Dormir juntos de nuevo

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(Volkov)

Me di cuenta de la postura en la que dormía Conway y me levanté del sofa, debía descansar bien en su estado.

Le cargué en mis brazos con el mayor cuidado posible y empecé a caminar hacia el cuarto.

Había leído algunas cosas desde que me enteré del embarazo de Conway, ya que yo en principio no tenía ninguna idea del tema, y sabía que era mucho mejof para su espalda que descansara de perfil.

Le acosté en la cama de esa manera, y luego, le arropé.

Empezó a mover sus brazos, buscando algo a lo que abrazar, la tentación no paraba de incitarme a acostarme a un lado suyo, pero sabía que debía respetarlo, pues no éramos nada y no quería espantarlo.

Busqué otra almohada y la puse a un lado suyo, al instante, se abrazó a ella y empezó a aspirar su aroma.

-Volkov...-murmuró al reconocer el olor de la almohada.

-Exacto, soy yo, Conway, descansa, yo voy al sofá.-le dediqué una última mirada para deleitarme de su tierna expresión de dormido y salí de la habitación, eso me daba recuedos de cuando él estaba pasando unos malos momentos y pasábamos las noches juntos para que se sintiera menos solo, solo que en esos momentos yo dormía a su lado, abrazándole.

-Volkov!-escuché del cuarto, por lo que entré de nuevo, sabía que Conway tenía un sueño muy ligero.

-Dime, Jack.

-No quiero dormir solo.-habló, medio adormilado.-Ven, quédate, además es tu cama.-agarró la almohada y la lanzó a otro lado de la habitación.

Me empezó a dar un pánico increíble y mis mejillas estaban como dos tomates.

-Eeeh, yo me quedo contigo, Jack.-hablé, acercándome a la cama.

-Bien.- me miró y palmeó un lugar a su lado.

Empecé a desabotonar mi camisa para dormir más agusto y la dejé a un lado, en el suelo, después, me acosté donde él me había indicado y le abracé por detrás, haciéndole la cucharita.

Él ya antes se había puesto una sudadera cómoda, cómo no, de mi armario, esta vez era de One Piece.

Jack se acercó a mí, haciendo que nuestros cuerpos encajaran perfectamente y que compartiéramos calor humano.

Le arropé bien con las mantas, estábamos en pleno noviembre y hacía frío.

De vez en cuando sentía al bebé moverse, hasta que al final, cuando Jack se durmió de nuevo, se quedó completamente quieto.

Cerré mis ojos, apoyé mi rostro sobre la cabeza de Jack delicadamente para que se sintiera completamente cubierto y protegido.

Ya hacía unos años desde que le había prometido a Julia que protegería con todo mi ser a su esposo.

Cerré mis ojos para ir quedándome dormido, se dormía muy bien acompañado de la persona que te gusta, hacía tiempo que no lo experimentaba.

Al dormirme del todo, cómo no, volví a ese mundo imaginario que venía a mi mente en las noches, o eran pesadillas de mi familia o eran vivencias con Jack, una de dos, y esta vez, claro que sí, estaba soñando que me encontraba en Rusia con Jack, jugando con la nieve mientras un enorme abrigo, claramente mío, cubría su cuerpo.

Sabía que como a Jack las temperaturas frías le agradaban más que las cálidas no se rehusaría a acompañarme a mi país de origen, y ya lo habíamos hablado en alguna que otra ocasión, pero si que sería un sueño hecho realidad rememorar tiempos con su compañía.

Si que estaba prendado de él.





Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora