Una broma más real de lo que parece

242 30 19
                                    

(Conway)
Me desperté temprano como todas las mañana cuando iba a trabajar, por lo que Armando seguía dormido, aunque no me extrañaba, no eran ni las 6 de la mañana.
Dejé un pequeño beso en sus labios y me levanté de la cama estirando mis músculos bostezando levemente.
Caminé hacia el baño para cambiarme, dejé caer mi pijama el suelo para meterme en la ducha y relajarme bajo el agua fría, así me gustaba.
Cerré mis ojos suspirando profundamente pensando en mi trabajo y me mantuve así unos minutos.
Terminé de ducharme y salí del baño con una toalla atada en mi cintura oara caminar hacia mi armario.
Tomé de él un traje algo holgado y me lo puse, no quería que se me notara el embarazo.
Me miré en el espejo unos momentos, primero de frente y luego de perfil, la verdad es que lo había disimulado bastante bien.
Acaricié mi abdomen durante unos instantes y me acerqué a Armando, le di un pico y acaricié su mejilla suavemente con cariño, seguidamente salí del cuarto y bajé al piso de abajo, me puse mis gafas y me acomodé la corbata mirando de reojo mi vientre.
Miré el reloj y agarré rápidamente un zumito de piña de la cocina para empezar a tomármelo, en mi estado el café no era bueno.
Salí del apartamento y me subí al ascensor apoyándome en la pared de este mientras me tomaba mi desayuno.
Salí de mi piso y caminé tranquilamente hacia mi coche observando el amanecer con una pequeña sonrisa, extrañaba mi trabajo, y ahora éramos dos.
Me monté en mi coche y conducí hacia comisaría escuchando la radio y tarareando bajo una canción, de cierta manera el embarazo me había sentado bien, mis emociones cambiaban mucho, pero ahora, al tener a alguien que me quería y una familia en proceso, solía tener los cojones católicos más a menudo, aunque también podía ser muy irritable, dependía del momento y la situación.
Al ver la comisaría frente a mí, aparqué el coche y bajé de él para después cerrarlo bien, caminé hacia la entrada y subí las escaleras, entrando radiante, como siempre, a mi comisaría.
-Buenos días, anormales de carrito.-miré mis alrededores, estaba seguro de que a estas horas seguramente solo estaban los de turno de noche.
Algunos de mis agentes me saludaron, me hicieron bromas sarcásticas sobre mi regreso y tuve que meterles algún que otro porrazo, la verdad si me alteré un poco, si ellos supieran...
Entré de servicio y subí las escaleras para ir a mi despacho acariciando el puente de mi nariz entre suspiros, me encontré a Volkov saliendo de ahí.
-Conway!-se volteó mirándome con cierta ilusión, se acercó a mí casi corriendo y me abrazó con fuerza.
-Aparta, capullo de mierda, me das calor.-le di un suave empujón mirándole extrañado.-Sabía que me habíais extrañado, pero tanto?
-Pues claro, eres nuestro viejo.
-Viejo mis cojones.
-Al menos no ha negado que es nuestro.
-Pues si lo niego, anormal.
-Joder, viejo.
-Calla, otaku ruso de mierda.-me apoyé en la pared mirándole.-Qué, te tocaba turno de noche? Que yo recuerde no, eh.
-10-5, Conway, solamente que Michelle me llamó y me contó sobre la situación para que la avisara de si usted venía a trabajar, además de que estoy aquí para ayudarle y que no haga nada pesado.
-Puta bruja pelirroja.-volteé los ojos.-Yo me sé cuidar solito, vamos a hacer papeleos, anda.
-Hay demasiados papeleos, déjemelo a mí, se va a estresar.
-Pues vale, me voy a patrullar, entonces.-le miré algo extrañado, todos odiábamos el papeleo, era una puta mierda, no habia acción, era jodidamente aburrido.
Bajé las escaleras aún pensando en lo acurrido y salí de comisaría.
Fui hacia God, a pesar del tiempo estaba tan reluciente como siempre, le preguntaba la razón de esto, pero la verdad me alegraba. Me negaba a ir con el coche hecho mierda por ahí, y mucho menos mi bebé God.
Monté de conductor y le mandé un mensaje a Armando.
<<Ya estoy de servicio, Grúas, voy a patrullar. Te quiero, me cuidaré>>.
Guardé mi teléfono móvil rápidamente y carraspeé levemente acomodando mi corbata y arrancando el coche.
Ivanov, de repente, gritó alarmado qrr por la radio, salté de mi asiento nervioso sl ver que ya no respondía.
Agarré la radio y hablé por ella.
-IVANOV, IVANOV CAPULLO, RESPONDE.
-Que era bromaaaa.-rió bajo.
-TÚ ERES GILIPOLLAS? VEN A COMISARÍA ANORMAL, TE VOY A REVENTAR LA PUTA CABEZA. QUE VENGAS A COMISARÍA, TE VOY A REVENTAR LA PUTA CABEZA.
-Voy a acudir al aviso del Norte.-me contestó.
-QUE VENGAS AQUÍ CAGANDO HOSTIAS, ME CAGO EN TU PUTA ESTAMPA.
La verdad es que su broma realmente me altero demasiado, con eso no se jugaba, quién coño sabía cuando podría ser real...
Comencé a patrullar esperando los avisos, el día no estaba muy tranquilo, pero entre todos nos repartíamos los recados.
Acudí a un intento de suicidio, estaban la vieja junto con otros anormales, eran tres sujetos.
Fuimos varios agentes, Leónidas, Ivanov, Volkov...era realmente un lío, esos capullos de mierda no hacían más que tocar los cojones.
Al ver a Ivanov busqué mi porra, pero no la llevaba encima por lo que me monté de nuevo en God para ir a comisaría.
Al llegar, agarré mi porra y perseguí a él junto con Gonetti dándoles de porrazos, menudos mamones de mierda.
Después, patrullamos junto y decidimos ir a un badulake para descansar un rato y tomarnos algo.
Además, Volkov me había recomendado descansar un poco después de tanta adrenalina y acción.
Estábamos tomándonos unas bebidas y unos hombres enmascarados entraron con armas, era todo muy extraño, pero yo me fijé sobre todo en uno wue iba todo de negro con un sombrero de pescador, fue el primero que me apuntó.

Armanway, lobos solitarios (Armanway/Volkway)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora