(Conway)
Era un día como cualquier otro, estaba en comisaría algo aburrido.
Lo único especial es que estaba en el primer día de mi celo, por lo que tenía un humor mucho peor que el normal.
Siempre pasaba mis celos solo, pues no tenía con quien pasarlo y tampoco es como si lo necesitara. Para algo están las pajas, no?
Agarré el cigarro que estaba fumando fuertemente para morderlo nervioso.
Volkov siempre me decía que era mejor que en estos días no viniera a comisaría, no se que pasara cualquier inconveniente.
A mí la verdad es que eso me parecía una completa mierda. Acaso ese ruso de mierda no se fíaba de mi autocontrol? Llevo años llendo así y nunca ha pasado nada.
Simplemente estoy algo más irritable y de mala hostia, pero mi firmeza y seriedad permanecían conmigo.
Me levanté de golpe de mi silla y tiré todos mis papeles al suelo, entre el celo y todos los anormales que he tenido que soportar el día de hoy ya no podía más.
Mis feromonas estaban ardientes, necesitaba desfogarme con algo.
-Y si voy al puto taller?-dije para mí y miré mi reloj de muñeca-a esta hora deben estar cerrando por lo que Grúas estará ahí. Vamos a tocarle los cojones.-sonreí de lado para caminar hacia la puerta de mi despacho y salir de él, dando un portazo.
Bajé hasta la planta de abajo para salir de servicio. Después de esto, salí de comisaría y caminé hacia God, me subí en él de conductor.
-Impecable, como siempre. Pero no le vendría mal una limpieza, no?.-reí y arranqué para conducir hacia el taller, me apetecía demasiado molestar y qué menos que a mi mecánico favorito?
Conducí en silencio hacia el taller pensando en diferentes formas para joder al jefe de mecánicos entre risas bajas, sería la hostia.
Al llegar, paré frente a la puerta ya cerrada y toqué el claxon de mi vehículo.
Sabía que por muy cerrado que pareciera Armando estaría ahí, él era como yo, solo tenía su trabajo. Siempre hacía horas extras y se quedaba ahí trabajando solo, seguro que le ayudaba a despejarse. De cierto modo le entendía.
Sonreí levemente malicioso al ver la puerta abrirse lentamente, topándome con un Armando de brazos cruzados y con el ceño fruncido mirándome directamente.
Se le veía de mala hostia.
-Estamos cerrados, solo atendemos emergencias.-dijo en un tono serio para acercarse al coche.
-Es una emergencia.
-Yo no veo ninguna emergencia, el coche está en muy buen estado.-gruñó por lo bajo.
-El coche se llama God y necesita una limpieza.
-Eso no es una puta emergencia.
-Mis cojones no lo es. God tiene que estar impecable siempre. Limpiámelo.
-El tema es que te vallas de aquí ya, no pienso dedicarme a limpiarte el patrulla cuando no estoy de servicio.
-Limpiáme a God, es una puta orden.
Abrí mi ventana al ver que se posicionó frente a ella con una expresión severa, al instante noté un olor a hojas acceder a mis fosas nasales. No podía ser...
Armando también estaba en celo y se veía perfectamente que tampoco tenía a nadie con quién pasarlo.
-Y si no lo hago qué?-su voz me sacó de mis pensamientos, haciendo que le mirara a los ojos fijamente.
Me acomodé las gafas mirándole a los ojos fijamente.
-Cuida mejor tu olor, se huele que estás en celo desde aquí, que estoy en el puto coche.
-Lo mismo se podría decir, Conway. Desde aquí se puede oler el aroma que segregas por tu celo. Café, interesante.
Le miré mal para salir del coche y mirarle directamente a los ojos.
-A ti no te importa si estoy en celo o no. Tú haz lo que te he pedido y limpiáme el puto coche de una puta vez ya. Joder, si es que todo el puto día haciéndote pajas, no hacéis una puta mierda. Trabaja, coño.
-Perdona pero yo ahora mismo no estoy de servicio.
-Pero estás en tu puto y roñoso taller. Limpiáme el coche.-me crucé de brazos también para dar un paso bien firme y autoritario hacia él.
-No pienso limpiarte el coche.-imitó mi acción para acercarse a mí serio.
-Limpiámelo, Grúas.-me acerqué un poco más de nuevo.
-Porque debería hacerlo?-se acercó más, haciendo que quedemos frente a frente.
La tensión en el ambiente llegaba a niveles insospechados.
Nos estábamos mirando muy fijamente y de manera desafiante.
La sangre ya estaba comenzando a pasar rápidamente por mis venas, este mecánico me daba demasiada rabia. Puto Grúas.
-Es una puta orden, ya te lo he dicho, capullo. Hazlo de una puta vez.-agarré su cuello con una mano para atraerle hacia mí. Ya estaba sacando mi voz autoritaria de alfa puro. Tenía los cojones muy hinchados.
-No.-dijo con su voz también de alfa puro. No iba a permitir que le degradara.
Tiré más de él clavando un poco mis uñas en su cuello, a lo que soltó un gruñido.
Ambos notábamos la respiración del contrario en nuestro rostro.
Armando me agarró de la corbata fuerte para acercarme a él también.
Nuestras feromonas estaban al rojo vivo, esto no pintaba bien, tenía toda la pinta de acabar a hostias.
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Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)
RandomArmando Grúas y Jack Conway eran un alfa y un omega que iban por este camino de la vida solos, cada uno dirigía su manada. Armando el taller y Conway la comisaría. Ambos pensaban que siempre sería así. Solo tenían su trabajo. ¿Una vez que llegaban d...