se separó de ella, la vio tumbada sobre la cama estremeciéndose de placer, respirando agitada, confundida, pero feliz. La volteó y colocó los brazos alrededor de su cabeza, se acercó a ella y le besó de nuevo, más demandante e intenso y finalmente su esposa le abrazó con ansias.
—Más… más, quiero… quiero más...— exigió o rogó a su amante. —Quiero sentir eso de nuevo. —
—Eso, mi reina, es un orgasmo— llevó el dedo índice al rosagante y palpitante clítoris. —, y habrán muchos de esos de ahora en adelante.—
—¡Ay sí!. — gritó.
Ese lugar donde su esposo estaba tocando le enviaba una sensación eléctrica a todo el cuerpo, se arqueo mientras él la masturbaba con más rapidez ahora metiendo primero un dedo y luego dos hasta tres, algo de sangre apareció pero Kagome pareció no sentir dolor alguno, Taisho aprovechó para chuparle los pezones de nuevo y siguió con rapidez y ritmo hasta que la mujer no pudo más y estalló de nuevo aferrada a los cabellos plateados del hombre que ahora le regalaba una gama de emociones que nunca imaginó en sus veinte años, estaba muerta, debía estar muerta porque veía el cielo y podía tocarlo; gritó mientras las piernas le flaquean y se desploma con espasmos que le hacen agitarse y respirar entrecortado, el monarca lamió la vagina de su esposa y la besó, se puso de pie con su miembro en la mano, ella abrió los ojos de par en par, hacía unos minutos atrás no estaba así, tragó saliva.
—No te asustes, ya estás lista, trataré de hacerlo despacio y dime si te duele.— se colocó entre las piernas de su reina apuntando a ese lugar que ha anhelado desde que probó su sabor.
Kagome asintió, cerró los ojos y sintió a Sesshomaru separarle las piernas y a esa cosa cuyo nombre jamás le dijeron palpar su vagina, poco a poco iba entrando, ella podía advertir su interior dilatarse para recibir al intruso, le ardía un poco y llegó a arrugar el gesto pero no dijo nada, pensó que si se quejaba tal vez él se molestaría, soportó estoica hasta que él dijo que estaba adentro, ella experimentó una sensación de llenura que le llegaba hasta el estómago.
—Ahora me moveré. — se agachó para besarla y juntar sus frentes en un acto tan tierno que la mujer se enterneció. —Puedes abrazarme para sostenerte de mí, ¿está bien?—
—Sí señor.— asintió con el corazón en la garganta pero unas ganas inhumanas de mover las caderas.
—Dime Sesshomaru, soy tu esposo ahora. —
Ella sonrió, la primera sonrisa bonita que le regalaba, y asintió; lo abrazó con fuerzas aferrando las piernas a las caderas de Sesshomaru y él comenzó a moverse, primero lento y fue aumentando el ritmo y placer.
Taisho la embestía al tiempo que jugaba con su clítoris, ambos sudaban y jadeaban.
La primera en llegar al orgasmo fue ella, Kagome se retorcía mientras su esposo daba las últimas estocadas, Taisho desplegó sus grandes alas antes de derramarse dentro, el semen caliente la hizo dar un respingo y sintió delicioso.
Ambos se quedaron tumbados sobre la cama viendo la habitación, callados, cada uno en su propio pensamiento.
Kagome supo que eso que hizo con Sesshomaru era peligroso, se sintió tan delicioso que quizás desearía hacerlo de nuevo y ella no podía dejarse caer así, se suponía que amaba a Inuyasha... un sentimiento de culpa y remordimiento la invadió, lloró en silencio por creer había traicionado el amor de su ex prometido, se quedó dormida sin darse cuenta que su esposo, a quien le daba la espalda, la abrazaba con ternura entre sus brazos consciente de que la quería, quería a la mujer la cual acababa de hacerle el amor.
Despertaron tarde en la madrugada, solo para volver a tener sexo hasta muy temprano en la mañana y terminar dormidos.
Y mientras Kagome se tambalea entre la adicción a las caricias de su esposo y la lealtad a su ex prometido, Sesshomaru deseaba nunca parar de poseerla, porque escucharla gritar de placer le gustaba como le gustaba su sabor y su tacto.
Por el castillo se corrió el rumor que los nuevos reyes no salieron del lecho nupcial por una noche y un día entero y no faltaron los felices como Irasue y el general Shishinki o los enfadados como Sara y hasta el propio Inuyasha quien, decidió volver al palacio para darle a Sesshomaru una lección igual de dolorosa como la suya, le quitaría todo, así tardara años en hacerlo.
Las tres naciones vecinas Wolf (hogar de los metamorfos), Amaral (hogar de las hadas) y Shadow (hogar de los hechiceros) supieron que Sengoku no sería suyo y desistieron de sus ambiciones, al menos dos de ellos, porque Shadow más que riquezas, buscaba venganza contra Inu no Taisho, la mancha que dejó sobre una de sus princesas y la sangre que derramó en su nación en total impunidad, sería pagada por su descendencia.
Sengoku celebraba mientras sus enemigos buscaban venganza, y la venganza tardía es la que más puede doler.
Continuará...
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Libro de historias cortas sesshome y otras parejas 2 (Actualizaciones semanal)
Randomoficialmente estamos de vuelta ^-^ ACTALIZACIONES LENTAS